Tempestad en la costa de Belle-Ile
Datos principales
Autor
Fecha
1886
Estilo
Material
Dimensiones
65 x 81 cm.
Museo
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Buscando nuevos motivos, Monet se trasladó entre septiembre y diciembre de 1886 a Bretaña, buscando refugio en Belle-Ile. De este lugar se habían marchado ya los turistas por lo que el pintor se puede enfrentar directamente con la naturaleza. "El mar es increíblemente hermoso y está rodeado de rocas fantásticas... Me fascina esta inquietante zona, sobre todo porque me obliga a ir más allá de los que normalmente hago" escribió Monet en una carta a Durand-Ruel. Vivía en un humilde albergue en compañía de Gustave Geffroy, quien nos cuenta que para realizar esta obra Monet tuvo que sujetar el caballete con cuerdas y piedras ya que el viento era tan fuerte que le arrebataba el pincel y la paleta. No era la primera vez que Monet se interesaba por el mar embravecido -véase Mar agitada - utilizando el batir de las olas como un pretexto para contrastar colores, renunciando a una representación naturalista para acercarse a una imagen simbólica. Las masas de piedra y las puntas de roca se recortan ante el embravecido mar, ocupando rocas y agua la mayor parte de la superficie de lienzo, en una maniobra de reducción de elementos que ya se inició en Etrerat. La luz vuelve a ocupar un papel determinante en la composición, creando efectos atmosféricos que pocos artistas pueden imitar. Las pinceladas empastadas cargan de expresividad y dramatismo al conjunto. Esta serie de obras de Belle-Ile se presentó a la Sexta Exposición Internacional de mayo de 1887, organizada por Petit.