Babilonia
Desarrollo
La caída de la III dinastía de Ur provocó que durante casi dos siglos en la región de Babilonia existiera prácticamente un vacío artístico, al haber desaparecido la cultura neosumeria. Sin embargo, la entrada de elementos foráneos como los amorreos supuso la revitalización de las principales ciudades como Assur , Mari , Isin, Larsa, Eshnunna o Babilonia , en las que comenzaron de nuevo a erigirse grandes conjuntos palaciegos y templarios. De este periodo es preciso destacar el templo de Ischali, en el reino de Eshnunna, y el palacio de Mari.
También a este periodo paleobabilónico pertenecen algunas estatuillas votivas en piedra y en terracota, como la de la diosa Ningal de Ur , el león de Shaduppum (hoy Tell Harmal), la placa de la diosa Lilith o la placa del dios matando al cíclope. En Mari encontramos una gran cantidad de estatuas, como la de Puzur-Ishtar, en la que se nos muestran con gran detalle tanto la vestimenta como el cabello; la de lti-ilum, acéfala y de líneas sencillas, o la de Ishtup-ilum. Otra estatua que merece ser destacada es la conocida como diosa del vaso manante.
De la primera dinastía de Babilonia conservamos poco, aunque una de las piezas es nada menos que el Código de Hammurabi . También han llegado hasta nosotros pequeñas estatuas en las que se ha querido ver al mismo personaje -su cabeza en granito o una figura arrodillada de bronce-, muchos vasos de piedra, algunos sellos y ciertas estatuillas de bronce.
La toma del poder por parte de los cassitas supone una revitalización del arte babilónico. Los nuevos gobernantes emprendieron grandes obras de restauración y de nueva construcción, como la ciudad de Dur-Kurigalzu (Aqar Quf), con un gran palacio, adornado con vistosas pinturas murales, y su templo y majestuoso zigurat. Es preciso mencionar también un singular templo dedicado a la diosa Ishtar y ordenado edificar por Karaindash, en cuyos muros exteriores se construyeron nichos decorados con altorrelieves de diferentes dioses y diosas de alargadas proporciones que portan el vaso manante.
También de época casita son los kudurru, el mejor de los cuales, desde una perspectiva artística, es el de Meli-Shipak II, también conocido como piedra Michaux .
También a este periodo paleobabilónico pertenecen algunas estatuillas votivas en piedra y en terracota, como la de la diosa Ningal de Ur , el león de Shaduppum (hoy Tell Harmal), la placa de la diosa Lilith o la placa del dios matando al cíclope. En Mari encontramos una gran cantidad de estatuas, como la de Puzur-Ishtar, en la que se nos muestran con gran detalle tanto la vestimenta como el cabello; la de lti-ilum, acéfala y de líneas sencillas, o la de Ishtup-ilum. Otra estatua que merece ser destacada es la conocida como diosa del vaso manante.
De la primera dinastía de Babilonia conservamos poco, aunque una de las piezas es nada menos que el Código de Hammurabi . También han llegado hasta nosotros pequeñas estatuas en las que se ha querido ver al mismo personaje -su cabeza en granito o una figura arrodillada de bronce-, muchos vasos de piedra, algunos sellos y ciertas estatuillas de bronce.
La toma del poder por parte de los cassitas supone una revitalización del arte babilónico. Los nuevos gobernantes emprendieron grandes obras de restauración y de nueva construcción, como la ciudad de Dur-Kurigalzu (Aqar Quf), con un gran palacio, adornado con vistosas pinturas murales, y su templo y majestuoso zigurat. Es preciso mencionar también un singular templo dedicado a la diosa Ishtar y ordenado edificar por Karaindash, en cuyos muros exteriores se construyeron nichos decorados con altorrelieves de diferentes dioses y diosas de alargadas proporciones que portan el vaso manante.
También de época casita son los kudurru, el mejor de los cuales, desde una perspectiva artística, es el de Meli-Shipak II, también conocido como piedra Michaux .