Notas y bibliografía del volumen 4
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Datos principales
Rango
Not bib Pearl Harbor
Desarrollo
Notas (1) Aron Shai, "Was there a Far Eastern Munich?", Journal of Contemporary History (Londres), 9, 3, julio 1974, página 163. (2) A. J. P. Taylor, The War Lords, Penguin Books, 1978, pág. 138. (3) Ian Nish, "Japan and the Outbreak of War in 1941", en Aland Sked & Cris Cook, Crisis and controversies, Londres, 1976, pág. 140. (4) Cristopher Thorne, The Limits of Foreign Policy: The West, the Ligue and the Far Eastern Crisis of 1931-1933, Londres, 1972, págs. 3-14 y 404-423. (5) Taylor, ob. cit., pág. 178. (6) Cit. por Quincy Howe, Ashes of Victory: Wordl War II and its Aftermath, Nueva York, 1972, pág. 245. (7) General J. G. Fuller, Batallas decisivas del mundo occidental y su influencia en la historia (III), Barcelona, 1973, pág, 522. (8) John Gunther, Roosevelt en perspectiva: Un perfil en la historia, Buenos Aires, 1956 (el original es de 1950), página 304. (9) James Mac Gregor Burns, Roosevelt: El león y el zorro, Barcelona, 1975, 5.a ed., pág. 571. (10) Luis Morton, "La guerra fría y la erudición norteamericana", en Francis L. Loewenheim (Comp.), Historiadores, diplomáticos, México, 1968, pág. 267 (11) Cristopher Thorne, Allies of a Kind: the United States, Britain, and the War Against Japan, 1941-1945, Nueva York, 1979, págs. 83-84. (12) Participaron los portaaviones Kaga, Akagi, Hiryu, Soryu, Zuikaku, Shokaku; los acorazados Hiei y Kirishima (clasificados como cruceros de combate en la nomenclatura japonesa), y los cruceros pesados Tone y Chikuma.
(13) Una magnífica síntesis de esto lo supone A. J Barker, Pearl Harbor, Madrid, 1975, 160 págs. (14) Samuel Eliot Morison, The Two-Ocean War (A Short History of the United States Navy in the Second World War), Boston y Toronto, 1963, pág. 787. De los ocho acorazados, cinco habían sido restaurados y renovados y se les añadía otros siete mayores y mejores, a pesar de que la época del acorazado quedaba amortizada casi de golpe. Las vacas sagradas no fenecen fácilmente. (15) Robert E. Sherwood, Roosevelt y Hopkins: Una historia íntima (I), Barcelona, 1950, pág. 479. (16) Klauss Knorr, "Introduction: On the Utility of History" en Klauss Knorr, Historical Dimensions of National Security Problems (Comp.), Lawrence (Kansas), 1979, página 17. (17) Robert H. Ferrell, "Pearl Harbor and other Revisionists", en E. M Roberson (Comp.), The origins of the Second World War, Londres, 1971, págs. 286 y 292. (18) Sherwood, ob. cit., págs. 489-490. (19) Cit. por Alain Decaux, Nuevos episodios secretos de la historia, Barcelona, 1974, pág, 195. (20) Ferrel, ob. cit., pág. 287. (21) Morrison, ob. cit., pág. 69. (22) Roberta Wohlstetter, Pearl Harbor: Warning arad Decision, Stanford (California), 1962, págs. 382385. (23) Kluss Knorr, "Threat Perception", en Knorr, ob. cit., página 96. (24) Félix Llauge, Historia mundial de la aviación de guerra, Barcelona, 1973. (25) La escuadra se hizo a la mar el día 8 sin protección aérea "para echar una mano" a los defensores de Malasia.
Los cielos estaban muy cubiertos, impidiendo la acción aérea japonesa. El día 9 la escuadra decidió regresar ante la mejoría del tiempo, pero fue localizada por los aviones de observación del contralmirante Matsunaga, que lanzó desde Saigón 34 bombarderos de altura y 52 aviones torpederos. La escuadra inglesa comenzó a ser atacada hacia el mediodía del 10 de diciembre. A las 12,30, a causa de haber sido alcanzado por varios torpedos, se hundió el Repulse. Poco después de las 13 horas, también a causa de haber encajado varios torpedos, se hundía el Prince of Wales. 1991 tripulantes fueron recogidos por los destructores de escolta y 930 perecieron, entre ellos sir Tom Phillips y el capitán de navío Leach, comandante del Prince of Wales, que ya había estado a punto de morir el 24 de mayo anterior cuando su buque fue alcanzado por el Bismarck en el estrecho de Dinamarca. (26) Percival y Simson, prisioneros de los japoneses, compartieron 4 años de campos de concentración y terminaron siendo muy buenos amigos. Simson escribiría tiempo después que Percival le confesó haber cometido un grave error al no fortificar la isla... él fue el único de todos los jefes británicos que admitió haberse equivocado en su decisión sobre las defensas de la isla. (27) La flota del almirante Ozawa era dueña de aquellos mares desde el hundimiento del Prince of Wales y del Repulse.
Su misión fue evitar que se repitiera en Singapur una evacuación masiva como la de Dunkerque, con lo que se dedicaron a patrullar las posibles rutas marítimas aptas para huir de la isla asediada. En Singapur no hubo una evacuación masiva, pero se estima en unas 5.000 el número de personas que logró abandonar la isla, de las que no menos de 3.000 murieron a causa de los ataques japoneses. La presencia de Ozawa obligó a Percival a mantener un contingente importante de tropas a lo largo de toda la fachada oceánica de Singapur en previsión de un desembarco japonés. (28) Cf. B. H. Liddell Hart, Historia de la Segunda Guerra Mundial (I), Barcelona, 1972, págs. 232-235. Bibliografía Jean Chesneaux, Asia Oriental en los siglos XIX y XX, Barcelona, Labor, 1969. John W. Hall, El imperio japonés, Madrid, Ed. S. XXI, 1973. Jean Lequiller, Nouveaux mondes d´Asie du XVe siècle á nos jours, París, P.U.F., 1974. J. Livingston, J. Moore y F. Oldfather, The Japan Reader, vol. 1, Imperial Japan, 1800-1945, Penguin Books, 1976. Maurice Moreau, La economía del Japón, Buenos Aires, EUDEBA, 1964. Richard Storry, Japan and the decline of the West in Asia, 1894-1943, Londres, MacMillan, 1979. Arthur E. Tiedemann, Breve historia del Japón moderno, Buenos Aires, Ed. El Ateneo, 1965. Michel Vie, Le Japón contemporain, París, P.U.F., 1977.
(13) Una magnífica síntesis de esto lo supone A. J Barker, Pearl Harbor, Madrid, 1975, 160 págs. (14) Samuel Eliot Morison, The Two-Ocean War (A Short History of the United States Navy in the Second World War), Boston y Toronto, 1963, pág. 787. De los ocho acorazados, cinco habían sido restaurados y renovados y se les añadía otros siete mayores y mejores, a pesar de que la época del acorazado quedaba amortizada casi de golpe. Las vacas sagradas no fenecen fácilmente. (15) Robert E. Sherwood, Roosevelt y Hopkins: Una historia íntima (I), Barcelona, 1950, pág. 479. (16) Klauss Knorr, "Introduction: On the Utility of History" en Klauss Knorr, Historical Dimensions of National Security Problems (Comp.), Lawrence (Kansas), 1979, página 17. (17) Robert H. Ferrell, "Pearl Harbor and other Revisionists", en E. M Roberson (Comp.), The origins of the Second World War, Londres, 1971, págs. 286 y 292. (18) Sherwood, ob. cit., págs. 489-490. (19) Cit. por Alain Decaux, Nuevos episodios secretos de la historia, Barcelona, 1974, pág, 195. (20) Ferrel, ob. cit., pág. 287. (21) Morrison, ob. cit., pág. 69. (22) Roberta Wohlstetter, Pearl Harbor: Warning arad Decision, Stanford (California), 1962, págs. 382385. (23) Kluss Knorr, "Threat Perception", en Knorr, ob. cit., página 96. (24) Félix Llauge, Historia mundial de la aviación de guerra, Barcelona, 1973. (25) La escuadra se hizo a la mar el día 8 sin protección aérea "para echar una mano" a los defensores de Malasia.
Los cielos estaban muy cubiertos, impidiendo la acción aérea japonesa. El día 9 la escuadra decidió regresar ante la mejoría del tiempo, pero fue localizada por los aviones de observación del contralmirante Matsunaga, que lanzó desde Saigón 34 bombarderos de altura y 52 aviones torpederos. La escuadra inglesa comenzó a ser atacada hacia el mediodía del 10 de diciembre. A las 12,30, a causa de haber sido alcanzado por varios torpedos, se hundió el Repulse. Poco después de las 13 horas, también a causa de haber encajado varios torpedos, se hundía el Prince of Wales. 1991 tripulantes fueron recogidos por los destructores de escolta y 930 perecieron, entre ellos sir Tom Phillips y el capitán de navío Leach, comandante del Prince of Wales, que ya había estado a punto de morir el 24 de mayo anterior cuando su buque fue alcanzado por el Bismarck en el estrecho de Dinamarca. (26) Percival y Simson, prisioneros de los japoneses, compartieron 4 años de campos de concentración y terminaron siendo muy buenos amigos. Simson escribiría tiempo después que Percival le confesó haber cometido un grave error al no fortificar la isla... él fue el único de todos los jefes británicos que admitió haberse equivocado en su decisión sobre las defensas de la isla. (27) La flota del almirante Ozawa era dueña de aquellos mares desde el hundimiento del Prince of Wales y del Repulse.
Su misión fue evitar que se repitiera en Singapur una evacuación masiva como la de Dunkerque, con lo que se dedicaron a patrullar las posibles rutas marítimas aptas para huir de la isla asediada. En Singapur no hubo una evacuación masiva, pero se estima en unas 5.000 el número de personas que logró abandonar la isla, de las que no menos de 3.000 murieron a causa de los ataques japoneses. La presencia de Ozawa obligó a Percival a mantener un contingente importante de tropas a lo largo de toda la fachada oceánica de Singapur en previsión de un desembarco japonés. (28) Cf. B. H. Liddell Hart, Historia de la Segunda Guerra Mundial (I), Barcelona, 1972, págs. 232-235. Bibliografía Jean Chesneaux, Asia Oriental en los siglos XIX y XX, Barcelona, Labor, 1969. John W. Hall, El imperio japonés, Madrid, Ed. S. XXI, 1973. Jean Lequiller, Nouveaux mondes d´Asie du XVe siècle á nos jours, París, P.U.F., 1974. J. Livingston, J. Moore y F. Oldfather, The Japan Reader, vol. 1, Imperial Japan, 1800-1945, Penguin Books, 1976. Maurice Moreau, La economía del Japón, Buenos Aires, EUDEBA, 1964. Richard Storry, Japan and the decline of the West in Asia, 1894-1943, Londres, MacMillan, 1979. Arthur E. Tiedemann, Breve historia del Japón moderno, Buenos Aires, Ed. El Ateneo, 1965. Michel Vie, Le Japón contemporain, París, P.U.F., 1977.