Virgen rodeada de ángeles

Datos principales


Autor

Guido Di Pietro Da Mugello

Fecha

1429 h.

Escuela

Quattrocento

Estilo

Renacimiento Italiano

Material

Temple sobre tabla

Dimensiones

37 x 28 cm.

Museo

Städelsches Kunstinstitut

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La tabla representa a la Virgen y el Niño rodeada de ángeles cantores. Aun sus reducidas dimensiones, la obra guarda cierto parecido en el grupo central con la Virgen del Retablo de Fiesole, en unos años anterior. Se presenta a la Madre de Dios en actitud sedente sobre una escalinata, cuyas graderías de mármol están ampliamente matizadas por el veteado de diversos colores, donde se sitúa el trono de clara ascendencia gótica, pero con un desarrollo estructural excepcional, es decir, de carácter y proporciones claramente arquitectónicas. La túnica de la Virgen tiene unos pliegues muy pronunciados que enfatizan la sensación de materialidad y consistencia corpórea de la figura. En sus rodillas se sitúa Jesús, semidesnudo y con la anatomía mórbida y sin formar de un niño de corta edad. Rodeando la imagen compositiva principal se presenta todo un séquito de ángeles ricamente coloreados y orlados con aureolas doradas que amplifican el efecto monumental del trono, haciendo más evidente la estructura circular de la escena. Ángeles y Virgen están tratados con iguales proporciones, algo poco habitual en composiciones de este tipo. La espacialidad conseguida desde los escalones hasta la distribución de los ángeles y la gesticulación de alguno de ellos, que tuerce la cabeza hacia delante, queda atenuada por el fondo de oro con el que se remata la obra, para dejar ejemplificado el ámbito celestial donde se sitúa la escena. Pero, aún así, esta práctica más perteneciente a formulaciones del gótico que al primer renacimiento, potencia en gran medida la monumentalidad arquitectónica del trono, que parece avalanzarse hacia el primer plano de la imagen, a la vez que produce la sensación de elevarse, de ascender de una manera desproporcionada. La Virgen parece desviar su mirada hacia un punto fuera del campo de la composición, cosa que queda patente con la línea roja del trono que une su ángulo de visión con las miradas de los ángeles de la zona más alta, pero, evidentemente, con recorrido contrario.

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