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La iglesia parroquial de Ezperun está dedicada a la Purísima Concepción. Situada en lo más alto del pueblo, de época medieval sólo quedan la planta, uno de sus arcos fajones y la Virgen gótica. El templo fue ampliado en el siglo XVI, construyéndose nuevas bóvedas, las capillas laterales y la sacristía. En dichas capillas laterales se colocaron sendos retablos; uno de ellos estaba compuesto por un Cristo de marfil, que actualmente está en el Museo Diocesano. En el exterior sobresale un pórtico de ladrillo, construido en época barroca, con una arquería triple asentada sobre pilares de piedra, que se conserva en un estado bastante deteriorado, debido a las explosiones de la cercana cantera.
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El 1 de enero de 1697 el Obispo Cardenal de Córdoba, D. Pedro de Salazar, aprobaba las Constituciones para el funcionamiento del colegio de Niñas Huérfanas de la Inmaculada Concepción de Lucena. El origen de esta fundación emana del testamento de D. Pedro Fernández Rico, Regidor y Alférez Mayor de la Ciudad y de D? Teresa Narváez y Mendoza, su mujer, otorgado en 1634. No fue posible la fundación hasta 1647 y en adelante, hasta finales del siglo XVII, permaneció con unos estatutos "ad experimentum". En los años finales del siglo XVII se proyectan las obras de la iglesia, cuya ejecución se acomete hacia 1715; precisamente en mayo de dicho año, los canteros lucentinos Fernando Romero y Andrés Antonio del Pino se comprometieron a labrar las dos portadas del templo, "a satisfacción del Licdo., D. Leonardo Antonio de Castro, (...) y de Gerónimo Ramírez de Quero, Maestro de Albañilería" a los que suponemos respectivamente como tracista y ejecutor de esta iglesia. El templo es de planta rectangular y marcado sentido longitudinal, con cinco tramos, cubiertos con bóveda de medio cañón, excepto el inmediato al presbítero en que ostenta la cúpula sobre pechinas decoradas con carnosas hojarascas en torno a blasones heráldicos de los fundadores, pintados sobre lienzos ovalados. Sobre el anillo, ornado también con decoración vegetal, se levanta la media naranja, con florón central de acantos al que convergen ocho franjas radiales ornadas de flores, también de yesería, enlazadas entre sí por hojas formando guirnaldas. Exteriormente esta iglesia repite modelos inspirados en el arte herreriano en la fachada, de sillares, constituida por un paramento rectangular coronado por frontón triangular centrado con un óculo. A ella se adosa una portada de dos cuerpos, el primero con acceso de medio punto entre pilastras cajeadas de orden toscano sobre altos pedestales decorados con motivos geométricos, culminando con un frontón ligeramente curvo, partido, en cuyo vacío se alza el segundo cuerpo, una hornacina apilastrada con frontón curvo como remate, en cuyo hueco, avenerado, se cobija la imagen de la titular del templo, en piedra, de ejecución bastante correcta. A ambos lados de la hornacina, dos pequeños vanos, de arco muy rebajado, reminiscencia de las portadas manieristas lucentinas, que mantiene el arquitecto Castro Hurtado, dan luz al coro. En el muro de la epístola, de mampostería y ladrillo sobre alto zócalo de sillería, se encuentra la segunda portada, de acceso hoy tapiado, que repite en su único cuerpo el esquema de la portada principal. Por su parte, en el lado del evangelio y sobre el paramento del templo se alza una pequeña espadaña de ladrillo, de un solo cuerpo y dos huecos para campanas, rematada en un frontón partido, repetición de la que trazara Leonardo de Castro para la iglesia de San Pedro Mártir de la Orden de Predicadores, pocos años antes. El Retablo Mayor es de madera pintada y dorada. Aunque modificado por ciertos repintes y apliques de talla barrocos, estructuralmente en un retablo neoclásico organizado en los tres cuerpos tradicionales: banco, muy elevado, incluyendo las puertas de la sacristía, hermosamente talladas y doradas, de estilo geométrico, así como un sagrario, rematado por un frontón recto; el principal y el ático. El cuerpo principal se divide en sentido vertical en tres calles separadas por columnas de fustes lisos y capiteles corintios. La calle media presenta sucesivamente un manifestador a modo de templete, sustentado por tres pares de columnillas similares a las grandes del conjunto, y una hornacina que cobija la imagen de talla de la titular del templo. En las calles laterales, sobre sendas repisas y ante hornacinas muy poco profundas con doradas veneras, se yerguen las figuras de los arcángeles Gabriel y Rafael. Una cornisa recta, con mútulos, separa el principal del ático, de medio punto, que ostenta en su centro, entre columnas, en un cajeamiento, un fondo con el relieve de la Santísima Trinidad, rematando el conjunto un frontón triangular. En los laterales de coronamiento aparecen las figuras de talla de dos ángeles y en los extremos dos remates de corte clásico. Se fecha hacia 1800.
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Dedicada al Sagrado Corazón de Jesús, la Sacré-Coeur se puede divisar desde casi cualquier punto de la ciudad. Fue construida como resultado de un voto religioso particular cuando estalló el conflicto franco-prusiano. Dos personas, Alexandre Legentil y Rohault de Fleury, prometieron financiar su construcción si Francia se salvaba de una invasión. Pese a la guerra y al asedio de París, se evitó la invasión, iniciándose las obras en 1875 según el proyecto de Paul Abadie. Finalmente, fue consagrada a al Sagrado Corazón de Jesús en 1919. Desde el punto de vista arquitectónico, es una curiosa mezcla de estilos arquitectónicos románico y bizantino. Las cuatro cúpulas menores son típicamente orientales, estando la mayor de todas ellas incrustada en el alto tambor. En su parte posterior, un campanario cuadrado de 84 m. de alto sostiene la famosa campana de 19 toneladas de peso, una de las más grandes del mundo. Para acceder a la Sacre-Coeur se debe subir una impresionante escalinata que da paso a la fachada de la iglesia y al pórtico de tres arcadas que la precede, por encima del cual aparecen las estatuas ecuestres de personajes históricos queridos por los franceses, como el rey Luis el Santo o Juana de Arco. El interior destaca por su decoración plástica, pictórica y musiva. Desde el interior se puede acceder a la cripta, situada en el subterráneo, y a la cúpula, desde donde se admira la hermosa vista de París.
obra
La fachada de la iglesia de la Santa Annunziata está precedida de un pórtico con siete arcos sobre columnas desde el que se accede al atrio, realizado en 1447 por Manetti.
obra
Un artista local pintó en el oratorio que dio origen a esta iglesia, a principios del siglo XIV, una escena de la Anunciación, pintura que rápidamente fue catalogada de milagrosa por el pueblo, convirtiéndose la Santa Annunziata en el santuario más venerado por los florentinos. La cúpula fue decorada al fresco por el Volterrano en el siglo XVII. El tema elegido es la Coronación de la Virgen.
obra
En el interior, la iglesia de la Santa Annunziata presenta una sola nave cubierta con un excelente artesonado en 1664. A la nave se abren numerosas capillas bellamente engalanadas. Entre ellas destaca la capilla Feroni, realizada por Foggini en 1692 siguiendo las lecciones de Bernini o Borromini.