Palacio de los Papas de Aviñón. Sala del Ciervo
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A menudo los escritores medievales, al escribir sobre residencias señoriales, se entretienen en describir las pinturas de sus paredes. Mayoritariamente, se trata de topoi y, por tanto, nada tienen que ver con la realidad. Sin embargo, el embellecimiento interior de los palacios mediante lo que puede definirse de solución temporal: los tapices , o por medio de pinturas, fue habitual. La residencia de los papas en Aviñón, conserva uno de los más delicados conjuntos de este género. La denominada Sala del ciervo, una estancia de tamaño medio, está completamente pintada y en sus paredes se simula un parque en el que se entretienen cazando y pescando un grupo de personajes. La ilusión de estar en pleno bosque que se ha pretendido crear para el espectador, así como la atmósfera refinada de las escenas, constituyen el rasgo más relevante de estas pinturas.