LA ESPAÑA DE LA RECONQUISTA
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Datos principales
Desarrollo
1.Reinos y condados cristianos . De Covadonga a la Reconquista . El reino astur . Presencia franca en la Península . El rey astur, heredero de los visigodos . Neogoticismo asturleonés . La Crónica Profética . Independencia de los condados catalanes . De los Arista a los Jimeno de Pamplona . El protectorado cordobés . Independencia de Castilla . El ascenso de Navarra . Barcelona unifica los condados catalanes . Ruptura del equilibrio . La ocupación de Toledo . Segundas y terceras taifas . El predominio cristiano . Los beneficios de la guerra . Repartos de tierra para los vencedores . Inicio de la hegemonía castellana . La herencia de Sancho el Mayor . La época de las grandes conquistas . Portugal independiente . La frontera oriental de Castilla . La corona de Aragón . Navarros y aragoneses . De los condados catalanes a Cataluña . La unión de Barcelona y Aragón .
Política occitana de la Corona . Navarra, Albarracín y Urgel . El siglo XIII . Unión definitiva de Castilla y León . La expansión aragonesa . Navarra se aproxima a Francia . Revueltas nobiliarias y proyección exterior . El sueño imperial de Alfonso X . Proyección exterior de Jaime I . Los reyes portugueses ante la Iglesia y las Cortes . Sociedad, economía y cultura . Libres y dependientes . Nobles y clérigos en los siglos XI-XIII . Cistercienses y otras órdenes . Economía de los reinos y condados cristianos . Ganadería y Mestas . Artesanía y comercio . Mozárabes, mudéjares y judíos . El Rey y el Reino . Arte y cultura . Traducción y traductores . La educación . Literatura y arte de los siglos XI-Xlll . El latín, lengua cultural . Bibliografía sobre los reinos cristianos. 2.Los reinos de Taifas . La fragmentación del califato de Córdoba .
Los principales reinos de taifas . Final de las taifas . Al-Andalus en el siglo XI . El territorio . El campo . El comercio . Literatura en las cortes de taifas . Las cortes de taifas . La corte de al-Mutasim . Ciencia y técnica en las taifas . Bibliografía y notas sobre los reinos de taifas. 3.Los almorávides . Ideología guerrera y ortodoxa . Nacimiento de los murabitun . El Islam en los siglos XI y XII . Trayectoria política de lbn Tasufín . Influencia de al-Andalus en los almorávides . Los almorávides en al-Andalus . La entrada en al-Andalus . Alí ibn Yusuf . El retroceso almorávide . Levantamientos y fin . Difusión cultural almorávide . Esplendor desconocido . Todas las ciencias . Trasvases culturales . Bibliografía sobre el al-Andalus almorávide. 4.Los almohades . Doctrina de Ibn Tumart . Elaboración de las leyes .
Consecuencias de la doctrina almohade . Los almohades en al-Andalus . La llegada de los almohades . Califas almohades en al-Andalus . Ocaso en Las Navas . El arte almohade . Mezquitas y alminares almohades . Casas y palacios . Arquitectura militar almohade . Literatura y pensamiento almohade . Andalusíes en el exilio . El genio de Averroes . Bibliografía sobre el al-Andalus almohade. 5.Las últimas taifas . La agonía de al-Andalus . Arrollador avance cristiano . Las fuerzas cristianas . El avance de Castilla y León . La toma de Sevilla . El avance de Aragón . La toma de Valencia . Consecuencias de la conquista . La emigración literaria . Un arte de transición . El mudéjar hispano del siglo XIII . El comienzo granadino . La moneda de las terceras taifas . Bibliografía sobre las últimas taifas.
Reinos y condados cristianos
A la unidad islámica iniciada con la entrada árabe en la Península se oponen pequeños grupos divididos prácticamente en tantos núcleos políticos como valles geográficos pero unidos por la religión, que enlaza a estas zonas con Europa del mismo modo que el Islam vincula al-Andalus con el mundo africano y oriental. En los años ochenta del siglo XIII, del mundo unificado por emires y califas, por almorávides y almohades, sólo subsiste el reino de Granada, tributario de Castilla.
Más información De Covadonga a la Reconquista
La primera resistencia conocida tiene lugar en las montañas de Asturias, donde es derrotada una de las expediciones enviadas para cobrar los tributos y recordar la autoridad de los emires. Covadonga será el punto de partida de la Reconquista; para los cronistas musulmanes, Covadonga no pasa de ser una escaramuza a cuyos protagonistas se olvida desdeñosamente para lamentarlo más adelante: "no había quedado sino la roca donde se refugió el rey llamado Pelayo con trescientos hombres.
Más información El reino astur
Las victorias de Covadonga y Poitiers sirvieron para reavivar en el Norte las casi olvidadas cultura, costumbres y formas de vida visigodas que incluyen una cierta centralización del poder y la consolidación de la servidumbre. Contra la primera reaccionaron en tiempo de Fruela I, hermano y sucesor de Alfonso, vascones y gallegos que habrán de ser sometidos militarmente, y militarmente serán reducidos por Aurelio los siervos sublevados contra sus señores.
Más información Presencia franca en la Península
La presencia franca en la Península se debe al deseo de Carlomagno de proteger sus dominios de un posible ataque desde el sur. Una de las medidas tomadas será organizar un territorio de frontera bajo el control de un marqués, la llamada Marca Hispánica, en parte orígen de los posteriores condados catalanes.
Más información El rey astur, heredero de los visigodos
Las poblaciones montañesas del Norte, y en parte también los carolingios, se oponen a Córdoba como antes se habían enfrentado a Toledo, pero la religión establece claras diferencias entre musulmanes y visigodos y con el tiempo la guerra de la montaña contra el llano, la guerra de los pueblos poco romanizados contra Roma y Toledo -contra los patricios romanos y los nobles visigodos-, se transformará en una guerra de religión o, por utilizar un término de todos conocido, se transformará en la Reconquista.
Más información Neogoticismo asturleonés
Las revueltas en al-Andalus, dirigidas por los muladíes y apoyadas por beréberes y mozárabes, unidas a la insumisión de los muladíes del Ebro y a la presión carolingia sobre los Pirineos, permiten a Alfonso II consolidar las fronteras del reino y negar a Córdoba los tributos exigidos. Aunque mitificada por las leyendas que hacen intervenir al Apóstol Santiago, la independencia astur es una realidad que se observa en el campo eclesiástico al romper la Iglesia astur con la toledana, y en el campo político al acentuarse la visigotización del reino.
Más información La Crónica Profética
La crisis interna de al-Andalus y los éxitos militares de Alfonso III desembocan en una reflexión sobre la historia del reino, al que se dedican por estos años tres crónicas con un objetivo común: probar que el monarca astur es legítimo heredero de los visigodos y está llamado por Dios a reconstruir la unidad, a recuperar las tierras perdidas, a reconquistar el reino expulsando a los musulmanes, intrusos y enemigos del dios de los cristianos.
Más información Independencia de los condados catalanes
A la muerte de Vifredo (897) y tras ser restaurada la dinastía carolingia en la persona de Carlos el Simple, los condes catalanes reconocieron de nuevo la autoridad monárquica pero ésta ya no fue efectiva. Vifredo Borrell, hijo del primer conde independiente, fue el último de los condes de Barcelona que prestó homenaje de fidelidad a los reyes francos.
Más información De los Arista a los Jimeno de Pamplona
Al mismo tiempo que se refuerza la vinculación de los reinos de Pamplona y Asturias -Alfonso III casaría con la pamplonesa Jimena-, García Iñiguez casaría a una de sus hijas, Oneca, con el conde Aznar Galindo II de Aragón, que buscaba de este modo la amistad de Pamplona, recurriendo a las alianzas matrimoniales. De un posterior matrimonio de Oneca con Aznar Sánchez nacería Toda cuyo marido, Sancho Garcés, de la familia de los Jimeno, podría fin a la dinastía de los Arista en el año 905 y fortalecería la vinculación con la monarquía asturiana y con el condado de Aragón.
Más información El protectorado cordobés
Los sueños imperiales de los clérigos leoneses chocaron con la realidad de los años iniciales del siglo X en los que Abd al-Rahman III puso fin a las revueltas, unificó al-Andalus, adoptó el título de califa y recordó a los cristianos el poder cordobés enviando contra ellos expediciones de castigo que llevarán a condes y reyes del Norte a enviar embajadas a Córdoba, cargadas de presentes, en busca de la paz y, en ocasiones, solicitando el apoyo del califa para conservar el trono o para combatir a sus enemigos en el interior del reino o del condado.
Más información Independencia de Castilla
Alternando la sublevación armada con la sumisión y contando con el apoyo de Navarra o enfrentándose a sus monarcas, Fernán González consigue mantener unidos los condados castellanos y trasmitirlos a su hijo García Fernández, que actuará como señor independiente aun cuando reconozca la superioridad teórica del monarca leonés.
Más información El ascenso de Navarra
El ascenso de Navarra aparece ligado a la figura de Sancho III el Mayor, quien puede ser considerado el primer monarca europeo de la Península, sobre cuyos reinos cristianos ejerce un auténtico protectorado. No sin razón ha podido afirmarse que el reino de Sancho se extiende desde Zamora hasta Barcelona, aunque su autoridad es muy desigual.
Más información Barcelona unifica los condados catalanes
Los condados catalanes, independientes del dominio franco, se aglutinan en torno a Barcelona para crear un territorio unificado. La falta de ayuda franca ante los ataques de Almanzor, la extinción de la dinastía carolingia definitivamente en el año 987 y el convencimiento de que nada podía esperar de los capetos fueron el pretexto invocado por Borrell II para romper los lazos que unían el condado barcelonés con la monarquía franca, y los catalanes de Urgel y de Barcelona actuarán en adelante con total independencia, real y teórica.
Más información Ruptura del equilibrio
La influencia europea permite a los cristianos, divididos políticamente, resistir los ataques de los musulmanes fragmentados en numerosos reinos de taifas al desaparecer el califato a comienzos del siglo XI, unificados por los almorávides en los años finales del siglo, divididos nuevamente a mediados del XII, y reunidos una vez más por los almohades, cuya disgregación tras la derrota de Las Navas de Tolosa (1212) da lugar a nuevas taifas.
Más información La ocupación de Toledo
La ocupación de Toledo a cargo de las tropas del monarca castellano-leonés Alfonso VI inaugura una nueva etapa en la llamada Reconquista. Los reyes de las taifas musulmanas de Sevilla, Badajoz y Granada se decidieron a solicitar la intervención de los musulmanes del Norte de África unificados por Yusuf ibn Tashufín, emir de los almorávides.
Más información Segundas y terceras taifas
Pese a los momentáneos retroces del proceso de expansión de los reinos cristianos hacia el sur que suponen las invasiones almorávide y almohade, las alianzas entre los reyes cristianos y la división interna de al-Andalus, que se traduce en las segundas y terceras taifas, facilita la consecución de grandes conquistas.
Más información El predominio cristiano
La victoria sobre los almohades en Las Navas de Tolosa (1212) sirvió para acelerar la disgregación del Imperio norteafricano e hizo posibles los avances de castellanos, leoneses y portugueses hacia el Sur. Los portugueses se extendieron por el Alentejo y el Algarve, y catalanes y aragoneses ocuparon los reinos musulmanes de Valencia y de Mallorca durante el reinado de Jaime I el Conquistador.
Más información Los beneficios de la guerra
Sin el dinero de las parias no se explicaría la proliferación de monumentos románicos en el Norte de los reinos cristianos ni la fortificación de las fronteras, y el dinero musulmán no es ajeno a la llegada de importantes grupos de francos a la Península en los años finales del siglo XI y comienzos del XII, entre los que cabe mencionar en León a Raimundo de Borgoña, repoblador del Valle del Duero, y a Enrique, primer rey de hecho de Portugal, casados uno y otro con hijas de Alfonso VI... También el dinero de las parias es importante en la activación del Camino de Santiago, cuya ruta principal se fija en los tiempos de Alfonso VI de Castilla-León y Sancho Ramírez de Aragón.
Más información Repartos de tierra para los vencedores
Las grandes conquistas del siglo XIII fueron seguidas de la entrega de tierras a quienes habían intervenido en la campaña, y en casos como el mallorquín, el inicio de la guerra fue precedido del reparto de tierras en función de la contribución militar o económica ofrecida por cada uno. Jaime I se reservó la mitad de la isla y distribuyó el resto entre los nobles.
Más información Inicio de la hegemonía castellana
Entre los años iniciales del siglo XI y los finales del XIII los reinos de León y Castilla pasan por un proceso de acercamiento y distanciación política que culminará en la unión definitiva de Castilla y León en 1230, fecha a partir de la cual puede hablarse de unidad política pero no de fusión o identificación de leoneses y castellanos.
Más información La herencia de Sancho el Mayor
Históricamente, el siglo XI se inicia en 1031-1035-1037, años en los que se rompe la unidad del mundo musulmán y el califato es sustituido por numerosos reinos de taifas (1031) enfrentados entre sí e incapaces de oponer una resistencia eficaz a los reinos cristianos, aunque también éstos se dividen al distribuir Sancho el Mayor sus dominios entre sus hijos y recuperar la independencia, convertidos en reinos, los condados de Castilla y Aragón (1035).
Más información La época de las grandes conquistas
Rey de Castilla desde 1217 y de León en 1230, Fernando III ampliará considerablemente a costa de los musulmanes la extensión de los dominios recibidos. La ciudad de Sevilla se rindió en 1248 y con su ocupación finaliza el período expansivo del reino castellano-leonés que, en menos de veinte años, aprovechando la debilidad islámica, redujo a los musulmanes al reino granadino y limitó la expansión de aragoneses y portugueses hacia el Sur, convirtiéndose de este modo en el reino de mayor importancia de la Península.
Más información Portugal independiente
La independencia portuguesa tiene precedentes lejanos en los movimientos registrados en Galicia y en el Norte de Portugal durante el siglo X, y precedentes próximos en la creación por Fernando I del reino de Galicia así como en la concesión por Alfonso VI del condado portugalense al conde Enrique de Borgoña, casado con su hija Teresa. La concesión, aunque hereditaria, no suponía la independencia del territorio, que sería conseguida, de hecho, durante la guerra civil provocada por el matrimonio de Urraca y Alfonso el Batallador.
Más información La frontera oriental de Castilla
La colaboración castellano-aragonesa dio sus primeros resultados en la toma de Cuenca (1177) y en la firma de un nuevo tratado en Cazola (1179), que modificaba el reparto de tierras musulmanas: Valencia -desde el puerto de Biar hacia el Norte- sería para Aragón-Cataluña, y la ocupación de Murcia sería competencia castellana.
Más información La corona de Aragón
Las uniones y separaciones, alianzas y enfrentamientos que jalonan la historia de al-Andalus y de los reinos cristianos occidentales tienen su equivalente en la zona oriental durante este período que se inicia con la división de los dominios de Sancho el Mayor entre navarros y aragoneses (1035) que se unen en 1076 para separarse definitivamente a la muerte de Alfonso el Batallador en 1134.
Más información Navarros y aragoneses
La hegemonía navarra sobre los príncipes cristianos desaparece con Sancho el Mayor. La división de los dominios entre sus hijos y la falta de cohesión entre las tierras incorporadas por Sancho pusieron fin a la obra unificadora emprendida por el monarca navarro. La monarquía pamplonesa queda relegada a un lugar secundario mientras sobresale en Occidente el nuevo reino de Castilla unido al leonés, y en Oriente el condado de Barcelona.
Más información De los condados catalanes a Cataluña
Tras la renuncia al condado por parte de Berenguer Ramón II, le sustituye Ramón Berenguer III, quien ha merecido el sobrenombre de El Grande por la ambición de su política y por los éxitos logrados tanto frente a los musulmanes como en el Norte de los Pirineos, donde hizo efectivos los derechos sobre Razés y Carcasona comprados por Ramón Berenguer I.
Más información La unión de Barcelona y Aragón
Con Ramón Berenguer IV se produce la unión de Aragón y Cataluña, gracias a su matrimonio con Petronila, hija de Ramiro II el Monje, rey de Aragón.
Más información Política occitana de la Corona
Política occitana de la Corona
Reyes aragoneses y condes catalanes ven con simpatía una política expansiva al norte de los Pirineos. En consecuencia, especialmente después de la unión de ambos territorios, la Corona de Aragón intentará expandirse por la región occitana.
Más información Navarra, Albarracín y Urgel
Con la formacrión de poderosos reinos como el de Castilla-León y el de Aragón-Cataluña, quedan en desventaja algunos territorios con menor potencial económico y militar, como los de Navarra, Albarracín o Urgel. Pronto la presión sobre estos será difícil de resisitir, salvo en el caso navarro, que opta por aproximarse a Francia.
Más información El siglo XIII
Durante el siglo XIII acaba por reafirmarse la superioridad de los reinos cristianos sobre al-Andalus, en especial la de los reinos de Castilla y Aragón, con Alfonso X y Jaime I, respectivamente.
Más información Unión definitiva de Castilla y León
Un matrimonio, el celebrado en 1197 entre Alfonso IX de León y Berenguela de Castilla, hija de Alfonso VIII, permitiría treinta años más tarde reunir de nuevo ambos reinos en la persona de Fernando III.
Más información La expansión aragonesa
La muerte de Pedro el Católico en Muret (1213) dejó el reino en manos de Jaime I. Con este monarca, el reino de Aragón emprende una formidable política expansiva que le llevará a recibir el apelativo de El Conquistador.
Más información Navarra se aproxima a Francia
Desde su separación del reino aragonés, los monarcas navarros se mueven en una línea de equilibrio entre sus poderosos vecinos castellanos y catalano-aragoneses con los que colaboran militar (participación en la campaña de Las Navas de Tolosa de tropas navarras) y económicamente (concesión de préstamos a Pedro el Católico de Aragón). La solución a este estado pasa por un acercamiento a Francia, pues al morir Sancho VII los nobles ofrecieron la corona a Teobaldo de Champaña.
Más información Revueltas nobiliarias y proyección exterior
Durante la segunda mitad del siglo XIII, al finalizar el impulso expansivo, resurgen los problemas que las campañas militares habían enmascarado. Alfonso X de Castilla, Alfonso III de Portugal, Jaime I de Aragón y sus sucesores tienen que hacer frente a continuas revueltas nobiliarias en las que se ven implicados miembros de las familias reinantes, que actúan como jefes naturales de los nobles en la lucha por el poder que les enfrenta a la monarquía.
Más información El sueño imperial de Alfonso X
Los intereses peninsulares aparecen claramente vinculados a los europeos tras la muerte del emperador alemán-siciliano Federico II, cuya herencia se disputan, entre otros, los reyes de Castilla y de Aragón, que intervienen activamente en los enfrentamientos entre güelfos y gibelinos, partidarios los primeros de la hegemonía del pontífice y los segundos del predominio del emperador. Alfonso X, como hijo de Beatriz de Suabia, tenía unos derechos teóricos al trono imperial. La elección imperial, celebrada en 1257, dio lugar al nombramiento de dos emperadores: Alfonso de Castilla y Ricardo de Cornualles, hermano del rey de Inglaterra. Ambos aceptaron el nombramiento y Alfonso X intentó movilizar las fuerzas económicas del reino para hacer efectivo el título imperial, pero su elección no fue aceptada por el Pontificado.
Más información Proyección exterior de Jaime I
Aunque diferentes, los problemas del reinado de Jaime I(1214-1276) guardan un cierto paralelismo con los estudiados en Castilla: revueltas nobiliarias que, en el caso de Aragón, se complican con tendencias nacionalistas o anticatalanas; intervención en Navarra, sin éxito a pesar de los pactos de mutua filiación firmados con Sancho VII: implicación en los problemas europeos desde Toulouse y Provenza a pesar del fracaso de Muret, interviniendo indirectamente en la sucesión política de Federico II y de manera directa en las luchas por el control del comercio en el Mediterráneo Occidental...
Más información Los reyes portugueses ante la Iglesia y las Cortes
El rey Alfonso III, elegido por los obispos portugueses, mantuvo respecto a la Iglesia una política de amistad durante los primeros años de su reinado, en los que devolvió los bienes confiscados por Sancho II y pagó con nuevas donaciones los servicios prestados por los eclesiásticos.
Más información Sociedad, economía y cultura
Tradicionalmente, se ha considerado que sólo hubo feudalismo en los condados catalanes, directamente relacionados con el mundo carolingio. Si esto es cierto por lo que se refiere a la organización temprana de la aristocracia militar, no lo es menos que todos los dominios cristianos de la Península se hallan en una situación similar a la de Europa durante este período y que, en definitiva, aunque no exista un feudalismo pleno, de tipo francés, sí se dan las condiciones económicas y sociales que permiten hablar de una sociedad en diferentes estadios de feudalización.
Más información Libres y dependientes
La abundancia de hombres libres en los tiempos iniciales se explica por el origen de los pobladores de los primitivos núcleos cristianos: habitantes de las montañas poco romanizados, desconocen la gran propiedad y sólo llegarán a ella a través de un largo proceso con ritmos diferentes en cada zona. En las tierras alejadas de la frontera, estén en Galicia, León, Navarra, Aragón o los condados catalanes, al crearse en ellas sedes episcopales y grandes monasterios y conceder el rey o conde extensas propiedades a los nobles, aumentan los vínculos de dependencia y la presión sobre los pequeños campesinos.
Más información Nobles y clérigos en los siglos XI-XIII
Dueños o señores de los campesinos siervos y encomendados son los nobles y los eclesiásticos en cuyas manos se hallan la tierra, los censos y las prestaciones o trabajos personales debidos por los campesinos que cultivan la tierra.
Más información Cistercienses y otras órdenes
Pese a la importancia de la reforma de la Iglesia y de la Cristiandad iniciada por los cluniacenses, la Iglesia no fue capaz de escapar a los condicionamientos de la época, mantuvo una estructura feudal semejante a la de los laicos y conservó idéntica organización económica y social, por lo que monjes y eclesiásticos pueden ser asimilados por sus riquezas y formas de vida a los nobles. Contra esta situación se alzan numerosos reformadores, como Pedro Valdo o Francisco de Asís, que creen se debe llegar a un cambio total de las costumbres y exigen la vuelta de la Iglesia al ideal evangélico de la pobreza.
Más información Economía de los reinos y condados cristianos
Frente al predominio urbano e industrial de al-Andalus, los dominios cristianos sólo pueden ofrecer una economía agrícola y pastoril carente de moneda propia, sin proyección exterior importante y destinada fundamentalmente a la alimentación, vestido y calzado de sus habitantes, es decir, a la satisfacción de las necesidades vitales. Lógicamente, en una sociedad en guerra permanente, el botín es parte fundamental de la economía.
Más información Ganadería y Mestas
Frente a los campesinos desorganizados y dispersos, los ganaderos disponen de una organización y de unos privilegios que les permiten incrementar aún más la ganadería en perjuicio de la agricultura. Estos crean e impulsan las mestas locales o agrupaciones de ganaderos para defender el ganado y para buscar nuevas tierras a costa de los musulmanes o en perjuicio de los concejos limítrofes. También se buscan acuerdos de carácter general y para todo el reino, que serán recogidos al crearse el Honrado Concejo de la Mesta, reconocido oficialmente por Alfonso X en 1273.
Más información Artesanía y comercio
Artesanía y comercio observan un gran desarrollo entre los siglos XI y XIII. Especialmente notable es la actividad comercial de los mercaderes catalanes, favorecidos por la política expansiva de la Corona de Aragón. Estas actividades se veían perjudicadas frecuentemente por los piratas musulmanes de Almería, las Baleares y Tortosa, y la conquista de estas plazas en el siglo XII por Alfonso VII de Castilla, Ramón Berenguer III y Ramón Berenguer IV de Barcelona contará con el apoyo de barceloneses, pisanos y genoveses interesados en mantener activos el comercio y la navegación mediterráneos.
Más información Mozárabes, mudéjares y judíos
La clasificación social de trabajadores, defensores y clérigos permite englobar a todos los pobladores de los reinos hispánicos, pero la relación sería incompleta si no se tuviera en cuenta la existencia de grupos humanos que, dedicándose al cultivo de los campos, a la clerecía, a la artesanía, al comercio o a la administración, se diferencian de quienes realizan estos trabajos por su cultura, origen étnico o religión. Entre ellos están los mozárabes, cristianos que han vivido bajo el dominio musulmán y conservan el idioma árabe y la cultura y liturgia heredada del mundo visigodo; los mudéjares, o musulmanes que han permanecido en los territorios ocupados por los cristianos, y los judíos, que mantienen sus diferencias religiosas y viven en barrios apartados de los cristianos.
Más información El Rey y el Reino
Los reyes y condes hispánicos, igual que los europeos o los señores feudales, gobiernan aconsejados por nobles y eclesiásticos que siguen a la Corte o son llamados en circunstancias extraordinarias a formar parte de la Curia, del órgano asesor del monarca; estas reuniones coinciden en ocasiones con la celebración de concilios en los que se decide sobre asuntos eclesiásticos y políticos. Concilios y curia no son las únicas asambleas que podemos considerar precedente de las Cortes; en Cataluña, junto al consejo del conde-rey se convocan asambleas más amplias que tienen como finalidad mantener pacificado el territorio en momentos de especial gravedad. Son las asambleas de Paz y Tregua.
Más información Arte y cultura
La visigotización de los reyes asturianos es el reflejo de la influencia cultural de los mozárabes llegados de al-Andalus, a los que se debe la reorganización de la vida eclesiástica y con ella la construcción de iglesias mozárabes como las de San Miguel de Celanova (Orense), San Miguel de Escalada y Santiago de Peñalba (León), San Cebrián de Mazote (Valladolid), Santa María de Lebeña (Santander)..., cuyos precedentes pueden encontrarse en la iglesia de Santa María de Melque, edificada en las cercanías de Toledo todavía bajo dominio musulmán.
Más información Traducción y traductores
La convivencia en Toledo desde 1085 de mozárabes, musulmanes, judíos y cristianos peninsulares y europeos activará esta corriente de traducciones aunque no se llegó, como se ha dicho en ocasiones, a organizar una auténtica escuela o cuerpo de traductores. Se traduce en Toledo porque en esta ciudad se conserva un gran número de obras, porque a ella llegan continuamente mozárabes y judíos cultos expulsados por almorávides y almohades y porque los obispos favorecieron y estimularon a los traductores.
Más información La educación
Los contactos con el mundo y la cultura griega, directamente o a través de los musulmanes, amplían el campo de la cultura; la difusión del Derecho Romano y su utilidad para monarquías y principados hacen que su estudio sea favorecido por el poder civil, y la nueva situación económica de Europa permite que un grupo relativamente importante de personas abandone las ocupaciones tradicionales para dedicarse al estudio. La primera universidad hispánica de atraer a estudiantes de otros lugares parece haber sido la de Palencia, conocida desde los años finales del siglo XII y reconocida y confirmada en 1212 por Alfonso VIII.
Más información Literatura y arte de los siglos XI-Xlll
El arte es casi exclusivamente religioso y trazar su historia equivale a hacer un recorrido por las principales iglesias y monasterios de la Península siguiendo las rutas del Románico y del Gótico. La interminable lista de iglesias románicas cita, entre muchas otras, a la catedral de Jaca, las iglesias de San Isidoro de León, San Martín de Frómista, las catedrales de Zamora y Salamanca, la colegiata de Toro... para terminar en Santiago de Compostela. Entre las manifestaciones escultóricas románicas cabe citar el Pórtico de la Gloria o la Puerta de las Platerías de Santiago, el claustro del monasterio de Silos, la portada de San Vicente de Avila o de Santa María la Real de Sangüesa.
Más información El latín, lengua cultural
La difusión y el ascenso social de las lenguas romances no puede hacer olvidar que el latín no perdió su carácter de lengua cultural, y en latín se escribieron himnos y poemas religiosos, el Liber Sancti Iacobi o guía de los peregrinos a Santiago, una parodia (la Garcineida) en la que un canónigo toledano satiriza y parodia en el siglo XII a la jerarquía eclesiástica y a la curia romana responsables de la supresión del rito mozárabe, y en latín se escriben numerosas obras de tipo histórico, en Cataluña y en los reinos occidentales. En el monasterio de Ripoll se redacta la Gesta veterum comitum Barcinonensium et regum Aragonensium cuya primera parte comprende desde la época de Vifredo el Velloso hasta el final del reinado de Jaime I.
Más información Los reinos de Taifas
En 1009 triunfó el primer golpe de Estado en el seno del califato de Córdoba, y se agrietó de tal modo aquella dinastía, que veintiún años después los cordobeses decidieron abolir su califato, cuando ya de forma irreparable más de veinte territorios, los reinos de taifas, se habían declarado autónomos, en un largo y agotador proceso de guerra civil.
Más información La fragmentación del califato de Córdoba
La guerra civil ardía más o menos por todo al-Andalus y, sobre todo, en Córdoba, donde hasta la abolición del califato, en 1031, se sucedieron trece proclamaciones califales de seis omeyas, alguno de ellos depuesto y tornado al trono en más de una ocasión, y de tres hammudíes, príncipes magrebíes que lograron también, a río revuelto, el cada vez menos ilustre califato de Córdoba, donde ellos también eran quitados y repuestos por segunda vez. Así se siguió hasta noviembre de 1031, en que los cordobeses "abolieron el califato, porque no había otra alternativa, y expulsaron de Córdoba a todos los omeyas", cuenta el gran cronista lbn Hayyán.
Más información Los principales reinos de taifas
Los principales reinos de taifas
El fenómeno de las "autonomías" del siglo XI, en al-Andalus, como los que volvieron a ocurrir casi a mitad del siglo XII, y otra vez en la primera mitad del siglo XIII, tuvo entre sus características la peculiaridad del dinamismo interno de la fragmentación, de modo que en varios momentos algunas de las constituidas se subdividieron a su vez, generalmente porque los miembros de una familia reinante se escindían en una especie de subtaifas, más o menos reunidas otra vez.
Más información Final de las taifas
Las primeras taifas desaparecieron por causas diversas, como fueron la conquista por otra taifa, la conquista cristiana o bien la llegada de los almorávides.
Más información Al-Andalus en el siglo XI
El siglo XI produce dos hechos importantes en el espacio geopolítico de al-Andalus: la fragmentación del espacio interior y el retroceso de la frontera norte ante la presión cristiana, afectando particularmente al territorio de las Marcas, que ahora dejan de ejercer el papel defensivo para el que fueron creadas. Separando los nuevos Estados, existen en el interior de al-Andalus unas fronteras imprecisas, fluctuantes e inestables en función de la relación de fuerza pero que no parecen influir en otro tipo de relaciones como, por ejemplo, las mercantiles y culturales.
Más información El territorio
El carácter urbano de la civilización arabo-islámica es esencial en el período que tratamos. La madina, ciudad, es el espacio urbano por excelencia y, según el modelo clásico islámico, está rodeada por una muralla, provista de arrabal, alcazaba, mezquita mayor, zocos, baños y alhóndigas, acumulando no sólo la mayor densidad demográfica, sino también la sede del poder político, el centro de la vida religioso-cultural y el foco de la actividad artesano-mercantil.
Más información El campo
A pesar de la importancia de la vida urbana como factor característico de la sociedad islámica y andalusí, en particular, parece evidente que la masa rural sería el elemento más numeroso. Formado por comunidades campesinas étnicamente heterogéneas, se sentía distanciado de las tensiones políticas, aunque afectado por ellas. Ibn Hayyan, refiriéndose a la zona valenciana, describe la crisis social de los campesinos levantinos tras el desmoronamiento de la unidad política de al-Andalus en términos de un obligado abandono de las propiedades.
Más información El comercio
Durante este período subsiste un entramado de relaciones comerciales que no se ve afectado por la fragmentación y la inestabilidad del momento y que, siguiendo las pautas de la época califal, se centra en los núcleos urbanos, adquiriendo un auge significativo las actividades económicas propias de la vida urbana, como son la industria y el comercio.
Más información Literatura en las cortes de taifas
Si en el terreno político la aparición de los distintos reinos de taifas a lo largo de las tres primeras décadas del siglo XI supone la caída del califato omeya, la desmembración de al-Andalus y el principio del fin del dominio musulmán en la Península, en el campo de las bellas letras se puede hablar, sin embargo, de auténtica eclosión literaria. Por encima de todo, destacan tres grandes literatos: Ibn Darrach al-Qastalli, Ahmad ibn Suhayd e Ibn Hazm, siendo más conocido este último por ser el autor de El collar de la paloma.
Más información Las cortes de taifas
Los nuevos Estados rivalizarán entre sí no sólo por cuestiones dinásticas o territoriales, sino que, ampliándolo al terreno de las letras, también competirán para acaparar los mejores letrados y poetas, y sus soberanos tendrán a gala favorecer los estudios literarios. Es el momento en que ser poeta abre las puertas de palacio y una buena poesía puede ser premiada con un cargo.
Más información La corte de al-Mutasim
En torno a la figura de al-Mutasim (1052-1091), rey-poeta, la taifa de Almería reúne un importante grupo de poetas y literatos, algunos de ellos procedentes de la vecina taifa de Granada, que, regida por beréberes y gobernada por judíos, rechazaba más que atraía a los hombres de letras árabes.
Más información Ciencia y técnica en las taifas
Los estudios científico-técnicos se desarrollaron por doquier. A mediados del siglo XI eran conocidas y discutidas casi todas las obras, auténticas o no, atribuidas a Aristóteles; las poco recomendables ciencias ocultas y la mitología astral de Harran (Asia Menor) se introducían a través de Abu Maslama de Madrid y al-Karmani hasta el pie de los Pirineos; el Almagesto de Ptolomeo era objeto de la atención de Azarquiel, quien, con sus colaboradores, calculó unas nuevas Tablas astronómicas que son el precedente inmediato de las de Alfonso X.
Más información Los almorávides
Consolidaron los bereberes Sinhaya en el norte de África, desde mediado el siglo XI, un Imperio que por su orientación religiosa ortodoxa, defensora de los valores espirituales y a la vez de los territorios del Islam, se denominó de los almorávides. Su instalación en al-Andalus fue conjunción de dos factores complementarios: la fuerza expansiva, propia del movimiento almorávide, y la urgencia sentida por los andalusíes de contrarrestar la permanente ofensiva de los reinos cristianos.
Más información Ideología guerrera y ortodoxa
La islamización del extremo Noroeste de África, o al-Magrib al-Aqsa, la llevaron a cabo, a mediados del siglo VIII, las oleadas musulmanas que más tarde penetraron en la Península Ibérica, y siguió un proceso lento y desigual que introdujo la nueva religión con sus tres sectas principales: la sunní u ortodoxa, la si'í, partidaria de Alí, yerno del Profeta Mahoma, y la jariyí, cuyos adeptos se apartaron de las dos mencionadas. Los almorávides siguieron la escuela sunní.
Más información Nacimiento de los murabitun
Ibn Yasin, fundador d la ideología ortodoxa almorávide, logró dar a su movimiento un fuerte impulso reformador. Eliminó la tibieza religiosa y la heterodoxia y logró unificar el Magreb al-Aqsa con la ayuda de dos jefes de la tribu Lamtuna: Abu Bakr b. Umar y su primo Abu Ya'kub Yusuf ibn Tasufin, conquistador este último de al-Andalus.
Más información El Islam en los siglos XI y XII
Para entender la ideología que impulsó a Yusuf ibn Tasufín a cruzar el Mediterráneo en socorro de sus correligionarios andalusíes acosados por el avance cristiano, hay que esbozar el marco general del mundo islámico en los siglos XI y XII: el Califato abbasí de Bagdad, aunque despojado de todo poder militar y político por el sultán selchuqí, continuaba representando la unidad musulmana ortodoxa sunni frente a las corrientes heterodoxas si'ies y seguía siendo el baluarte que daba legitimidad a todo régimen que formase parte de la comunidad musulmana, la Umma. Egipto pertenecía al califato fatimí si'i ismailita, rival del abbasí. En la Península Ibérica, los reinos de taifas se habían alejado de los preceptos coránicos, relegando el papel de los alfaquíes malikíes y de los estudiosos de la religión a un segundo plano, después de que hubieran disfrutado de gran poder durante el emirato y el califato omeya.
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Prueba de la consideración que tenía el emir almorávide hacia Algazel y al-Turtusi fue la petición de fatua o sentencia religiosa que les solicitó para seguir adelante en su tarea de defender el Islam contra los musulmanes que lo mancillaban, trasgrediendo sus leyes, y contra los cristianos que lo amenazaban. Tras la victoria de Zallaqa en 1086, Ibn Tasufín rechazó la oferta de adoptar el título de Emir de los Creyentes, aferrándose en su convicción de que este título era propio del Imam, el Califa de Bagdad, y que él adoptaría, para formar parte de la Umma ortodoxa, el título de Príncipe de los Musulmanes, Defensor de la Fe y Delegado del Príncipe de los Creyentes.
Más información Influencia de al-Andalus en los almorávides
Aunque Yusuf ibn Tasufín vivió buena parte de su vida en Marrakech, no cabe duda de que el continuo contacto que tuvo con al-Andalus desde que cruzó por primera vez el estrecho de Gibraltar en 1086 jugó un papel importante en la evolución de su ideología. Sus grandes ciudades, Córdoba, Sevilla, Málaga y Valencia, seguían siendo centros de actividad intelectual, literaria y teológica, y Alí ibn Yusuf mandaba a al-Andalus a sus hijos a educarse con los grandes maestros y alfaquíes.
Más información Los almorávides en al-Andalus
La rendición de Toledo (mayo de 1085) al rey Alfonso VI de Castilla fue un duro golpe para al-Andalus, y también para el Magreb. Como consecuencia, los régulos de taifas se convencieron de que era necesario deponer sus rencillas y salvar al-Andalus, pidiendo auxilio al emir magrebí Yusuf ibn Tasufín.
Más información La entrada en al-Andalus
Tras el triunfo de Zallaqa/Sagrajas, Yusuf regresó a Marrakech sin proseguir la reconquista de Toledo y sin liberar el castillo de Aledo, muy adentrado en las tierras del reino sevillano. De nuevo, los cristianos -el Cid en Levante y Alfonso VI en la zona de Murcia- presionan con sus exigencias de parias y sus incursiones territoriales. En 1090, Yusuf decidió destronar a los régulos andalusíes porque eran para él unos traidores que habían vuelto a pactar con Alfonso VI.
Más información Alí ibn Yusuf
El emir Alí sucedió a su padre Yusuf en 1106, y fue un digno mantenedor, al principio, de la trayectoria ascendente iniciada por éste; continuó la guerra santa.
Más información El retroceso almorávide
El descontento de la población de al-Andalus con la administración almorávide y el empuje de los reinos cristianos, fundamentalmente gracias a las empresas conquistadoras de Alfonso I el Batallador, marcan la línea de caída del periodo almorávide.
Más información Levantamientos y fin
El surgimiento del movimiento almohade y los levantamientos andalusíes forzaron la caída del imperio almorávide tanto en Africa como en al-Andalus.La reforma religiosa integrista predicada, desde 1120, por el Mahdi (guía inspirado por Dios) Muhammad ibn Tumart, se oponía al formalismo maliki de los almorávides. Al morir Ibn Tumart (1130), le sucedió su discípulo, e hijo espiritual, Abd al-Mumin. Fue proclamado califa en 1132 y emprendió una serie de campañas contra los almorávides, adueñándose de todo el Magreb y entrando en la capital, Marrakech, en 1147, poniendo fin al poder almorávide en la zona.
Más información Difusión cultural almorávide
Tradicionalmente se acusa a los almorávides de haber puesto fin al esplendor cultural de la época taifa. Pero, al pie de la letra, esta afirmación no se mantiene: durante su escaso medio siglo de dominación, en al-Andalus se difundieron los descubrimientos matemáticos del rey taifa (m. 1085) al-Mutamán de Zaragoza; Avempace brilló como filósofo; Chábir ibn Aflah como astrónomo; Avenzoar como médico; Abu Salt de Denia como ingeniero; Idrisí y Zuhrí como geógrafos; Ibn Quzmán como poeta popular...
Más información Esplendor desconocido
La correspondencia de Avempace (Ibn Bachcha, m. h. 1138), publicada recientemente, y el hallazgo de manuscritos fragmentarios y anónimos hasta hoy -pero identificados a partir de 1985- del Kitab al-Istihmal de al-Mutamán cambian mucho la idea que teníamos del desarrollo de las matemáticas en al-Andalus. El rey de Zaragoza disponía en su biblioteca de las obras de Euclides, Ptolomeo, Apolonio, Arquímedes, Eutocio, etc.
Más información Todas las ciencias
Fue en época almorávide cuando los andalusíes se dieron cuenta de la gran superioridad de su cultura con respecto a la occidental e, incluso, oriental.
Más información Trasvases culturales
Los sabios europeos, ya en la primera mitad del siglo XII, optaron por venir a España. Unos aprendieron el árabe y llegaron a traducir por sí mismos los libros que les prestaban los obispos, que habían pasado a ser dueños de las bibliotecas de los vencidos.
Más información Los almohades
El movimiento almohade fue fundado por el bereber Muhammad ibn Tumart, nacido en el anti-Atlas magrebí hacia 1080, quien probablemente en 1117 empezó a reaccionar contra lo que él consideraba relajación religiosa de los almorávides. Perseguido por éstos, se hizo fuerte, desde 1123, en Tinmmal, al sur de Marrakech, con sus seguidores, titulándose Mahdi, y consolidó antes de su muerte, en 1130, su característica doctrina rigurosa en el unitarismo divino y tan sobria inicialmente como eran sus costumbres bereberes no-urbanas, doctrina que adquirió plena dimensión política al lograr sus seguidores conquistar territorios y llegar a sustituir a la dinastía almorávide en el Magreb y al-Andalus en 1145-1146.
Más información Doctrina de Ibn Tumart
Las líneas generales de la teología de Ibn Tumart se podrían resumir en tres grandes apartados: la ciencia y el saber, la existencia de Dios y la unicidad de Allah.
Más información Elaboración de las leyes
Si para entender la esencia de Allah y su unicidad según la doctrina almohade era necesaria la razón, en la elaboración de las leyes, que es la parte empírica de la religión, la razón no jugaba ningún papel.
Más información Consecuencias de la doctrina almohade
Consecuencias de la doctrina almohade
Las consecuencias de la doctrina almohade se pueden resumir en: guerra contra los almorávides, guerra contra los cristianos, desarrollo de las ciencias y austeridad en las artes.
Más información Los almohades en al-Andalus
El descontento con el poder almorávide se traduce en levantamientos en al-Andalus, que facilitan la llegada de una invasión africana: los almohades.
Más información La llegada de los almohades
Según las fuentes árabes de la época, a la vuelta de Ibn Qasi del Magreb llegó con él un destacamento militar enviado por Abd al-Mumin, primer califa almohade (1130-1163), al mando de Barraz ibn Muhammad al-Masufi, al que siguieron otros dos ejércitos. Estas primeras tropas, que llegaron en el verano de 1146, ocuparon las bases fronterizas de Tarifa y Algeciras, desde donde partió el proceso de ocupación del territorio.
Más información Califas almohades en al-Andalus
La consolidación del poder político almohade en el Magreb fue un hecho de esencial importancia, puesto que permitió prestar mayor atención al sector peninsular del Imperio. Hasta entonces, el califa Abd al-Mumin mantenía en al-Andalus una intensa actividad militar y diplomática, utilizando, además, los efectos psicológicos de sus victorias magrebíes. En 1160, llegaron noticias a Sevilla de que los rebeldes Ibn Mardanis e Ibn Hamusk habían sitiado Córdoba. En 1159, se había apoderado el primero de Jaén y poco antes, en 1158, habían tomado ambos Écija y Carmona. Sevilla quedaba así seriamente amenazada. Abd al-Mumin decidió entonces visitar y centrarse en al-Andalus y, para ello, estableció como base de operaciones Gibraltar.
Más información Ocaso en Las Navas
Tras la muerte de Abu Yusuf, se desencadenó la irremediable decadencia del Imperio almohade. Alfonso VIII había avanzado considerablemente en territorio musulmán y el almohade Muhammad marchó a la cabeza de un ejército cuya lealtad no era absoluta. En 1212, se enfrentó a las fuerzas de León, Castilla, Navarra y Aragón, sufriendo una aplastante derrota en Las Navas de Tolosa.
Más información El arte almohade
No incorporó el arte almohade nuevas estructuras ni nuevos elementos artísticos, pero, usando los ya existentes en el arte islámico occidental, les otorgó alguna nueva colocación o referencia y mayores dimensiones, además de prescindir de representaciones figurativas, a las cuales se oponen los almohades desde su estricta ortodoxia. Escasea la piedra, y dejan de labrarse en este material capiteles y columnas, tan abundantes en el arte omeya y cordobés, de los cuales varios se reaprovechan, como puede comprobarse en capiteles y columnas reutilizadas en la fachada de la Giralda y en el patio del Yeso del Alcázar de Sevilla.
Más información Mezquitas y alminares almohades
De las mezquitas almohades en al-Andalus no quedan sino restos: la de Sevilla mantiene en pie su famoso alminar, la Giralda, y parcialmente su patio. Quedan algunos elementos decorativos del mihrab de la mezquita de Almería en la iglesia de San Juan. La ermita del despoblado de Cuatrohabitan conserva las tres naves de una posible mezquita, con su alminar también identificable reutilizado como torre. De la mezquita almohade en Mértola queda también su mihrab en los muros reaprovechados de la iglesia mayor de aquella población.
Más información Casas y palacios
En el Magreb no se conservan restos de palacios ni de casas almohades. De las construcciones de esta poderosa dinastía en algunos lugares de al-Andalus, como el Algarve, Murcia, Málaga y Sevilla, quedan algunas referencias en fuentes literarias, en tanto las fuentes arqueológicas van precisando cada vez más diversas cuestiones a su alrededor. En el Alcázar de Sevilla quedan algunos elementos de época musulmana, como el patio del Yeso, fechable en el siglo XII, aunque no pueda precisarse si al principio o al final de tal centuria, con lo cual es incierto saber si pertenece al período almorávide o al almohade.
Más información Arquitectura militar almohade
En las fortificaciones almohades son una característica defensa de los lugares débiles las torres albarranas, unidas a la muralla por un arco o por un muro alto que deja paso a sus pies por la barbacana. La torre poligonal fue también usadísima en al-Andalus en este período, como se aprecia en algunas que aún subsisten: una en la cerca de Cáceres, tres en la de Ecija. Ochavada y albarrana es la de Espantaperros, en la alcazaba de Badajoz. La más monumental es la Torre del Oro sevillana, alzada en 1220-21, conclusión de cerca que, desde el Alcázar, protegía el acceso al río.
Más información Literatura y pensamiento almohade
Altísimos fueron los niveles de arabización y de islamización, consolidados por la firme estructuración del Estado almohade, y, por tanto, sus característicos logros culturales, desde el pensamiento religioso a las manifestaciones artísticas, destacando el auge de la elaboración filosófica.
Más información Andalusíes en el exilio
Tras la decadencia de los almohades y su abandono de al-Andalus, fue mayoritaria la emigración de las clases cultas a territorio musulmán del Norte de África y de Oriente. Emigraron místicos literatos como al-Susarí o el gran Ibn Arabí de Murcia (muerto en Damasco, en 1240); se refugian en Túnez literatos tan completos como Ibn al-Abbar, de Valencia (m. 1260), excelente poeta y prosista, o el autor de la qasida macsura, otra gran elegía por al-Andalus, Hazim de Cartagena (m. 1280), que apenas alcanzó el final de los almohades en al-Andalus.
Más información El genio de Averroes
La cumbre del pensamiento almohade es Averroes, cima del aristotelismo medieval, en su postrer fulgor andalusí durante los tiempos mejores del Califato almohade. Entre su producción filosófica sobresalen sus Comentarios a las obras de Aristóteles: a la Física, al Cielo, al Alma, a la Metafísica y a la Generación y corrupción y sus paráfrasis de los últimos libros de Los animales. Entre sus obras filosóficas originales brilla su Destructivo destructionis, en polémica con Algazel y su Destrucción de los filósofos.
Más información Las últimas taifas
Graves problemas dinásticos almohades se desencadenaron desde 1213, en el Magreb y en al-Andalus, produciendo rápidos y traumáticos cambios de califa, que acabaron por dejar al-Andalus a su suerte, desde 1228, mientras el Norte de África también se fragmentaba, hasta que los benimerines diesen la puntilla a los almohades en 1268. Al-Andalus se enfrenta, según cae el dominio almohade, con el problema de sustituir ese poder, y así se alzó, desde 1228, una serie de poderes locales, por todas partes, como un último período de taifas,
Más información La agonía de al-Andalus
Cuatro fueron los gobernantes en torno a los cuales se estableció el orden político y territorial de estas terceras taifas: Muhammad ibn Yusuf al-Ydami Ibn Hud, de 1228 a 1238 en Murcia; Zayyan ibn Mardanis en Onda, desde 1228, y Valencia, desde 1229 a 1238; Muhammad ibn al-Ahmar, desde 1232 en Arjona, fundador del reino nazarí de Granada y Suayb ibn Muhammad ibn Mahfuz, desde 1234 a 1262 en un reino que se extendía de Niebla al Algarve.
Más información Arrollador avance cristiano
El avance cristiano contra los musulmanes durante el siglo XIII fue el reflejo de dos fenómenos simultáneos: primero, el debilitamiento de los gobernantes almohades que ocupaban su puesto en nombre de un movimiento religioso en retroceso, carente de la cohesión necesaria para mantener activo el empuje inicial, falto de apoyo popular y continuamente amenazado y presionado desde el exterior; segundo, el reforzamiento económico y militar de los reinos cristianos de la Corona de Aragón, de Castilla y de León, apoyados por la Europa cristiana de las Cruzadas y por el ambiente interno de alianzas y de unificación relativamente duradero.
Más información Las fuerzas cristianas
Mientras el frente islámico del siglo XIII se debatía en luchas internas de varias familias musulmanas por heredar y resucitar lo que quedaba de al-Andalus, dos potencias cristianas en la Península Ibérica se disputaban las influencias y los derechos de conquista sobre los reinos surgidos de la atomización musulmana, porque significaban cuantiosos ingresos generados por el pago de las parias y por el botín logrado en las razias. Por un lado, la Corona de Aragón, formada a finales del siglo XII por la unión del reino de Aragón y el condado de Barcelona y, por el otro, el reino castellano-leonés, unificado en la persona de Fernando III el Santo en el año 1230.
Más información El avance de Castilla y León
Ya con anterioridad a su proclamación definitiva como rey de la Corona castellano-leonesa en el año 1230, y gracias al juego de las alianzas con los reyes musulmanes, Fernando III había logrado ocupar, sin ninguna dificultad, Martos y Andújar en el año 1224, que le sirvieron de cabeza de puente en la zona del Alto Guadalquivir, y Baeza en el año 1227. Una vez confirmado en el trono reanudó su ofensiva. Córdoba, la que fuera esplendorosa capital del Califato omeya, se entregó a los castellanos con una facilidad sorprendente en el año 1236.
Más información La toma de Sevilla
La toma de Sevilla puso el punto y aparte en la expansión castellano-leones sobre al-Andalus, permitiendo la existencia del reino nazarí de Granada durante dos siglos más. Fernando III dirigió las operaciones, en las que intervino el infante Alfonso y una flota proveniente del cantábrico, dirigida por Ramón Bonifaz.
Más información El avance de Aragón
Varios fueron los motivos que impulsaron la actuación de Jaime I el Conquistador en aquel momento de debilidad almohade. Por un lado, la necesidad de buscar solución a los graves problemas internos planteados por la actitud nobiliaria: las campañas contra los musulmanes ofrecían la oportunidad de encontrar beneficios en el exterior descargando, a la vez, las tensiones internas; por otro, el empuje comercial y económico que experimentaban las zonas catalanas, que miraba más allá del Mediterráneo y necesitaba expandirse hacia los mercados de Oriente.
Más información La toma de Valencia
La conquista de Valencia comenzó en el año 1232. La forma de llevar a cabo la conquista por parte de Jaime I -devastación de las cosechas, asedio de la ciudad y capitulación de la población- permitió incorporar a la Corona de Aragón terrenos fértiles y ciudades ricas sin graves destrucciones y, sobre todo, permitió la permanencia de la población musulmana valenciana en sus tierras
Más información Consecuencias de la conquista
El proceso de conquista y repoblación no fue, en absoluto, un proceso pacífico en ninguno de los dos reinos. El descontento de los nuevos pobladores en la región castellano-leonesa pronto se hizo patente. Las razias granadinas, que llevaron a los musulmanes hasta las puertas de Sevilla, amenazaban continuamente las conquistas alcanzadas y amedrentaban a los recién llegados, provocando que algunos abandonaran sus heredades. En la Corona de Aragón, el proceso de repoblación, que se hizo a pequeña escala, estuvo jalonado por amplios estallidos de rebeliones mudéjares a partir del año 1247. El hijo y sucesor de Jaime I, Pedro el Grande, sólo logró acabar con ellas en el año 1276.
Más información La emigración literaria
Fueron muchos los literatos que emigraron ante el arrollador avance cristiano, entre los que sin duda deben ser destacados Ibn al-Abbar, Ibn Said y Al-Qaartayanni. La trayectoria de estos tres grandes literatos es bien expresiva de la situación: surgidos de la sazón cultural que alcanzó al-Andalus en su cúspide almohade, de finales del siglo XII y primeros años del XIII, la decadencia andalusí, y las enormes pérdidas territoriales, les llevaron ya a dar sus frutos literarios finales en otras tierras, durante la segunda mitad de aquel siglo.
Más información Un arte de transición
La nueva fragmentación de al-Andalus en sus terceros reinos de taifas, ante los almohades y la consolidación del reino nazarí de Granada, ya en el siglo XIV, parece demasiado breve y demasiado condicionada por las pérdidas territoriales ante el avance cristiano como para consolidar las manifestaciones artísticas características y, sin embargo, desde los finales del arte almohade (en la década de los años 20 del siglo XIII) y los comienzos cabales del arte nazarí (con las construcciones alhambreñas del XIV) transcurren unos años no vacíos, ni mucho menos, de desarrollo artístico.
Más información El mudéjar hispano del siglo XIII
Algunos elementos y decoraciones de las construcciones andalusíes de pleno siglo XIII se transmitieron a la España cristiana, y con ese trasvase se renovó una parte del arte mudéjar, sobre todo en los recursos de las yeserías, pero también en disposiciones de patios, pórticos y pabellón o qubba. De este modo, lo mudéjar es, a su vez, y en este período, un testimonio de la evolución del arte andalusí en este siglo XIII, y de su transición entre almohades y nazaríes de Granada.
Más información El comienzo granadino
Algunas obras precedentes del siglo XIII llenan de sentido lo nazarí del XIV, que suele acaparar toda la atención, pero no debe oscurecer la interesante transición del XIII que, desde las realizaciones almohades, en sus dos primeras décadas, llena, sin parar, todas las décadas siguientes y testimonia cuanto pudieran hacer diversas entidades políticas andalusíes, surgidas como taifas, y entre las que sólo perdurará el Reino Nazarí de Granada.
Más información La moneda de las terceras taifas
La reforma del sistema monetario llevada a cabo por los almohades marcará notablemente las emisiones monetales del siglo XIII, tanto en al-Andalus como en el Norte de África, manteniéndose los nuevos tipos, aunque con ligeras modificaciones (hudíes, hafsíes, zayaníes, benimerines...).
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