Ciudad de Arabia Saudita situada a casi 350 km de La Meca. Es la segunda ciudad más venerada por los musulmanes después de ésta. Medina ya es conocida en época romana con el nombre de Yathrib y gozó de gran importancia gracias a su emplazamiento en las rutas caravaneras de la época imperial. Antes de la llegada de Mahoma, la ciudad contaba con un importante núcleo de población judía. En época del Profeta, sin embargo, la religión de Arabia Central no parece haber experimentado modificaciones a causa de los influjos judeocristianos; conservaba aún las estructuras del politeísmo semita. En el año 622 Mahoma, fundador del Islam, huyó de La Meca a Medina (Madinat al-Nabi, la Ciudad del Profeta), perseguido a causa de sus creencias religiosas. Su fuga, conocida como Hégira, tuvo lugar el 22 de septiembre, fecha que más tarde se señalará como inicio del calendario islámico. Mahoma convirtió la ciudad en capital del nuevo estado islámico, perdiendo posteriormente su importancia política al trasladarse los Omeyas a Damasco. A partir del 683 entró en un periodo de decadencia debido a los continuos saqueos de la ciudad. La tumba de Mahoma se halla en la principal mezquita de la ciudad, la Mezquita del Profeta, uno de los primeros edificios de la arquitectura islámica (principios del siglo VIII). También destaca la casa de Mahoma en Medina, que sirvió de modelo para las primeras mezquitas con columnas y pilares de Irak y otras ciudades árabes. La casa ha podido ser reconstruida parcialmente gracias a las fuentes escritas. El edificio hacía las funciones de vivienda y lugar de reunión de la comunidad. Al igual que las mezquitas, presentaba una serie de galerías. Actualmente, Medina es un gran centro comercial de productos agrícolas.
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La esplendorosa ciudad de Medina Azahara fue mandada edificar por el fundador de califato de Córdoba, Abd al-Rahman III. Deseoso de contar con una ciudad y edificios que reflejaran la magnificencia de su poder, los trabajos comenzaron a principios del año 325 de la héjira, correspondiente a finales del 936 de la era cristiana, continuando durante las cuatro décadas siguientes. El nombre de Medina Azahara significa "Ciudad de al-Zahrá", siendo llamada así probablemente por estar relacionada su fundación con una favorita del sultán, quien tendría ese mismo nombre: al-Zahrá, "La Resplandeciente". La ciudad se levantaba al noroeste de Córdoba, a una legua de distancia. Cuentan las crónicas que se invirtieron grandes sumas de dinero para dotarla del mayor lujo, suntuosidad y esplendor. En ella, ciudad regia, el califa realizaba las recepciones y las ceremonias propias del poder, y con el tiempo acabaron por trasladarse allí la corte y la administración. En los ricos salones del palacio del califa fueron recibidos embajadores del emperador de Germania, reyes cristianos destronados o emisarios de Borrell II de Barcelona. Todos ellos quedaron impresionados por la magnificencia del monarca y su corte, así como por el lujo y la belleza de las construcciones. Sin embargo, poco duró la extraordinaria Medina Azahara, la "Ciudad Resplandeciente". En algo menos de cien años, tan monumental conjunto fue abandonado, quedando tan solo un extenso campo de ruinas que aun hoy seducen por su misterio y su aire de pasados esplendores.