La escultura fenicia

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Desarrollo


Las estatuas de gran tamaño son escasas en el arte fenicio; es mucho más frecuente la plástica menor, de terracota o de bronce, donde se ha transmitido la mayor parte de su iconografía figurada. Entre las piezas más importantes destaca la Dama de Galera, una pieza realizada en alabastro que representa a una mujer sentada en un trono sin respaldo y flanqueado por dos esfinges cubiertas con tocados egipcios. Entre las obras realizadas en bronce encontramos el llamado Bronce Carriazo, una representación de la diosa Astarté con peinado de Hathor, pero sin orejas de novilla, con túnica de mangas cortas ornada de lirios, y acompañada por dos torsos de ánades cuyas alas se unen sobre la cabeza de la diosa. También en este material destaca el Sacerdote de Cádiz, que es en realidad una representación de Ptah, el dios egipcio protector, entre otras cosas, de las actividades metalúrgicas, y objeto, por tanto, de la mayor devoción entre los fenicios, así como el Melkart, una figura encontrada recientemente junto al islote de Sancti-Petri, al sureste de Cádiz, que se considera una ofrenda del templo de Melkart-Hércules. Pero sin duda, las piezas más importantes de la escultura fenicia son dos sarcófagos de mármol que se conservan en el Museo de Cádiz. El masculino nos presenta a un varón barbado que sostiene una granada en la mano izquierda, con un característico peinado de bolas. En el femenino encontramos a una mujer joven, con el peinado jonio de bucles alrededor del rostro, que debía complementarse con rizos pintados sobre los hombros; su vestido es una túnica de cuello rectangular y mangas cortas que le llega hasta los pies, sin ningún tipo de pliegues, al estilo fenicio; la mano derecha está extendida y la izquierda se cierra sobre un pomo de perfume. Aun siendo obras griegas, estos sarcófagos deben ser considerados como las piezas artísticas de mayor calidad que aportaron los fenicios a nuestro país.

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