Iglesia del Dôme des Invalides

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Datos principales


Fecha

1677-91

Autor

Jules-Hardouin Mansart

Lugar

París

Localización

París

Localización


Desarrollo


Aprobado el proyecto de Jules-Hardouin Mansart para la construcción de una iglesia en el Hôtel des Invalides, las obras comenzaron en el año 1677, concluyéndose en lo fundamental en 1691, aunque todavía se prolongaron algunos trabajos hasta 1735, siendo Robert de Cotte quien dirigió la fase final de ésta que se llamó la Eglise du Dôme por la cúpula que domina el conjunto y que fue uno de los deseos del rey. La planta de la capilla es de tipo centralizado, en forma de cruz griega a la que se unen pequeñas capillas en los ángulos. Estas comunican con el espacio central a través de un largo y estrecho pasillo, idea que ya aparecía en los proyectos de François Mansart para el Panteón de los Borbones y que se hicieron en el Val-de-Grâce y en la iglesia de la Visitación. Con frecuencia, se han señalado varias relaciones entre esta capilla y la basílica de San Pedro del Vaticano. Como primer aspecto estaría el intento de revalorizar la cúpula, empleando para ello una planta semejante a la de Miguel Angel, aunque por otra parte también es cierto que contaba con numerosos antecedentes franceses de iglesias de planta centralizada tendentes a hacer resaltar las cúpulas. Igualmente se relaciona con la basílica vaticana la intención de disponer ante el edificio una explanada cuadrada, cerrada con arquerías y delimitada con cuatro pequeños pabellones con cúpulas, que se asemejaría a la plaza de San Pedro de Bernini.

Sin embargo, ésta no llegó a realizarse, y solamente se pudo realzar la fachada y la cúpula con una gran avenida que, a través del campo, permitía la visión del conjunto, y que es la actual Avenue de Breteuil. La composición de la fachada puede estar igualmente inspirada en las obras de François Mansart, pues con frecuencia se ha señalado la semejanza con la de la iglesia de los Mínimos de París, construida por él. Pero de todas formas su estructura también entra dentro de la corriente francesa del momento, pues se constituye a base de dos cuerpos con un frontispicio en la parte central resaltado por medio de columnas y coronado por un frontón triangular, apreciándose en general una progresión de planos que van sobresaliendo hacia el centro, lo que le da una movilidad plenamente barroca. Además, la fachada queda unida estructural y estéticamente con la cúpula de la que no debe desligarse. Esta, aunque en última instancia procede de la de San Pedro del Vaticano, resulta sumamente curiosa gracias a algunos aspectos particulares que presenta, destacando de una forma especial su tendencia a la verticalidad y a la movilidad, a lo que contribuyen varios elementos dispuestos sabiamente por Jules-Hardouin Mansart. La verticalidad está determinada por la duplicación del tambor, al que ha añadido un segundo cuerpo. En segundo lugar, dispuso en el tambor, directamente sobre cada una de las pechinas, un par de contrafuertes, que aparte de su función arquitectónica, sirven también para disminuir el efecto óptico de estatismo en la cúpula.

Finalmente, en la articulación del tambor merece una especial atención la disposición de un machón, en vez de un vano, directamente en el eje de la fachada, lo cual resulta absolutamente anticlásico, repitiéndose el mismo esquema en la linterna. La ligazón de la cúpula con la fachada también queda de manifiesto en otros aspectos, como, por ejemplo, la composición a base de unas líneas que ascienden desde las columnas del pórtico a través de los contrafuertes del primer piso del tambor y las aletas del segundo, hasta las costillas de la cúpula. Además, entre estas últimas se colocaron trofeos dorados que añadieron una nota de barroquismo al conjunto. Por otra parte, la estructura de la cúpula también está relacionada con las proyectadas por François Mansart para el Panteón de los Borbones y la iglesia de la Visitación. Hay así una primera cúpula truncada, por encima de la cual está la verdadera, en la que se pintó la Gloria celestial; ésta recibe una luz pensada bajo conceptos escenográficos y de sorpresa plenamente barrocos, ya que la iluminan los vanos abiertos en el segundo cuerpo del tambor, que desde el interior de la iglesia están ocultos de la vista por la cúpula truncada. El aspecto del interior del edificio es también muy barroco, aunque en la actualidad está muy alterado por la excavación hecha bajo la cúpula para acoger la sepultura de Napoleón. En esencia, los muros se articulan mediante un orden corintio a base de pilastras en los brazos de la cruz, y un par de columnas ante cada uno de los cuatro machones que dan hacia el espacio central. Entre cada uno de estos pares de columnas se abren, bajo unos relieves de piedra, los vanos que sirven de comunicación con las capillas angulares, siendo por tanto el mismo esquema utilizado en la iglesia del Val-de-Gráce, con la salvedad de que aquí, como en San Pedro del Vaticano, de donde en última instancia derivan, en lugar de relieves hay unos balconcillos.

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