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Datos principales
Desarrollo
De cómo Tupac Inca Yupanqui anduvo por Los Llanos y cómo todos los más de los Yuncas vinieron a su señorío. Como el rey Tupac Inca determinase de ir a los valles de Los Llanos, para atraer a su servicio y obediencia los moradores dellos, abajó a lo de Túmbez y fue honradamente rescibido por los naturales, a quienes Tupac Inca mostró mucho amor; y luego se puso del traje quellos usaban para más contentarles y alabó a los principales el querer sin guerra tomarle por Señor, y prometió de los tener y estimar como a hijos propios suyos. Ellos, contentos con oir sus buenas palabras y manera con que les trataba, dieron la obediencia con honestas condiciones y permitieron quedar entre ellos gobernadores y hacer edificios; puesto que, sin esto que algunos indios afirman, tenían otros que Tupac Inca pasó de largo sin dejar hecho asiento en aquella tierra, asta que Guayna Capac reinó; mas si hemos de mirar estos dichos de los indios, nunca concluiremos nada. Saliendo de aquel valle caminó el rey Inca por lo más de la costa, yendo haciendo el camino real tan grande y hermoso como hoy parece lo que dél ha quedado; y por todas partes era servido y salían con presentes a le servir; aunque, en algunos lugares, afirman que le dieron guerra, pero no fue parte para quedar sin ser vasallos suyos. En estos valles se estaba algunos días bebiendo y dándose a placeres, holgándose de ver sus frescuras. Hicieron por su mandado grandes edificios de casas y templos. En el valle de Chimo dicen que tuvo recia guerra con el Señor de aquel valle, y que teniendo su batalla estuvo en poco quedar el Inca desbaratado de todo punto; mas, prevaleciendo los suyos, ganaron el campo y vencieron a los enemigos, a los cuales Tupac Inca con su clemencia perdonó, mandándoles, a los que vivos quedaron, que en sembrar sus tierras entendiesen y no tomasen otra vez las armas para él ni para otros.
Quedó en Chimo su delegado; y lo más destos valles iban con los tributos a Caxamalca; y porque son hábiles para labrar metales, muchos dellos fueron llevados al Cuzco y a las cabeceras de las provincias, donde labraban plata y oro en joyas, vasijas y vasos y lo que más mandado les era. De Chimo pasó adelante el Inca y en Parmunquilla mandó hacer una fortaleza, que hoy vemos, aunque muy gastada y desbaratada. Éstos Yuncas son muy regalados y los señores viciosos y amigos de regocijos; andaban a hombros de sus vasallos; tenían muchas mujeres, eran ricos de oro y plata y piedras y ropa y ganados. En aquellos tiempos servíanse con pompa; delante dellos iban truhanes y decidores; en sus casas tenían porteros; usaban de muchas religiones. Dellos de voluntad se ofrecieron al Inca y otros se pusieron en armas contra él; mas, al fin, él quedó por soberano Señor dellos todos y monarca. No les quitó sus libertades ni costumbres viejas, conque usasen de las suyas, que de fuera o de grado se habían de guardar. Quedaron indios diestros que les impusieran en lo que el rey quería que supiesen, y en aprender la lengua general tuvieran cuidado grande. Pusiéronse mitimaes y, por los caminos, postas; cada valle tributaba moderadamente lo que dar de tributo podía que en su tierra, sin lo ir a buscar a la agena, hobiese; a ellos guardábase la justicia, mas cumplían lo que prometían; cuando no, el daño era suyo y el Inca cobraba enteramente sus rentas. Señorío no se tiró a señor natural ninguno, pero sacáronse de los hombres de los valles muchos, poniéndose de los unos en los otros y para llevar a otras partes para los oficios que dicho se han.
Diose el Inca a andar por los demás valles con el mejor orden que podía, sin consentir que daño ninguno fuese hecho en los pueblos ni en los campos de las tierras por do pasaba; y los naturales tenían mucho bastimento en los depósitos y aposentos que por los caminos estaban hechos. Y con esta o le1n el Inca anduvo hasta que llegó al valle de Pachacama, donde estaba el templo tan antiguo y devoto de los Yuncas, muy deseado de ver por él; y como llegó a aquel valle, afirman que solamente quisiera que hubiera el templo del sol, mas como aquel era tan honrado y tenido por los naturales no se atrevió y contentóse con que se hiciese casa del sol grande y con mamaconas y sacerdotes para que hiciesen sacrificios conforme a su religión. Muchos indios dicen que el mesmo Inca habló con el demonio que estaba en el ídolo de Pachacama, y que le oyó cómo era el hacedor del mundo y otros desatinos que no pongo por no convenir; y que el Inca le suplicó le avisase con que servicio sería más honrado y alegre y que respondió que le sacrificasen mucha sangre humana y de ovejas. Pasado lo sobredicho, cuentan que fueron hechos grandes sacrificios en Pachacama por Tupac Inca Yupanqui y grandes fiestas, las cuales pasadas dio la vuelta a Cuzco por un camino que se le hizo, que va a salir al valle de Xauxa, que atraviesa por la nevada sierra de Pariacaca, que no es poco de ver y notar su grandeza y cuán grandes escaleras tiene, y hoy día se ven por entre aquellas nieves, para la poder pasar. Y visitando las provincias de la serranía y proveyendo y ordenando lo que más convenía para la buena gobernación allegó al Cuzco, a donde fue recebido con grandes fiestas y bailes y se hicieron en el templo grandes sacrificios por sus victorias.
Quedó en Chimo su delegado; y lo más destos valles iban con los tributos a Caxamalca; y porque son hábiles para labrar metales, muchos dellos fueron llevados al Cuzco y a las cabeceras de las provincias, donde labraban plata y oro en joyas, vasijas y vasos y lo que más mandado les era. De Chimo pasó adelante el Inca y en Parmunquilla mandó hacer una fortaleza, que hoy vemos, aunque muy gastada y desbaratada. Éstos Yuncas son muy regalados y los señores viciosos y amigos de regocijos; andaban a hombros de sus vasallos; tenían muchas mujeres, eran ricos de oro y plata y piedras y ropa y ganados. En aquellos tiempos servíanse con pompa; delante dellos iban truhanes y decidores; en sus casas tenían porteros; usaban de muchas religiones. Dellos de voluntad se ofrecieron al Inca y otros se pusieron en armas contra él; mas, al fin, él quedó por soberano Señor dellos todos y monarca. No les quitó sus libertades ni costumbres viejas, conque usasen de las suyas, que de fuera o de grado se habían de guardar. Quedaron indios diestros que les impusieran en lo que el rey quería que supiesen, y en aprender la lengua general tuvieran cuidado grande. Pusiéronse mitimaes y, por los caminos, postas; cada valle tributaba moderadamente lo que dar de tributo podía que en su tierra, sin lo ir a buscar a la agena, hobiese; a ellos guardábase la justicia, mas cumplían lo que prometían; cuando no, el daño era suyo y el Inca cobraba enteramente sus rentas. Señorío no se tiró a señor natural ninguno, pero sacáronse de los hombres de los valles muchos, poniéndose de los unos en los otros y para llevar a otras partes para los oficios que dicho se han.
Diose el Inca a andar por los demás valles con el mejor orden que podía, sin consentir que daño ninguno fuese hecho en los pueblos ni en los campos de las tierras por do pasaba; y los naturales tenían mucho bastimento en los depósitos y aposentos que por los caminos estaban hechos. Y con esta o le1n el Inca anduvo hasta que llegó al valle de Pachacama, donde estaba el templo tan antiguo y devoto de los Yuncas, muy deseado de ver por él; y como llegó a aquel valle, afirman que solamente quisiera que hubiera el templo del sol, mas como aquel era tan honrado y tenido por los naturales no se atrevió y contentóse con que se hiciese casa del sol grande y con mamaconas y sacerdotes para que hiciesen sacrificios conforme a su religión. Muchos indios dicen que el mesmo Inca habló con el demonio que estaba en el ídolo de Pachacama, y que le oyó cómo era el hacedor del mundo y otros desatinos que no pongo por no convenir; y que el Inca le suplicó le avisase con que servicio sería más honrado y alegre y que respondió que le sacrificasen mucha sangre humana y de ovejas. Pasado lo sobredicho, cuentan que fueron hechos grandes sacrificios en Pachacama por Tupac Inca Yupanqui y grandes fiestas, las cuales pasadas dio la vuelta a Cuzco por un camino que se le hizo, que va a salir al valle de Xauxa, que atraviesa por la nevada sierra de Pariacaca, que no es poco de ver y notar su grandeza y cuán grandes escaleras tiene, y hoy día se ven por entre aquellas nieves, para la poder pasar. Y visitando las provincias de la serranía y proveyendo y ordenando lo que más convenía para la buena gobernación allegó al Cuzco, a donde fue recebido con grandes fiestas y bailes y se hicieron en el templo grandes sacrificios por sus victorias.