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Datos principales
Rango
Barroco5
Desarrollo
Durante el reinado de Luis XIII se construyeron numerosas iglesias parroquiales y conventuales de las que una buena parte ha desaparecido. En ellas, como rasgo característico de tipo general puede señalarse la tendencia al empleo de una planta de tipo centralizado.Esta es la estructura con la que se proyectó y edificó la iglesia de Sainte Marie de la Visitation, en la rue Saint Antoine de París, construida por François Mansart entre 1632 y 1634 a expensas de Noël Brulart para las Filles de la Visitation de Sainte Marie.La planta de la iglesia, que parece derivar de la capilla del château d'Anet de Philibert de l'Orme , e incluso de un proyecto para una capilla en el château de Blois del propio Mansart, está dominada por un gran espacio circular al que se abren otros espacios menores en los ejes principales, con lo que, aunque se constituye un pequeño plan cruciforme, realmente todo se funde en un gran espacio único que de esta manera conforma un ámbito plenamente barroco.Pero lo cierto es que esa idea tan barroca de la interpretación de espacios que se apunta aquí, no fue plenamente asimilada en Francia hasta la llegada a París de Guarino Guarini en 1662, quien empleó la misma solución en la iglesia de Sainte-Anne-la-Royale, en la que el arquitecto teatino intervino desde 1662 a 1665, quedando luego detenida la obra hasta 1714, en que Liévain la reemprendió, siendo finalmente destruido el edificio un siglo después, en 1820.
De todas formas, esta obra, que respondía a los rasgos propios de Guarini, no llegó a ejercer influencia en la arquitectura francesa. Por el contrario, la iglesia de la Visitación sí tuvo una mayor trascendencia en edificios posteriores.También es sumamente importante en la planta de la iglesia de Sainte Marie de la Visitation, la presencia de unos espacios más independientes y de carácter secundario, dispuestos en los ejes diagonales y abiertos hacia el volumen central. Estos, que ya estaban en la capilla de Anet, y que se podrán ir viendo más adelante en otros ejemplos, se constituyen como uno de los rasgos más característicos de una buena parte de las iglesias francesas del siglo XVII.Por otra parte, el gran espacio central y el presbiterio se cubren con sendas cúpulas truncadas, cerradas con otra por encima e iluminadas con una linterna, esquema que también será muy utilizado en edificios posteriores y al que, por ejemplo, recurrió el mismo Mansart en 1665 para el proyecto de la Capilla de los Borbones en la abadía de Saint-Denis de París.La fachada es sencilla, pero interesante. Está concebida con un gran arco que cobija la entrada compuesta por dos columnas que soportan un frontón triangular. Según Norberg-Schulz, el empleo de un pequeño edículo para la fachada de las pequeñas iglesias de planta central puede remontarse a la fachada-templo de Alberti, habiendo intentado Giacomo della Porta una solución semejante en los comienzos del barroco en la iglesia romana de Santa Maria in Scala Coeli (1582).
Una de las actuaciones arquitectónicas más importantes del período estuvo en la construcción del monasterio del Val-de-Grâce, erigido por la reina Ana de Austria en acción de gracias porque, tras veintitrés años de matrimonio con Luis XIII sin haber tenido descendencia, finalmente en 1638 nació un heredero, el futuro Luis XIV .El primer día del mes de abril de 1645 e1 propio Luis XIV colocaba la primera piedra del edificio que había sido proyectado por François Mansart. Este lo planeó según un esquema que puede remontarse hasta el monasterio de San Lorenzo de El Escorial , con un eje dominante marcado por la iglesia que dejaba a un lado un convento y al otro un palacio.Pero el carácter desagradable de Mansart, sus pocos cuidados con los gastos y la tendencia a ir variando los planos hacían de él un arquitecto problemático, lo que motivó que, al año siguiente, fuese sustituido por Jacques Lemercier , que ya estaba en el final de su carrera. De todas formas, y a tenor de lo construido, Anthony Blunt considera que la planta de la iglesia, así como los muros hasta la altura del entablamento y la parte inferior de la fachada, se deben a François Mansart, correspondiendo el resto a Lemercier.La iglesia, con un esquema general muy italianizante semejante al de los templos romanos de la Madonna dei Monti y Sant'Andrea della Valle, tiene una planta de cruz latina, en la que ante todo domina el gran espacio del crucero cubierto con una cúpula.
A este espacio central se abren las cuatro grandes aberturas de los brazos de la cruz y otras cuatro capillas secundarias situadas en los ejes diagonales.El acceso a estas capillas diagonales también resulta interesante, por cuanto se hace a través de unos pequeños arcos de medio punto situados en la parte inferior de los grandes machones que soportan el peso de la cúpula, disponiéndose por encima de ellos unos pequeños balcones. Y esta es, más o menos, la articulación empleada para el mismo lugar en la basílica de San Pedro del Vaticano, donde únicamente cambia el que en lugar de arcos de comunicación hay nichos con estatuas.Por otra parte, la composición del cuerpo de la iglesia con un orden principal de pilastras corintias que soportan un entablamento muy sobrio, sirve de base a la hipótesis de Blunt de que esta zona de la iglesia haya sido construida por Mansart, o de que, al menos, no se alterara su proyecto.Bajo la cúpula se situó el altar mayor, que se cobijó con un baldaquino al estilo del que hizo Bernini para San Pedro del Vaticano , pero del que, sin embargo, hay la constancia de que no era del agrado del artista italiano.En el exterior, la fachada responde a un modelo italianizante. Elevada sobre una alta escalinata tiene, sin embargo, en la parte central del cuerpo inferior un pórtico sobre columnas rematadas por un frontón triangular que da una nota de clasicismo al conjunto, y que bien pudiera ser una adaptación del que aparecía en la fachada del patio del Colegio de la Sorbona.
Y es este elemento el que en este caso sirve a Anthony Blunt para considerar que la parte inferior de la fachada pudo haber sido hecha por François Mansart, a pesar de que en el fondo sea algo original en su obra. Por contra, el piso superior resulta mucho más ligero y delicado.La cúpula es, sin embargo, de Lemercier. En ella este arquitecto dio muestras de una marcada evolución desde la Sorbona, aunque ésta sólo sea anterior en unos pocos años. Destaca, sobre todo, en ella la nueva sensación ascendente que viene determinada por la duplicación del número de contrafuertes del tambor, remarcados además por medio de una pilastra en resalte. Pero, además, reforzó la verticalidad al rematar estos contrafuertes, ya en la base de la media naranja, con estatuas y pináculos.Pero, tras este período floreciente de la arquitectura religiosa, las cosas cambiaron una vez que Luis XIV asumió el gobierno de la nación. Puede que en parte se debiese a que ya estaban resueltas las necesidades de iglesias, y en parte a que el empeño constructivo, se orientó hacia las obras emblemáticas que señalaran la importancia de París como capital del reino, sobre todo desde el momento en el que el rey decidió trasladar su residencia a Versalles.
De todas formas, esta obra, que respondía a los rasgos propios de Guarini, no llegó a ejercer influencia en la arquitectura francesa. Por el contrario, la iglesia de la Visitación sí tuvo una mayor trascendencia en edificios posteriores.También es sumamente importante en la planta de la iglesia de Sainte Marie de la Visitation, la presencia de unos espacios más independientes y de carácter secundario, dispuestos en los ejes diagonales y abiertos hacia el volumen central. Estos, que ya estaban en la capilla de Anet, y que se podrán ir viendo más adelante en otros ejemplos, se constituyen como uno de los rasgos más característicos de una buena parte de las iglesias francesas del siglo XVII.Por otra parte, el gran espacio central y el presbiterio se cubren con sendas cúpulas truncadas, cerradas con otra por encima e iluminadas con una linterna, esquema que también será muy utilizado en edificios posteriores y al que, por ejemplo, recurrió el mismo Mansart en 1665 para el proyecto de la Capilla de los Borbones en la abadía de Saint-Denis de París.La fachada es sencilla, pero interesante. Está concebida con un gran arco que cobija la entrada compuesta por dos columnas que soportan un frontón triangular. Según Norberg-Schulz, el empleo de un pequeño edículo para la fachada de las pequeñas iglesias de planta central puede remontarse a la fachada-templo de Alberti, habiendo intentado Giacomo della Porta una solución semejante en los comienzos del barroco en la iglesia romana de Santa Maria in Scala Coeli (1582).
Una de las actuaciones arquitectónicas más importantes del período estuvo en la construcción del monasterio del Val-de-Grâce, erigido por la reina Ana de Austria en acción de gracias porque, tras veintitrés años de matrimonio con Luis XIII sin haber tenido descendencia, finalmente en 1638 nació un heredero, el futuro Luis XIV .El primer día del mes de abril de 1645 e1 propio Luis XIV colocaba la primera piedra del edificio que había sido proyectado por François Mansart. Este lo planeó según un esquema que puede remontarse hasta el monasterio de San Lorenzo de El Escorial , con un eje dominante marcado por la iglesia que dejaba a un lado un convento y al otro un palacio.Pero el carácter desagradable de Mansart, sus pocos cuidados con los gastos y la tendencia a ir variando los planos hacían de él un arquitecto problemático, lo que motivó que, al año siguiente, fuese sustituido por Jacques Lemercier , que ya estaba en el final de su carrera. De todas formas, y a tenor de lo construido, Anthony Blunt considera que la planta de la iglesia, así como los muros hasta la altura del entablamento y la parte inferior de la fachada, se deben a François Mansart, correspondiendo el resto a Lemercier.La iglesia, con un esquema general muy italianizante semejante al de los templos romanos de la Madonna dei Monti y Sant'Andrea della Valle, tiene una planta de cruz latina, en la que ante todo domina el gran espacio del crucero cubierto con una cúpula.
A este espacio central se abren las cuatro grandes aberturas de los brazos de la cruz y otras cuatro capillas secundarias situadas en los ejes diagonales.El acceso a estas capillas diagonales también resulta interesante, por cuanto se hace a través de unos pequeños arcos de medio punto situados en la parte inferior de los grandes machones que soportan el peso de la cúpula, disponiéndose por encima de ellos unos pequeños balcones. Y esta es, más o menos, la articulación empleada para el mismo lugar en la basílica de San Pedro del Vaticano, donde únicamente cambia el que en lugar de arcos de comunicación hay nichos con estatuas.Por otra parte, la composición del cuerpo de la iglesia con un orden principal de pilastras corintias que soportan un entablamento muy sobrio, sirve de base a la hipótesis de Blunt de que esta zona de la iglesia haya sido construida por Mansart, o de que, al menos, no se alterara su proyecto.Bajo la cúpula se situó el altar mayor, que se cobijó con un baldaquino al estilo del que hizo Bernini para San Pedro del Vaticano , pero del que, sin embargo, hay la constancia de que no era del agrado del artista italiano.En el exterior, la fachada responde a un modelo italianizante. Elevada sobre una alta escalinata tiene, sin embargo, en la parte central del cuerpo inferior un pórtico sobre columnas rematadas por un frontón triangular que da una nota de clasicismo al conjunto, y que bien pudiera ser una adaptación del que aparecía en la fachada del patio del Colegio de la Sorbona.
Y es este elemento el que en este caso sirve a Anthony Blunt para considerar que la parte inferior de la fachada pudo haber sido hecha por François Mansart, a pesar de que en el fondo sea algo original en su obra. Por contra, el piso superior resulta mucho más ligero y delicado.La cúpula es, sin embargo, de Lemercier. En ella este arquitecto dio muestras de una marcada evolución desde la Sorbona, aunque ésta sólo sea anterior en unos pocos años. Destaca, sobre todo, en ella la nueva sensación ascendente que viene determinada por la duplicación del número de contrafuertes del tambor, remarcados además por medio de una pilastra en resalte. Pero, además, reforzó la verticalidad al rematar estos contrafuertes, ya en la base de la media naranja, con estatuas y pináculos.Pero, tras este período floreciente de la arquitectura religiosa, las cosas cambiaron una vez que Luis XIV asumió el gobierno de la nación. Puede que en parte se debiese a que ya estaban resueltas las necesidades de iglesias, y en parte a que el empeño constructivo, se orientó hacia las obras emblemáticas que señalaran la importancia de París como capital del reino, sobre todo desde el momento en el que el rey decidió trasladar su residencia a Versalles.