Desarrollo
En 1933 la Marina Imperial japonesa realiza unas especificaciones para dotarse de un avión de reconocimiento marítimo, respondiendo tres fabricantes: Aichi, Kawanishi y Nakajima. Las pruebas operativas efectuadas en marzo de 1934 dieron como vencedor al biplano de la Nakajima, frente a los monoplanos de sus competidores. Encargada su fabricación, ésta se prolongó hasta 1940, construyéndose un total de 755 unidades. Aparato dotado de gran maniobrabilidad, actuó como aeroplano catapultable desde la cubierta de cruceros, barcos de combate y barcos de apoyo. A partir de 1940, cuando ya habían sido superados por otros aviones, fueron utilizados en misiones secundarias, como entrenamiento o enlace.