Realizado en la misma época que Venus y Adonis, supone una continuación de aquél, tanto en el tema como en lo formal. Si en aquella ocasión Poussin narraba los amores de Venus y Adonis en sus momentos de felicidad, aquí retoma el relato de las "Metamorfosis" de Ovidio para presentarnos el desdichado desenlace. Según una sentencia de la musa Calíope, Venus y Perséfone debían compartir los amores de Adonis, durante seis meses cada una. Venus persuadió a Adonis para que no acudiera junto a Perséfone. Ésta, justamente agraviada, habló con Marte, su benefactor y amante de Venus, y lo persuadió de que la diosa del amor prefería a Adonis antes que a él. Celoso, Marte se transformó en jabalí y destrozó a Adonis con sus colmillos ante las lágrimas de Venus. Venus, entonces, vierte néctar sobre Adonis y brotan anémonas, símbolo del retorno anual del joven para estar junto a su amada. La posición de Adonis es similar a la de Cristo en el Llanto por Cristo Muerto, de los mismos años. No es que Poussin se repita cómodamente; es que, como intelectual, trazaba así un paralelo entre la resurrección de Cristo y la resurrección anual de Adonis. Esta fusión de los cristiano y lo pagano será una constante en Poussin.
Busqueda de contenidos
obra
La continuidad de la escuela de Lisipo parece constituir, pese a todo, un caso aislado. Frente a ella, el ambiente normal de la escultura de la época helenística es lo que se define como un clasicismo totalizador o de síntesis. Parece como si los escultores quisiesen buscar un nuevo y último canon fundiendo la delicadeza de líneas y actitudes de Praxíteles, la esbeltez y ligereza atlética de Lisipo y la intensidad de mirada de Escopas, todo ello dentro de una calidad técnica y una creatividad de actitudes y ritmos ciertamente admirables, como bien se puede apreciar en la serie de las llamadas Afroditas Púdicas entre las que destaca la de los Medici que aquí contemplamos.
obra
Las villas campestres de los miembros de las familias nobles florentinas estaban decoradas con asuntos mitológicos o paisajes, olvidando la temática religiosa que adornaban sus palacios urbanos. Es el caso de la Villa Lemmi, propiedad de Giovanni Tornabuoni, tío de Lorenzo el Magnífico. Con motivo del matrimonio entre su hijo Lorenzo y la bella Giovanna degli Albizzi, decidió encargar a Botticelli sendos frescos en los que se representará la introducción de los novios en el círculo de las figuras mitológicas y alegóricas. En esta imagen contemplamos a Giovanna en la zona de la derecha, sosteniendo entre sus manos un paño blanco; la diosa Venus deposita rosas en el paño, como símbolo de belleza y amor, dones que la diosa depara a la joven. Tras Venus encontramos a las Tres Gracias y junto a Giovanna un amorcillo, que originariamente portaba el escudo familiar. El estado de conservación del fresco es bastante lamentable pero nos sirve como perfecto ejemplo de la manera de trabajar del artista, marcando los contornos de las figuras con una línea contundente e interesándose por los pliegues de los paños, en un estilo que será característico y fácil de reconocer. Lorenzo Tornabuoni en el círculo de la Sabiduría es su compañero.
obra
La Escuela veneciana del Cinquecento tiene en Veronés a su tercer maestro en relevancia, junto a Tiziano y Tintoretto. Sus obras, siempre monumentales, contarán con un importante éxito ya sean religiosas o mitológicas. Adonis era un joven de tal belleza que enamoró a dos diosas, Venus y Proserpina, que se lo repartían durante el año. Venus sólo buscaba complacerle y le acompañaba en sus múltiples cacerías, en una de las cuales encontró la muerte. La diosa le convirtió en anémona tras fallecer. Así, en la escena pintada con gran maestría por el maestro, observamos a Adonis dormido -en un pronunciado escorzo, vestido con los más ricos ropajes de la Venecia del siglo XV- junto a Venus, semidesnuda, haciéndole caricias y dándole aire; Cupido sujeta un perro que desea ir a cazar mientras el otro animal duerme. Las figuras se sitúan en un paisaje en el que la perspectiva está perfectamente estudiada. Veronés se siente atraído por representar en sus cuadros el lujo de la vida cortesana de Venecia por lo que sus figuras -como aquí ocurre- visten a la moda veneciana y parecen sacadas de un salón. Otra de sus preocupaciones será mostrar las expresiones: el gesto de Adonis, profundamente dormido, y la bella Venus, atenta a lo que hace Cupido. La riqueza de las telas, con un vibrante colorido, y el interés por la luz completan esta magnífica obra, comprada por Velázquez durante su segundo viaje a Italia.
obra
Si creemos a Pacheco, el suegro de Velázquez, Rubens copió todos los cuadros de Tiziano durante su estancia en la corte madrileña, entre 1628 y 1629. El estudio de la pintura del maestro de la escuela veneciana fue muy fructífero para el flamenco ya que en Tiziano encuentra la técnica que confirma su propio ideal artístico: un tratamiento colorista obtenido gracias a pequeños golpes de color y breves pinceladas, como si de un mosaico líquido se tratara.Entre las escenas mitológicas que Rubens copió en Madrid se encuentra el Venus y Adonis que hoy guarda el Museo del Prado. La copia desgraciadamente ha desaparecido, pero nos podemos hacer una idea aproximada de cómo era gracias a esta versión pintada años más tarde.Tomando como fuente la "Metamorfosis" de Ovidio, se narra la historia de Adonis: Venus y Perséfone se prendaron de su belleza y tuvo que ser Zeus quien zanjara la cuestión, decidiendo que Adonis viviera un tercio del año con Afrodita, el otro con Perséfone y el tercero donde quisiera. Sin embargo, los dos tercios del año los pasaba Adonis en compañía de Afrodita. Por razones desconocidas, Artemisia montó en cólera contra el joven muchacho y durante una cacería envió contra él un jabalí, que lo hirió mortalmente. De esta manera, Perséfone, diosa de los Infiernos, disfrutaría en exclusiva del joven.En la composición del Metropolitan observamos cómo la diosa sujeta al joven cazador para evitar su desgraciado final, al igual que Cupido, mientras Adonis, de espaldas, se gira para tranquilizar a su amada, resultando muy interesante el juego de miradas entre ambos personajes. Delante del cazador observamos una pareja de perros dispuesta a emprender la marcha.La estructura de la composición es un marcado triángulo que tiene como uno de sus vértices la cabeza del bello joven, esquema habitual del Renacimiento. Sin embargo, el dinamismo del conjunto y la disposición en diagonal de Venus son elementos habituales del Barroco. Las monumentales figuras se hallan en un paisaje cargado de poesía donde observamos una amplia perspectiva, pudiendo aludir a la transformación final de Adonis en un elemento del ciclo de la naturaleza, situándonos ante una escena de contenido simbólico.
obra
Formado en el foco de Amberes, Bartholomäus Spranger pasa muy joven a Francia, donde trabajará con Il Primaticcio y Niccoló dell'Abbate en Fontainebleau, para viajar luego por Italia hasta 1575, fecha en que entra al servicio del emperador Maximiliano II en Viena, para pasar luego a Praga con Rodolfo II. Su obra, grabada por Hendrik Goltzius a partir de 1585, será muy valorada en Flandes y alcanzará una gran difusión, a la que no fue ajeno el pintor-tratadista Karel van Mander, conocido como el Vasari nórdico. De este modo, Spranger fue profeta en su propio país, constituyéndose en el último revulsivo manierista en Flandes, pero por esta vía indirecta.
obra
Esta tabla pintada por Marteen van Heemskerck es un buen ejemplo del sentido retórico que la pintura manierista, entrada ya la segunda mitad del XVI, adquiere en Flandes. Simbolismo y referencias literarias, en imágenes eruditas, que es preciso relacionar con la Escuela de Fontainebleau.
obra
Se conservan hoy varias copias de este lienzo, de polémica atribución, aunque parece seguro que ésta procede de la colección de su mecenas Cassiano dal Pozzo. Poussin se inspiró a menudo en las "Metamorfosis" de Ovidio y, en particular, de las historias amorosas que en ellas se recogen. De este tema también se había ocupado su primer protector, el poeta italiano Marino. Aquí representa los momentos felices de estos amores, cuyo trágico desenlace será el tema de Venus llora a Adonis. Como en Céfalo y Aurora, Poussin realiza en esta obra una aproximación lírica a la naturaleza, el paisaje, el cual absorbe a las figuras, tópicas por otra parte, y proporciona un entorno poético a los placeres que encarnan.
obra
La relación entre Felipe II y Tiziano se inició en 1550 y no con buen pie ya que el retrato del entonces príncipe, en opinión de éste, se había hecho demasiado deprisa. Pero esto no fue determinante para la fecunda relación futura entre ambos, ni para que el monarca español encargara una delicada serie de obras destinadas a decorar sus habitaciones privadas; se denominan genéricamente las Poesías y tienen como objetivo mostrar a la mujer desnuda desde diferentes perspectivas. Se inspiraría en la "Metamorfosis" de Ovidio para representar escenas mitológicas con un contenido claramente erótico. Felipe II se libera así de parte de esa fama de ser oscuro y casi inhumano que le ha caracterizado. La sociedad española de los siglos XVI y XVII sería muy propensa a la dualidad: se pregonaba una actitud y se realizaba la contraria. Si Dánae aparece de frente, la figura femenina en Venus y Adonis se encuentra de espaldas, intentando retener a su amado que, cuando se marche de caza, encontrará la muerte. Las figuras se insertan perfectamente en un paisaje, abandonando Tiziano los estudios arquitectónicos empleados en el Quattrocento para obtener efectos de perspectiva. Ahora las escenas son más naturales y verosímiles. La tensión existente entre ambas figuras parece anticipar el Barroco, así como la diagonal que organiza la composición. El situar a Venus y a Adonis en primer plano hace recordar los altorrelieves romanos. La luz incide directamente sobre la pareja y deja la zona de bosque en semipenumbra.
obra
De la mayor parte de las "poesías" encargadas por Felipe II se realizaron nuevas versiones, llegando a ofrecerse una serie completa al emperador Maximiliano II en 1568.Venus y Perséfone se prendaron del pequeño Adonis y tuvo que ser Zeus quien zanjara la cuestión, decidiendo que Adonis viviera un tercio del año con Afrodita, el otro con Perséfone y el tercero donde quisiera. Sin embargo, los dos tercios del año los pasaba Adonis en compañía de Afrodita. Por razones desconocidas, Artemisia montó en cólera contra el joven muchacho y durante una cacería envió contra él un jabalí, que lo hirió mortalmente. De esta manera, Perséfone, diosa de los Infiernos, disfrutaría en exclusiva del joven.Tiziano recoge con sus pinceles el momento en el que Adonis parte a la fatídica cacería, intentando la diosa retener a su amado mientras éste le dirige una tierna mirada. Los perros y un amorcillo completan la escena que se desarrolla al aire libre, ante un cielo tormentoso como anticipo del destino que espera al cazador. Las dos figuras presentan posturas escorzadas, contraponiéndose para aumentar el dramatismo del momento. Una potente luz dorada baña la escena y crea acentuados contrastes de luz y sombra, resbalando la iluminación por el bello cuerpo de Venus mientras el fondo muestra cierta penumbra. El color es aplicado de manera rápida y fluida, creando -junto a la luz- efectos atmosféricos que serán muy admirados por los maestros del Barroco como Rembrandt o Rubens.En la National Gallery de Londres encontramos una versión similar.