La resistencia antifranquista
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Datos principales
Desarrollo
La resistencia contra Franco por parte de guerrilleros de izquierdas comenzó en algunas zonas ya durante la Guerra Civil . Conforme avanzaba la ofensiva franquista se crearon bolsas de republicanos, que formaron los primeros grupos de huidos al monte. A ellos se añadirán los que huyen aterrorizados de la represión ejercida por el vencedor. Así sucede, por ejemplo, en Asturias, en la que, cuando acabó la lucha todavía un elevado número de guerrilleros mantuvieron la resistencia distrayendo algunas tropas de Franco y testimoniando el carácter izquierdista de la provincia. Algunos de estos grupos serán el embrión de las primeras organizaciones guerrilleras. Estas tuvieron su máxima extensión en la inmediata posguerra, abarcando amplias zonas de España. Los guerrilleros vertebraron un auténtico movimiento de resistencia antifascista, que sobrevivió más de una década al fin de la Guerra Civil. La vida de los guerrilleros o maquis fue extremadamente dura. Acosados, considerados simplemente bandoleros, debían refugiarse en lugares de difícil acceso, como sierras o montes, combatiendo el hambre, el frío y el hostigamiento de la Guardia Civil y el ejército. Apenas tenían armamento ni organización, dependiendo de la ayuda de unos pocos contactos en los pueblos más cercanos y siempre temerosos de una posible delación. Sus actividades tenían un propósito propagandístico más que militar. Las partidas de maquis realizaban ajusticiamientos, secuestros, atentados contra las líneas eléctricas, asaltos, descarrilamientos, golpes económicos, etc.
La represión franquista fue extremadamente dura. Bajo el amparo del decreto-ley sobre bandidaje y terrorismo, se declaro la guerra a muerte contra el enemigo que se esconde en la montaña. El hostigamiento a los pueblos alejados se traduce en la despoblación forzosa de muchos y el control sobre la actividad agrícola y ganadera para agotar la intendencia guerrillera. El destino de la mayoría de ellos fue la ejecución sumaria o la aplicación de la llamada Ley de Fugas, una ejecución de los detenidos alegando que intentaban escapar. Aunque es difícil precisar cifras, se cree que pudo haber 5.000 guerrilleros, de los que morirían cerca de 2.500, entre los fallecidos en enfrentamientos armados y los ejecutados por condena. Muchos otros fueron encarcelados, siendo pocos los que pudieron cruzar la frontera para engrosar la resistencia francesa durante la II Guerra Mundial.
La represión franquista fue extremadamente dura. Bajo el amparo del decreto-ley sobre bandidaje y terrorismo, se declaro la guerra a muerte contra el enemigo que se esconde en la montaña. El hostigamiento a los pueblos alejados se traduce en la despoblación forzosa de muchos y el control sobre la actividad agrícola y ganadera para agotar la intendencia guerrillera. El destino de la mayoría de ellos fue la ejecución sumaria o la aplicación de la llamada Ley de Fugas, una ejecución de los detenidos alegando que intentaban escapar. Aunque es difícil precisar cifras, se cree que pudo haber 5.000 guerrilleros, de los que morirían cerca de 2.500, entre los fallecidos en enfrentamientos armados y los ejecutados por condena. Muchos otros fueron encarcelados, siendo pocos los que pudieron cruzar la frontera para engrosar la resistencia francesa durante la II Guerra Mundial.