Índice de la Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España, 1
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Datos principales
Desarrollo
ÍNDICE
Bernal Díaz del Castillo: La historia de su «Historia»
Prólogo
I En qué tiempo salí de Castilla, y lo que me acaeció
II Del descubrimiento de Yucatán y de un rencuentro de
guerra que tuvimos con los naturales
III Del descubrimiento de Campeche
IV Cómo desembarcamos en una bahía donde había
maizales, cerca del puerto de Potonchan, y de las
guerras que nos dieron
V Cómo acordamos de nos volver a la isla de Cuba, y de
la gran sed y trabajos que tuvimos hasta llegar al puerto
de la Habana
VI Cómo desembarcamos en la bahía de la Florida veinte sol-
dados, con nosotros el piloto Alaminos, para buscar agua,
y de la guerra que allí nos dieron los naturales de aquella
tierra, y lo que más pasó hasta volver a la Habana
VII De los trabajos que tuve para llegar a una villa que se
dice la Trinidad
VIII Cómo Diego Velázquez, gobernador de Cuba, envió
otra armada a la tierra que descubrimos
IX De cómo vinimos a desembarcar a Champoton
X Cómo seguimos nuestro viaje y entramos en Boca de
Términos, que entonces le pusimos este nombre
XI Cómo llegamos al río de Tabasco, que llaman de
Grijalba, y lo que allá nos acaeció
XII Cómo vimos el pueblo del Aguayaluco, que pusimos
por nombre La Rambla
XIII Cómo llegamos a un río que pusimos por nombre río
de Banderas, e rescatamos catorce mil pesos
XIV Cómo llegamos al puerto de San Juan de Ulúa
XV Cómo Diego Velázquez, gobernador de la isla de Cuba,
envió un navío pequeño en nuestra busca
XVI De lo que nos sucedió costeando las sierras de Tustla
y de Tuspa
XVII Cómo Diego Velázquez envió a Castilla a su procu-
rador
XVIII De algunas advertencias acerca de lo que escribe
Francisco López de Gómara, mal informado, en su
historia
XIX Cómo vinimos otra vez con otra armada a las tierras
nuevamente descubiertas, y por capitán de la armada
Hernando Cortés, que después fue marqués del
Valle y tuvo otros ditados, y de las contrariedades que
hubo para le estorbar que no fuese capitán
XX De las cosas que hizo y entendió el capitán Hernando
Cortés después que fue elegido por capitán, como
dicho es
XXI De lo que Cortés hizo desque llegó a la villa de la Trini-
dad, y de los caballeros y soldados que allí nos juntamos
para ir en su compañía, y de lo que más le avino
XXII Cómo el gobernador Diego Velázquez envió dos criados
suyos en posta a la villa de la Trinidad con poderes y man-
damientos para revocar a Cortés el poder de ser capitán
y tomarle la armada; y lo que pasó diré delante
XXIII Cómo el capitán Hernando Cortés se embarcó con todos
los demás caballeros y.
soldados para ir por la banda
soldados para ir por la banda
del sur al puerto de la Habana, y envió otro navío por la
banda del norte al mismo puerto, y lo que más le
acaeció
XXIV Cómo Diego Velázquez envió a un su criado que se
decía Gaspar de Garnica, con mandamientos y provi-
siones para que en todo caso se prendiese a Cortés
y se le tomase el armada, y lo que sobre ello se
hizo
XXV Cómo Cortés se hizo a la vela con toda su compañía de
caballeros y soldados para la isla de Cozumel, y lo que
allí le avino
XXVI Cómo Cortés mandó hacer alarde de todo su ejército, y
de lo que más nos avino
XXVII Cómo Cortés supo de dos españoles que estaban en
poder de indios en la punta de Cotoche,, y lo que sobre
ello se hizo
XXVIII Cómo Cortés repartió los navíos y señaló capitanes
para ir en ellos, y asimismo se dio la instrucción de lo
que habían de hacer a los pilotos, y las señales de los
faroles de noche, y otras cosas que nos avino
XXIX Cómo el español que estaba en poder de los indios,
que se llamaba Jerónimo de Aguilar, supo cómo
habíamos arribado a Cozumel, Y se vino a nosotros,
y lo que más pasó
XXX Cómo nos tomamos a embarcar y nos hicimos a la vela
para el río de Grijalva, y lo que nos avino en el viaje
XXXI Cómo llegamos al río de Grijalva, que en la lengua de
indios llaman Tabasco, y de lo que más con ellos
pasamos
XXXII Cómo mandó Cortés a todos los capitanes que fuesen
con cada cien soldados a ver la tierra adentro, y lo que
sobre ello nos acaeció
XXXIII Cómo Cortés mandó que para otro día nos aparejáse-
mos todos para ir en busca de los escuadrones guerreros,
y mandó sacar los caballos de los navíos, y lo que más
nos avino en la batalla que con ellos tuvimos
XXXIV Cómo nos dieron guerra todos los caciques de Tabasco
y sus provincias, y lo que sobre ello sucedió
XXXV Cómo envió Cortés a llamar a todos los caciques de
aquellas provincias, y lo que sobre ello se hizo
XXXVI Cómo vinieron todos los caciques e calachionis del río
de Grijalva y trajeron un presente, y lo que sobre ello
pasó
XXXVII Cómo doña Marina era cacica e hija de grandes señores,
y señora de pueblos y vasallos, y de la manera que fue
traída a Tabasco
XXXVIII Cómo llegamos con todos los navíos a San Juan de
Ulúa, y lo que allí pasamo
XXXIX Cómo fue Tendile a hablar a su señor Montezuma y
llevar el presente, y lo que hicimos en nuestro real
XL Cómo Cortés envió a buscar otro puerto y asiento para
poblar y lo que sobre ello se hizo
XLI Delo que se hizo sobre el rescatar del oro, y de otras
cosas que en el real pasaron
XLII Cómo, alzamos a Hernando Cortés por capitán gene-
ral y justicia mayor hasta que su majestad en ello man-
dase lo que fuese servido, y lo que en ello se hizo
XLIII Cómo la parcialidad de Diego Velázquez perturbaba el
poder que habíamos dado a Cortés, y lo que sobre ello
se hizo
XLIV Cómo fue ordenado de enviar a Pedro de Alvarado la
tierra adentro a buscar maíz y bastimentos, y lo que más
pasó
XLV Cómo entramos en Cempoal, que en aquella sazón era
muy buena población, y lo que allí pasamos
XLVI Cómo entramos en Quiahuistlán, que era pueblo puesto
en fortaleza, y nos acogieron de paz.
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XLVII Cómo Cortés mandó que prendiesen aquellos cinco
recaudadores de Montezuma, y mandó que dende allí
adelante no obedeciesen ni diesen tributo, y la rebelión
que entonces se ordenó contra Montezuma
XLVIII Cómo acordamos de poblar la Villa Rica de la Veracruz,
y de hacer una fortaleza en unos prados junto a unas
salinas y cerca del puerto del nombre feo, donde estaban
anclados nuestros navíos, y lo que allí se hizo
XLIX Cómo vino el cacique gordo y otros principales a quejarse
delante de Cortés cómo en un pueblo fuerte, que se decía
Cingapacinga, estaban guarniciones de mexicanos y les
hacían mucho daño, y lo que sobre ello se hizo
L Cómo ciertos soldados de la parcialidad del Diego
Velázquez, viendo que de hecho queríamos poblar y co-
menzamos a pacificar pueblos, dijeron que no querían ir
a ninguna entrada, sino volverse a la isla de Cuba
LI De lo que nos acaeció en Cingapacinga, y cómo a la
vuelta que volvimos por Cempoal les derrocamos sus
ídolos, y otras cosas que pasaron
LII Cómo Cortés mandó hacer un altar y se puso una
imagen de nuestra señora y una cruz, y se dijo misa y se
bautizaron las ocho indias
LIII Cómo llegamos a nuestra Villa Rica de la Veracruz, y lo
que allí pasó
LIV De la relación y carta que escribimos a su majestad
con nuestros procuradores Alonso Hernández Puerto-
carrero y Francisco de Montejo, la cual carta iba firmada
de algunos capitanes y soldados
LV Cómo Diego Velázquez, gobernador de Cuba, supo por
cartas muy por cierto que enviábamos procuradores con
embajadas y presentes a nuestro rey, y lo que sobre ello
se hizo
LVI Cómo nuestros procuradores con buen tiempo
desembocaron la canal de Bahama y en pocos días
llegaron a Castilla, y lo que en la corte les sucedió
LVII Cómo después que partieron nuestros embajadores
para su majestad con todo el Oro y cartas y relaciones:
de lo que en el real se hizo, y la justicia que Cortés mandó
hacer
LVIII Cómo acordamos de ir a México, y antes que partiése-
mos dar con todos los navíos al través, y lo que pasó; y
esto de dar con los navíos al través fue por consejo e
acuerdo de todos nosotros los que éramos amigos de
Cortés
LIX De un razonamiento que Cortés nos hizo después de
haber dado con los navíos al través, y cómo aprestamos
nuestra ida para México
LX Cómo Cortés fue adonde estaba surto el navío, y
prendimos seis soldados y marineros que del navío
hubimos, y lo que sobre ello pasó
LXI Cómo ordenamos de ir a la ciudad de México, y por
consejo del cacique fuimos por Tlascala, y de lo que
nos acaeció así de rencuentros de guerra como de
otras cosas
LXII Cómo se determinó que fuésemos por Tlascala, y les
enviábamos mensajeros para que tuviesen por bien
nuestra ida por su tierra, y cómo prendieron a los mensa-
jeros, y lo que más se hizo
LXIII De las guerras y batallas muy peligrosas que tuvimos
con los tlascaltecas, y de lo que más pasó
LXIV Cómo tuvimos nuestro real asentado en unos pueblos
y caseríos que se dicen Teoacingo o Teuacingo, y lo que
allí hicimos
LXV De la gran batalla que hubimos con el poder de los
tlascaltecas, y quiso Dios nuestro señor darnos victoria,
y lo que más pasó
LXVI Cómo otro día enviamos mensajeros a los caciques de
Tlascala rogándoles con la paz, y lo que sobre ellos
hicieron
LXVII Cómo tornamos a enviar mensajeros a los caciques de
Tlascala para que vengan de paz, y lo que sobre ello
hicieron y acordaron
LXVIII Cómo acordamos de ir a un pueblo que estaba cerca
de nuestro real, y lo que sobre ello se hizo
LXIX Cómo después que volvimos con Cortés de Zumpancingo,
hallamos en nuestro real ciertas pláticas, y lo que Cortés
respondió a ellas
LXX Cómo el capitán Xicotenga tenía apercibidos veinte mil
hombres guerreros escogidos, para dar en nuestro real,
y lo que sobre ello se hizo
LXXI Cómo vinieron a nuestro real los cuatro principales que
habían enviado a tratar paces, y el razonamiento que
hicieron, y lo que más pasó
LXXII Cómo vinieron a nuestro real embajadores de Montezuma,
gran señor de México, y lo que dijo, y lo que nos
avino
LXXIII Cómo vino Xicotenga, capitán general de Tlascala; a
entender en las paces, y lo que dijo, y lo que nos
avino
LXXIV Cómo vinieron a nuestro real los caciques viejos de
Tlascala a rogar a Cortés y a todos nosotros que luego nos
fuésemos con ellos a su ciudad, y lo que sobre ello
pasó
LXXV Cómo fuimos a la ciudad de Tlascala, y lo que los
caciques viejos hicieron, de un presente que nos dieron,
y cómo trajeron sus hijas y sobrinas, y lo que más
pasó
LXXVI Cómo se dijo misa estando presentes muchos caciques,
y de un presente que trajeron los caciques viejos
LXXVII Cómo trajeron las hijas a presentar a Cortés y a todos
nosotros, y lo que sobre ello se hizo
LXXVIII Cómo Cortés preguntó a Mase-Escaci e a Xicotenga por
las cosas de México, y lo que en relación dijeron
LXXIX Cómo acordó nuestro capitán Hernando Cortés con todos
nuestros capitanes y soldados que fuésemos a México,
y lo que sobre ello pasó
LXXX Cómo el gran Montezuma envió cuatro principales,
hombres de mucha cuenta, con un presente de oro y
mantas, y lo que dijeron a nuestro capitán
LXXXI Cómo enviaron los de Cholula cuatro indios de poca valía
a disculparse por no haber venido a Tlascala, y lo que
sobre ello pasó
LXXXII Cómo fuimos a la ciudad de Cholula, y del gran recibi-
miento que nos hicieron
LXXXIII Cómo tenían concertado en esta ciudad de Cholula
de nos matar por mandado de Montezuma, y lo que sobre
ellos pasó
LXXXIV De ciertas pláticas e mensajeros que enviamos al gran
Montezuma
LXXXV Cómo el gran Montezuma envió un presente de oro,
y lo que envió a decir, y cómo acordamos ir camino de
México, y lo que más acaeció
LXXXVI Cómo comenzamos a caminar para la ciudad de México,
y de lo que en el camino nos avino, y lo que Montezuma
envió a decir
LXXXVII Cómo el gran Montezuma nos envió otros embajadores
con un presente de oro y mantas, y lo que dijeron a Cortes,
y lo que les respondió
LXXXVIII Del gran e solemne recibimiento que nos hizo el gran
Montezuma a Cortés y a todos nosotros en la entrada de
la gran ciudad de México
LXXXIX Cómo el gran Montezuma vino a nuestros aposentos
con muchos caciques que le acompañaban, e la plática
que tuvo con nuestro capitán
XC Cómo luego otro día fue nuestro capitán a ver al gran
Montezuma y de ciertas pláticas que tuvieron
XCI De la manera e persona del gran Montezuma, y de cuan
gran señor era
XCII Cómo nuestro capitán salió a ver la ciudad de México y el
Tatelulco, que es la plaza mayor, y el gran cu de su
Huichilobos,y lo que más pasó
XCIII Cómo hicimos nuestra iglesia y altar en nuestro
aposento, y una cruz fuera del aposento, y lo que más
pasamos, y hallamos la sala y recámara del tesoro del
padre de Montezuma, y cómo se acordó prender al
Montezuma
XCIV Cómo fue la batalla que dieron los capitanes mexicanos
a Juan de Escalante, y cómo le mataron a él y a otros
seis soldados, y muchos amigos indios totonaques que
también allí murieron
XCV De la prisión de Montezuma, y lo que sobre ello se
hizo
XCVI Cómo nuestro Cortés envió a la Villa Rica por teniente
y capitán a un hidalgo que se decía Alonso de Grado,
en lugar del alguacil mayor Juan de Escalante, y el
alguacilazgo mayor se le dio a Gonzalo de Sandoval, y
desde entonces fue el alguacil mayor; y lo que después
pasó diré adelante
XCVII Cómo estando el gran Montezuma preso, siempre
Cortés y todos nuestros soldados le festejábamos y
regocijábamos, y aun se le dio licencia para ir a sus
cues
XCVIII Cómo Cortés mandó hacer dos bergantines de mucho
sostén e veleros para andar en la laguna; y cómo el
gran Montezuma dijo a Cortés que le diese licencia para
ir a hacer oración a sus templos, y lo que Cortés dijo, y
cómo le dio licencia
XCIX Cómo echamos los dos bergantines al agua, y cómo
el gran Montezuma dijo que quería ir a caza; y fue en
los bergantines hasta un peñol donde había muchos
venados y caza que no entraba a cazar en él persona
ninguna, con grave pena
C Cómo los sobrinos del grande Montezuma ana
daban convocando e trayendo a sí las voluntades de
otros señores para venir a México a sacar de la prisión
al gran Montezuma y echamos de la ciudad
CI Cómo el gran Montezuma con muchos caciques
y principales de la comarca dieron la obediencia a
su majestad, y de otras cosas que sobre ello
pasaron
CII Cómo nuestro Cortés procuró de saber de las minas
de oro, y de qué calidad eran, y asimismo en qué ríos
estaban, y qué puertos para navíos desde lo de Pánuco
hasta lo de Tabasco, especialmente el río grande de
Guazacualco, y lo que sobre ello pasó
CIII Cómo volvieron los capitanes que nuestro capitán
envió a ver las minas e a sondear el puerto e río de
Guazacualco
CIV Cómo Cortés dijo al gran Montezuma que mandase a
todos los caciques que tributasen a su majestad, pues
comúnmente sabían que tenían oro, y lo que sobre ello
se hizo
CV Cómo se repartió el oro que hubimos, así de lo que
dio el gran Montezuma, como de lo que se recogió
de los pueblos, y de lo que sobre ello acaeció a un
soldado
CVI Cómo hubieron palabras Juan Velázquez de León y
el tesorero Gregorio Mejía sobre el oro que faltaba de
los montones antes que se fundiese, y lo que Cortés
hizo sobre ello
CVII Cómo el gran Montezuma dijo a Cortés que le quería
dar una hija de las suyas para que se casase con ella,
y lo que Cortés le respondió, y todavía la tomó, y la servían
y honraban como hija de tal señor
CVIII Cómo el gran Montezuma dijo a nuestro capitán Cortés
que se saliese de México con todos los soldados,
porque se querían levantar todos los caciques y papas
y darnos guerra hasta matarnos, porque así estaba acor-
dado y dado consejo por sus ídolos; y lo que Cortés sobre
ello hizo
CIX Cómo Diego Velázquez, gobernador de Cuba, dio gran
priesa por enviar su armada contra nosotros, y en ella
por capitán general a Pánfilo de Narváez, y cómo vino
en su compañía el licenciado Lucas Vázquez de Aillón,
oidor de la real audiencia de Santo Domingo, y lo que
sobre ello se hizo
CX Cómo Pánfilo de Narváez llegó al puerto de San Juan
de Ulúa, que se dice la Veracruz, con toda su armada, y
lo que le sucedió
CXI Cómo Pánfilo de Narváez envió con cinco personas
de su armada a requerir a Gonzalo de Sandoval, que
estaba por capitán en la Villa-Rica, que se diese luego
con todos los vecinos, y lo que sobre ello pasó
CXII Cómo Cortés, después de bien informado de quién era
capitán, y quién y cuántos venían en la armada, y de los
pertrechos de guerra que traía, y de los tres nuestros
falsos soldados que a Narváez se pasaron, escribió
al capitán e a otros sus amigos, especialmente a Andrés
de Duero, secretario del Diego Velázquez; y también
supo cómo Montezuma enviaba oro y ropa al Narváez, y
las palabras que le envió a decir el Narváez al Monte-
zuma, y de cómo venía en aquella armada el licenciado
Lucas Vázquez de Aillón, oidor de la audiencia de Santo
Domingo, e la instrucción que traían
CXIII Cómo hubieron palabras el capitán Pánfilo de Narváez
y el oidor Lucas Vázquez de Aillón, y el Narváez le mandó
prender y le envió en un navío preso a Cuba o a Castilla,
y lo que sobre ello avino
CXIV Cómo Narváez con todo su ejército se vino a un pueblo
que se dice Cempoal, e concierto que en él hizo, e lo
que nosotros hicimos estando en la ciudad de México, e
cómo acordamos de ir sobre Narváez
CXV Cómo el gran Montezuma preguntó a Cortés que cómo
quería ir sobre el Narváez, siendo los que traía doblados
más que nosotros, y que le pesaría si nos viniese algún
mal
CXVI Cómo acordó Cortés con todos nuestros capitanes y
soldados que tornásemos a enviar al real de Narváez
al fraile de la Merced, que era muy sagaz y de buenos
medios, y que se hiciese muy servidor del Narváez, e
que se mostrase favorable a su parte más que no
a la de Cortés, e que secretamente convocase al artillero
que se decía Rodrigo Martín e a otro artillero que se decía
Usagre, e que hablase con Andrés de Duero para que
viniese a verse con Cortés; e que otra carta que escribié-
semos al Narváez que mirase que se la diese en sus
manos, e lo que en tal caso convenía, e que tuviese
mucha advertencia; y para esto se llevó mucha cantidad
de tejuelos e cadenas de oro para repartir
CXVII Cómo el fraile de la Merced fue a Cempoal, adonde es-
taba el Narváez e todos sus capitanes, y lo que pasó con
ellos, y les dio la carta
CXVIII Cómo en nuestro real hicimos alarde de los soldados
que éramos, y cómo trajeron doscientas y cincuentas
picas muy largas, con unos hierros de cobre cada una,
que Cortés había mandado hacer en unos pueblos
que se dicen los chinantecas, y nos imponíamos
cómo habíamos de jugar dellas para derrocar la gente de
a caballo que tenía Narváez, y otras cosas que en el real
pasaron
CXIX Cómo vino Andrés de Duero a nuestro real y el soldado
Usagre y dos indios de Cuba, naborías del Duero, y
quién era el Duero y a lo que venía, y lo que tuvimos por
cierto y lo que se concertó
CXX Cómo llegó Juan Velázquez de León y el mozo de espue-
las que se decía Juan del Río al real de Narváez, y lo que
en él pasó
CXXI De lo que se hizo en el real de Narváez después que de
allí salieron nuestros embajadores
CXXII Del concierto y orden que se dio en nuestro real para ir
contra Narváez, y el razonamiento que Cortés nos hizo,
y lo que respondimos
CXXIII Cómo después de desbaratado Narváez según y de la
manera que he dicho, vinieron los indios de Chinanta
que Cortés había enviado a llamar, y de otras cosas que
pasaron
CXXIV Cómo Cortés envió al puerto al capitán Francisco de
Lugo, y en su compañía dos soldados que habían sido
maestres de hacer navíos, para que luego trajese allí a
Cempoal todos los maestres y pilotos de los navíos y
flota de Narváez, y que les sacasen las velas y timones
e agujas, porque no fuesen a dar mandado a la isla
de Cuba a Diego Velázquez de lo acaecido, y cómo puso
almirante de la mar
CXXV Cómo fuimos a grandes jornadas, así Cortés con todos
sus capitanes como todos los de Narváez, excepto
Pánfilo de Narváez y Salvatierra, que quedaban
presos
CXXVI Cómo nos dieron guerra en México, y los combates
que nos daban, y otras cosas que pasamos
CXXVII Desque fue muerto el gran Montezuma, acordó Cortés
de hacerlo saber a sus capitanes y principales que nos
daban guerra, y lo que más sobre ello pasó
CXXVIII Cómo acordamos de nos ir huyendo de México, y lo que
sobre ello se hizo
CXXIX Cómo fuimos a la cabecera y mayor pueblo de Tlascala,
y lo que allí pasamos
CXXX Cómo fuimos a la provincia de Tepeaca, y lo que en ella
hicimos; y otras cosas que pasaron
CXXXI Cómo vino un navío de Cuba que enviaba Diego Veláz-
quez, e venía en él por capitán Pedro Barba, y la manera
que el almirante que dejó nuestro Cortés por guarda de
la mar tenía para los prender, y es desta manera
CXXXII Cómo los de Guacachula vinieron a demandar favor
a Cortés sobre que los ejércitos mexicanos los trataban
mal y los robaban, y lo que sobre ello se hizo
CXXXIII Cómo aportó al peñol y puerto que está junto a la
Villa-Rica un navío de los de Francisco Garay, que había
nviado a poblar el río Pánuco, y lo que sobre ello más
pasó
CXXXIV Cómo envió Cortés a Gonzalo de Sandoval a pacificar
los pueblos de Xalacingo y Zacatamí, y llevó doscientos
soldados y veinte de a caballo y doce ballesteros, y para
que supiese qué españoles mataron en ellos, y que
mirase qué armas les había tomado y qué tierra era, y
les demandase el oro que robaron, y de lo que más en
ello pasó
CXXXV Cómo se recogieron todas las mujeres y esclavos de
todo nuestro real que habíamos habido en aquello de
Tepeaca y Cachula, Tacamachalco y en Castilblanco y
en sus tierras, para que se herrasen con el hierro en
nombre de su majestad, y lo que sobre ello pasó
CXXXVI Cómo demandaron licencia a Cortés los capitanes
y personas más principales de los que Narváez había
traído en su compañía para se volver a la isla de Cuba,
y Cortés se la dio y se fueron.
Y de cómo despachó
Y de cómo despachó
Cortés embajadores para Castilla y para Santo Domingo
Y Jamaica, y lo que sobre cada cosa acaeció
CXXXVII Cómo caminamos con todo nuestro ejército camino de
la ciudad de Tezcuco, y lo que en el camino nos avino, y
otras cosas que pasaron
CXXXVIII Cómo fuimos a Iztapalapa con Cortés, y llevó en su com-
pañía a Cristóbal de Olí y a Pedro de Alvarado, y quedó
Gonzalo de Sandoval por guarda de Tezcuco, y lo que nos
acaeció en la toma de aquel pueblo
CXXXIX Cómo vinieron tres pueblos comarcanos a Tezcuco a
demandar paces y perdón de las guerras pasadas y
muertes de españoles, y los descargos que daban
sobre ello, y cómo fue Gonzalo de Sandoval a Tamanalco
en su socorro contra mexicanos, y lo que más
pasó
CXL Cómo fue Gonzalo de Sandoval a Tlascala por la madera
de los bergantines, y lo que más en el camino hizo en un
pueblo que le pusimos por nombre el Pueblo-
Morisco
CXLI Cómo nuestro capitán Cortés fue a una entrada al pueblo
de Saltocan, que está en la ciudad de México obra de seis
leguas, puesto y poblado en la laguna, y dende allí a otros
pueblos; y lo que en el camino pasó diré adelante