Cristo en el Huerto de los Olivos
Datos principales
Autor
Fecha
1889
Material
Dimensiones
73 x 92 cm.
Museo
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A pesar de estar rodeado por un buen número de pintores en Bretaña - Meyer de Haan y Sérusier principalmente - Gauguin se siente solo y desea encontrar nuevos horizontes que le sirvan como resorte y como escape. Por eso se representa en esta escena identificado con Cristo en el huerto de los olivos, en la más absoluta soledad, abandonado y esperando encontrar algo mejor. Al emplear a Jesús como símbolo de su propia persona, Gauguin se introduce plenamente en la pintura simbolista; incluso la situación de la figura en la esquina izquierda del lienzo sugiere un deseo de evasión, de escape. Al fondo del oscuro paisaje - trabajado con una pincelada suelta - aparecen dos figuras que buscan al desesperado Cristo-Gauguin que encontramos en primer plano, quizá aludiendo a la búsqueda de nuevos horizontes que pronto le sitúan en la Polinesia.