San Sebastián
Datos principales
Autor
Fecha
1608-14
Estilo
Material
Dimensiones
175 x 85 cm.
Museo
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La irracionalidad del ser humano se puede apreciar perfectamente en esta maravillosa imagen de El Greco. Siempre se ha considerado que este San Sebastián está cortado en dos partes debido a una herencia. El reparto de la obra de arte fue significativo: para una de las partes la zona superior y para otra la inferior, destrozando un cuadro de enorme calidad. La parte superior ingresó en el Museo del Prado en 1959 como regalo de una noble dama. Tres años después se encontraron unas piernas que encajaban perfectamente con el busto de San Sebastián, resultando la obra que aquí se contempla. San Sebastián está en primer plano, atado a un árbol y recibiendo las saetas que llegan de diferentes direcciones con gesto de consentimiento y ternura. Eleva su mirada hacia Dios, asumiendo su martirio. Tras él contemplamos un cielo tormentoso que se cierne sobre la ciudad de Toledo. La vista de esta villa al fondo fue empleada por Doménikos en varias ocasiones - San Martín y San José - recurriendo siempre a la misma fórmula: la figura se sitúa en un pequeño espacio de terreno y, como si se tratase de un precipicio, tras ella contemplamos a lo lejos la ciudad, tratada en tonos verdes y azules grisáceos, creando una sensación fantasmal o cuando menos dramática. La figura es muy alargada, como acostumbra el pintor en los últimos años, estilizando los músculos al máximo y dando la impresión de estar inconclusa. El fuerte foco de luz incide con tanta fuerza en el santo que casi se suprime el color de la carnación, convirtiéndose en blanco, igual que ocurre en el Laocoonte . Las sombras se distribuyen por el cuerpo, en el que se aprecia un lejano eco de Miguel Ángel . Sin duda, el objetivo de El Greco es mostrar a través de sus imágenes la espiritualidad del catolicismo contrarreformista ; mirando el rostro del santo, se puede decir que lo ha conseguido con creces.