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Datos principales
Rango
II Guerra Mundial
Desarrollo
El 17 de agosto de 1940 Hitler declaró el bloqueo total a Inglaterra y, desde principios de septiembre, los submarinos alemanes hundieron buques de todas las Marinas beligerantes. El torpedeamiento del paquebote Athenia, con 1.400 pasajeros a bordo, hizo recordar el asunto del Lusitania en la guerra anterior. Ante la protesta diplomática, la Marina alemana negó el hecho y Goebbels dijo que el Almirantazgo británico había hundido al Athenia para acusar al Reich. Un submarino alemán, el U-47, mandado por el oberleutenant Prien , obtuvo un éxito espectacular al penetrar en la base británica de Scapa Flow, situada en las Orcadas y defendida por un complejo sistema de defensas y redes metálicas. Una vez dentro de la base, el U-47 torpedeó y hundió al acorazado Royal Oak y el crucero Repulse, abandonando el puerto entre el desconcierto británico. Mucho más lejos, en el Atlántico sur, el inicio de la guerra sorprendió al acorazado de bolsillo Admiral Graf Spee cuando llevaba guardiamarinas en un viaje de prácticas. Inmediatamente inició una campaña contra los mercantes británicos y, en dos meses, hundió nueve buques y casi 50.000 toneladas. A principios de diciembre, necesitado de petróleo y suministros, se aproximó a la costa uruguaya en busca de sus barcos auxiliares, que eran controlados por la marina británica. El día 13, fue interceptado por los cruceros ingleses Exeter, Achilles y Ajax.
El Exeter situó dos impactos en el Admiral Graf Spee, que se refugió en Montevideo, donde solicitó quince días de asilo para reparar. Cuando las presiones británicas lograron reducir el permiso a un solo día, el comandante alemán desembarcó la tripulación y voló el crucero. El Atlantis era un mercante preparado para actuar como corsario, puesto bajo el mando de un marino de guerra y equipado con cañones, torpedos, minas y un pequeño hidroavión. Partiendo de su base en Noruega llevaba a cabo periplos de unos 20 meses en la ruta del cabo de Buena Esperanza, abastecido por submarinos en alta mar. Cobró 22 piezas hasta que, en septiembre de 1941, fue capturado por los ingleses. Al estallar la guerra, la Kriegmarine contaba con 50 submarinos costeros y 65 oceánicos y la Royal Navy con 38 submarinos y 66 buques escolta. El Almirantazgo tomó diversas medidas a fin de proteger el comercio marítimo: instaló armas antiaéreas en los mercantes, desvió los buques rápidos al norte y obligó a que los restantes formaran convoyes que navegaban cerca de la costa, por un canal delimitado y controlado por la aviación británica. La verdadera batalla del Atlántico no se inició hasta que, en marzo de 1941, Alemania botó gran número de nuevos submarinos. En el Mediterráneo, en cambio, la flota italiana contaba con ocho acorazados, 26 cruceros ligeros, 61 destructores, 120 submarinos y muchas embarcaciones menores. Sus enfrentamientos principales de 1940 con la Royal Navy ocurrieron en Punto Stilo (julio) y Cabo Taulada (noviembre) demostrando que los buques italianos, faltos de recursos técnicos, no podían competir con los ingleses.
El Exeter situó dos impactos en el Admiral Graf Spee, que se refugió en Montevideo, donde solicitó quince días de asilo para reparar. Cuando las presiones británicas lograron reducir el permiso a un solo día, el comandante alemán desembarcó la tripulación y voló el crucero. El Atlantis era un mercante preparado para actuar como corsario, puesto bajo el mando de un marino de guerra y equipado con cañones, torpedos, minas y un pequeño hidroavión. Partiendo de su base en Noruega llevaba a cabo periplos de unos 20 meses en la ruta del cabo de Buena Esperanza, abastecido por submarinos en alta mar. Cobró 22 piezas hasta que, en septiembre de 1941, fue capturado por los ingleses. Al estallar la guerra, la Kriegmarine contaba con 50 submarinos costeros y 65 oceánicos y la Royal Navy con 38 submarinos y 66 buques escolta. El Almirantazgo tomó diversas medidas a fin de proteger el comercio marítimo: instaló armas antiaéreas en los mercantes, desvió los buques rápidos al norte y obligó a que los restantes formaran convoyes que navegaban cerca de la costa, por un canal delimitado y controlado por la aviación británica. La verdadera batalla del Atlántico no se inició hasta que, en marzo de 1941, Alemania botó gran número de nuevos submarinos. En el Mediterráneo, en cambio, la flota italiana contaba con ocho acorazados, 26 cruceros ligeros, 61 destructores, 120 submarinos y muchas embarcaciones menores. Sus enfrentamientos principales de 1940 con la Royal Navy ocurrieron en Punto Stilo (julio) y Cabo Taulada (noviembre) demostrando que los buques italianos, faltos de recursos técnicos, no podían competir con los ingleses.