Cartagena
Localización
Desarrollo
Una de las más antiguas ciudades de España, Cartagena fue fundada por el cartaginés Asdrúbal hacia el año 227 antes de Cristo, siendo llamada originalmente Qart Hadash. Parece ser que, hacia el siglo VI a.C., existió un asentamiento autóctono denominado Mastia, que aparece citado en la Ora Marítima de Avieno (siglo IV a.C.). No obstante, también se sabe que el área de la actual Cartagena estuvo habitada desde la Prehistoria, y que su puerto era escala obligada para fenicios y griegos . La elección del lugar para la fundación de Carthago Nova debió deberse a sus excelentes facultades como fondeadero de naves, lo que convirtió a la ciudad en una poderosa base para la expansión cartaginesa por la Península Ibérica. Otros factores debieron ser la riqueza minera de la sierra cercana, la existencia de una laguna interior y la proximidad de una serie de colinas, que facilitaban su defensa. El nombre de Cartago Nova -Qart Hadash- le vino dado por tratarse de una nueva capital cartaginesa, por lo que debió de contar con excelentes construcciones y un gran desarrollo urbanístico, semejantes al de la metrópoli. Las cinco colinas que rodeaban la ciudad fueron dedicadas a otras tantas divinidades mediterráneas (montes Arx Asdrúbalis, Cronos, Aletes, Hefestos y Asklepios). La helenización de los vocablos Qart Hadas los convirtió posteriormente en Karchedon o Karchadonion, que acabaron siendo con el tiempo pronunciados como Carthago, forma aceptada desde la dominación romana.
Precisamente en el año 209, durante la Segunda Guerra Púnica, Carthago se convierte en ciudad romana, al ser conquistada por Publio Cornelio Escipión . A partir de este momento, Cartago comienza un periodo de gran esplendor, conociendo una expansión demográfica y urbanística, que le dota de excelentes edificios. La capital de la Carthaginenese, conoce con las invasiones bárbaras un periodo de ostracismo y decadencia. Se sabe que en los últimos años del reinado de Sisebuto , hacia los años 621-623, o durante los primeros de Suintila , la ciudad fue destruida por los visigodos, tras una breve etapa de dominio bizantino. Denominada Carthago Spartaria -la fama de sus extensos campos de esparto se extendía por todo el Mediterráneo-, durante esta etapa pasa a un segundo plano, arrasada por las luchas entre visigodos y bizantinos. San Isidoro , en sus Etimologías (XV, I, 7), dice de Carthago Nova o Spartaria que "hoy día, destruida por los godos, apenas quedan ruinas". La decadencia de Carthago se prolonga durante todo el periodo visigodo, comenzando tímidamente a ser repoblada durante la etapa de dominación árabe , especialmente a partir del siglo X. La ciudad atraviesa, pues, un periodo oscuro entre los siglos VIII-X, hasta el punto que la primera noticia sobre ella tendrá que esperar al siglo XII, cuando al-Idrisi nos diga que "es el fondeadero obligado de la ciudad de Murcia.
Es una ciudad antigua, que data de tiempos remotos. Su puerto sirve de refugio para navíos grandes y pequeños. Es atractiva y llena de recursos". En 1245 el futuro Alfonso X el Sabio conquista la ciudad para la corona de Castilla. A pesar de recuperar la ciudad su condición de sede episcopal, los siglos tardomedievales suponen una etapa de decadencia para la villa. La reactivación económica y política de Cartagena se produce a partir del siglo XVI, alcanzando un papel preponderante en 1728 al ser elegida capital del Departamento Marítimo del Mediterráneo. En este momento se construye el Arsenal, así como los cuarteles y castillos que llevaba aparejado el plan de fortificación de la villa, realizado por el ingeniero Martín Zermeño a instancias del conde de Aranda . En la primera mitad del siglo XIX Cartagena vuelve a entrar en un periodo de crisis, del que se recuperará a partir de la segunda mita de la centuria gracias al empuje de la minería, estimulando al tiempo la industria, el comercio y la política. No en balde, Cartagena será uno de los principales bastiones de la Revolución Cantonal de 1873. Un nuevo trance vive la ciudad en la década de 1920 debido a la crisis de la minería y en esta grave situación afrontó la Segunda República y la Guerra Civil. Cartagena se convierte en uno de los principales bastiones republicanos. Una nueva crisis económica vivió la ciudad a principios de la década de 1990, superada gracias a la implantación de nuevas industrias -General Electric, Ecocarburantes o AES Corporation- y a las inversiones de grupos industriales como Repsol, Enagás o Iberdrola. En la actualidad, la población de Cartagena casi alcanza los 200.000 habitantes.
Precisamente en el año 209, durante la Segunda Guerra Púnica, Carthago se convierte en ciudad romana, al ser conquistada por Publio Cornelio Escipión . A partir de este momento, Cartago comienza un periodo de gran esplendor, conociendo una expansión demográfica y urbanística, que le dota de excelentes edificios. La capital de la Carthaginenese, conoce con las invasiones bárbaras un periodo de ostracismo y decadencia. Se sabe que en los últimos años del reinado de Sisebuto , hacia los años 621-623, o durante los primeros de Suintila , la ciudad fue destruida por los visigodos, tras una breve etapa de dominio bizantino. Denominada Carthago Spartaria -la fama de sus extensos campos de esparto se extendía por todo el Mediterráneo-, durante esta etapa pasa a un segundo plano, arrasada por las luchas entre visigodos y bizantinos. San Isidoro , en sus Etimologías (XV, I, 7), dice de Carthago Nova o Spartaria que "hoy día, destruida por los godos, apenas quedan ruinas". La decadencia de Carthago se prolonga durante todo el periodo visigodo, comenzando tímidamente a ser repoblada durante la etapa de dominación árabe , especialmente a partir del siglo X. La ciudad atraviesa, pues, un periodo oscuro entre los siglos VIII-X, hasta el punto que la primera noticia sobre ella tendrá que esperar al siglo XII, cuando al-Idrisi nos diga que "es el fondeadero obligado de la ciudad de Murcia.
Es una ciudad antigua, que data de tiempos remotos. Su puerto sirve de refugio para navíos grandes y pequeños. Es atractiva y llena de recursos". En 1245 el futuro Alfonso X el Sabio conquista la ciudad para la corona de Castilla. A pesar de recuperar la ciudad su condición de sede episcopal, los siglos tardomedievales suponen una etapa de decadencia para la villa. La reactivación económica y política de Cartagena se produce a partir del siglo XVI, alcanzando un papel preponderante en 1728 al ser elegida capital del Departamento Marítimo del Mediterráneo. En este momento se construye el Arsenal, así como los cuarteles y castillos que llevaba aparejado el plan de fortificación de la villa, realizado por el ingeniero Martín Zermeño a instancias del conde de Aranda . En la primera mitad del siglo XIX Cartagena vuelve a entrar en un periodo de crisis, del que se recuperará a partir de la segunda mita de la centuria gracias al empuje de la minería, estimulando al tiempo la industria, el comercio y la política. No en balde, Cartagena será uno de los principales bastiones de la Revolución Cantonal de 1873. Un nuevo trance vive la ciudad en la década de 1920 debido a la crisis de la minería y en esta grave situación afrontó la Segunda República y la Guerra Civil. Cartagena se convierte en uno de los principales bastiones republicanos. Una nueva crisis económica vivió la ciudad a principios de la década de 1990, superada gracias a la implantación de nuevas industrias -General Electric, Ecocarburantes o AES Corporation- y a las inversiones de grupos industriales como Repsol, Enagás o Iberdrola. En la actualidad, la población de Cartagena casi alcanza los 200.000 habitantes.