Pesebre de Greccio
Datos principales
Autor
Fecha
1290-1300
Escuela
Estilo
Material
Dimensiones
270 x 230 cm.
Museo
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El pesebre de Greccio es, seguramente, la escena de más complejidad espacial a la que se tuvo que enfrentar Giotto en los episodios de la vida de San Francisco que figuró para la basílica de Asís. El suceso tiene lugar en el coro de una iglesia. El paramento del muro de la parte trasera cierra la composición por detrás, a media altura, con lo que vemos el espacio que queda libre en el último plano. Aquí destaca el púlpito de la iglesia, a la izquierda, con la decoración típica de tipo cosmatesco y, en el centro, encima de la puerta que comunica las dos estancias, la cruz de madera que da a la parte de la nave central, que no vemos, sí la estructura de madera de su reverso. También ayuda a la creación del efecto de profundidad la posición que adopta, claramente oblicua al plano. En el espacio donde se desarrolla el episodio llama la atención la gran cantidad de personajes que ha figurado el artista. Además, en diferentes actitudes, lo que ejemplifica las reacciones diversas de cada uno de ellos al contemplar lo que está sucediendo en el primer plano: para celebrar la fiesta de la Navidad, San Francisco escogió a un niño muerto como representación de Jesús. Al dejarlo en el pesebre, el niño recobró la vida. Este es el punto central de la composición. Pero lo que verdaderamente la dota de vitalidad y movimiento son, como decíamos, las reacciones de los presentes. Todos ellos quieren participar de la celebración, pero no todos se han dado cuenta del milagro acontecido. Unos abren la boca, sorprendidos, otros miran incrédulos, algunos todavía están por llegar a la estancia, ni eclesiásticos ni laicos pueden creer lo que están viendo. Las miradas ayudan a centrar más aún el centro de la representación, en dos sentidos: mientras la mayoría de las miradas convergen en el santo y Greccio, otros levantan su vista hacia la cruz, arriba, creando una doble diagonal paralela entre la figura del santo y el milagro y la imagen de madera, arriba y abajo. Quizá Giotto creyera conveniente figurar tantos personajes para diversificar la expresión de los sentimientos en ellos y preparar el ambiente festivo, vital pero también creíble, de la representación.