San Sebastián

Cincuenta ducados recibió Ribera por cada una de las figuras que pintó para las habitaciones particulares del prior de la Cartuja de San Martino, Giovan Battista Pisante. La serie consta de tres obras: San Jerónimo, San Bruno y este San Sebastián que contemplamos. El estilo de la obra corresponde a la etapa madura del maestro, resolviendo las composiciones con una iluminación en la que elimina los contrastes de claroscuro, disolviendo las figuras y los paisajes en la luz de la misma manera que hacían los venecianos. Sin embargo, Ribera es más naturalista como observamos en el meditativo rostro del santo, cuya mirada se eleva al cielo como pidiendo una respuesta a su martirio. La figura es más serena que en composiciones juveniles pero todavía manifiesta una significativa dependencia del clasicismo, con el que mantuvo un estrecho contacto a través de Reni y Lanfranco.

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