La Guerra Relámpago

Esta encantadora tabla es de Bernardino Luini, quien trabaja sobre los modelos evidentes de Leonardo y Rafael de Sanzio, en una composición tradicional veneciana.

Este lienzo podría ser una parte separada de un cuadro mayor también presente en el Museo del Prado, y del mismo autor, Sebastiano del Piombo. El otro cuadro también se titula Cristo con la cruz.

Este cuadro sienta un modelo de devoción que tuvo hondas repercusiones en la pintura española del Renacimiento, puesto que se conoció a través de copias que llegaron a Valencia y muchos artistas españoles lo imitaron y adaptaron.

Obra juvenil de Tiziano sobre la que existe gran controversia alrededor de las fechas y de los santos que acompañan a María y el Niño. Incluso se ha llegado a atribuir a Giorgione. La influencia de Giovanni Bellini, maestro de Tiziano, se aprecia en el colorido y en la riqueza de los detalles.

En esta imagen Tiziano se presenta como un caballero, con su cadena bien visible y de perfil, recordando las monedas clásicas. La pincelada aplicada por el anciano maestro es muy empastada, consiguiendo un efecto atmosférico que hace recordar la pintura de Velázquez.

Una de las últimas obras de Rafael en la que continúa con su larga tradición de pintor de Madonnas. Sus figuras serán de las más bellas del Renacimiento, destacando su dulzura que, en ocasiones, raya la blandura. La influencia de Leonardo en sus rostros es destacable, mientras Miguel Ángel inspira sus anatomías.