La manera corriente de heredar
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Datos principales
Desarrollo
La manera corriente de heredar Muchas maneras hay de heredar entre los de Nueva España, y mucha diferencia entre nobles y villanos, por lo cual pondré aquí algo de ello. Es costumbre de plebeyos que el hijo mayor herede al padre en toda la hacienda raíz y mueble, y que tenga y mantenga a todos los hermanos y sobrinos, con tal que hagan ellos lo que él les mande. Por esta causa hay siempre en cada casa muchas personas. La razón por la que no parten la hacienda es por no disminuirla con la partición y particiones que unas tras otra se harían; lo cual, aunque es muy bueno, trae grandes inconvenientes. El que así hereda paga al señor los tributos y pechos a que su casa y heredad está obligada, y no más; y si está en lugar que pagan al señor por cabezas, da entonces aquel hermano mayor tantos cacaos por cada hermano y sobrino que tiene en casa, o tantas plumas o mantas o cargas de maíz, o las otras cosas que suelen pechar; y así, tributa mucho y parece a quien no lo sabe que es tributo desafortunado. Y en verdad, muchas veces no lo pueden pagar, y los venden o toman por esclavos. Cuando no hay hermanos ni sobrinos que hereden forzosamente, vuelven las haciendas al señor o al pueblo, y entonces las da el señor o el pueblo a quien bien les place, con la carga de tributo y servicio que tiene, y no más; aunque siempre se respeta el darlas a parientes de los que las tuvieron. Y aunque los pueblos hereden a los vecinos, no es para el concejo la renta, sino para el señor, del cual tienen tomado a renta, o como decimos acá, a censo perpetuo, todo el término.
Lo reparten por suertes y contribuyen a prorrateo. En otros lugares heredan al padre todos los hijos, y reparten entre sí la hacienda, que parece más justo y más libertad. Algunos señoríos hay que, aunque hereda el hijo mayor, no entra en posesión sin decreto y voluntad del pueblo, o sin licencia del rey a quien debe y reconoce vasallaje, por cuya causa muchas veces venían a heredar los otros hijos; y de aquí debe ser que en semejantes estados los padres nombran al hijo que les heredará; y dicen que en muchos lugares dejaba mandado el padre qué hijo tenía que sucederle en el señorío. En los pueblos de república, que se gobernaban en común, tenían diferentes maneras de heredar los estados, pero siempre se miraba el linaje. La general costumbre entre reyes y grandes señores mexicanos es heredar antes los hermanos que los hijos, y luego los hijos del hermano mayor, y tras ellos los hijos del primer heredero; y si no había hijos ni nietos, heredaban los parientes más allegados. Los reyes de México, Tezcuco y otros sacaban del estado lugares para dar a hijos y para dotar las hijas; y aun como eran poderosos, querían que siempre los hijos de las mujeres mexicanas, hijas y sobrinas del rey, heredasen el señorío de los padres, si ya no fuesen los mayores ni a los que pertenecía el estado.
Lo reparten por suertes y contribuyen a prorrateo. En otros lugares heredan al padre todos los hijos, y reparten entre sí la hacienda, que parece más justo y más libertad. Algunos señoríos hay que, aunque hereda el hijo mayor, no entra en posesión sin decreto y voluntad del pueblo, o sin licencia del rey a quien debe y reconoce vasallaje, por cuya causa muchas veces venían a heredar los otros hijos; y de aquí debe ser que en semejantes estados los padres nombran al hijo que les heredará; y dicen que en muchos lugares dejaba mandado el padre qué hijo tenía que sucederle en el señorío. En los pueblos de república, que se gobernaban en común, tenían diferentes maneras de heredar los estados, pero siempre se miraba el linaje. La general costumbre entre reyes y grandes señores mexicanos es heredar antes los hermanos que los hijos, y luego los hijos del hermano mayor, y tras ellos los hijos del primer heredero; y si no había hijos ni nietos, heredaban los parientes más allegados. Los reyes de México, Tezcuco y otros sacaban del estado lugares para dar a hijos y para dotar las hijas; y aun como eran poderosos, querían que siempre los hijos de las mujeres mexicanas, hijas y sobrinas del rey, heredasen el señorío de los padres, si ya no fuesen los mayores ni a los que pertenecía el estado.