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Desarrollo


Capítulo 15 Resultos los tepanecas cuyuaques de aber sido ellos comienço de enoxar a los mexicanos, determinan solos hazer guerra contra Mexico Llegados que llegaron los naturales y señores de tepaneca, Cuyuacan, a su pueblo, hazen xunta los mayorales, presentes Maxtatlon y Cuecuex, caudillos, dixeron: "Señores y hermanos nros que aquí estamos, todo lo que a pasado y el comienço de este agrabio a los mexicanos y a sus mugeres y hijas emos sido nosotros. A nosotros nos conbiene començar guerra contra ellos por no acouardar nro pueblo y rrepública. Començaos todos a armar y començémosles nosotros, pues lo començamos". Y los mexicanos muy contentos de hazer ahumadas con lo que asauan y tostauan en comales del pescado y el yzcahuitli, les daua a los de Cuyuacan el olor en las narizes del buen olor, y esto de cada día, que holgaran ellos comello. Y a de poco a poco los biexos, biexas, moças, niños, niñas, por ellos començaron a adoleçer y a hinchárseles los párpados de los ojos, y començauan con esto los niños, niñas a morir, tras ellos los biexos y biexas, y a los moços, moças darles con esto cámaras de sangre sin tener rremedio de cura alguna para ello: del deseo y sabor les yba por las narizes començaron todos con ello a adolesçer. Bisto esto, Maxtlaton llamó a consexo con los grandes del pueblo, díxoles: "Ya, señores, tendéis y abéis bisto la mortandad y pestilençia que 16r a benido por todo por todo nro pueblo y de cada día se ban muriendo y adoleçiendo con el olor de la suabidad que biene de Mexico del pescado fresco que asan barbacoas, comales, y mucho más del yzcahuitle que come los mexicanos, tan suaue como bosotros lo oléis.

Y lo que os paresçe de esto a bosotros; porque de mi parte y mi yntento, si a bosotros os paresçe, que los embiemos a conbidar con paz a comer aquí en nuestro pueblo a los prençipales y señores de Mexico Tenuchtitlan, casi a todos los señores y mayores; y, estando aquí, los mataremos a los prençipales y mayorales". A esto rrespondió Cuecuex, prençipal y señor: "No se a de hazer de esa manera, sino que, conbidados y rregalados, se bayan a sus casas y allí, acorralados, los mataremos a todos". Dixo Maxtlaton: "Sea mucho de norabuena de esa manera". Desde a pocos días binieron los tepanecas biados por su rrey y señores a conbidar a los mexicanos. Dixo el mensajero a Ytzcoatl: "Estéis, señor, en uro trono y magestad con alegría y descanso. Uro basallo y criados los señores mexicanos os bían a saludar y, pues estáis çerca, os rruegan y suplicam les hagáis merçed de yros a holgar a uro pueblo y casa en Cuyuacan cada que quisiéredes, que allí os aguardan. Y a esto es lo que yo fui enbiado". Rrespondió Ytzcoatl: "Seáis bien benido, mensajero tepaneca. De buestra embaxada se lo agradeçemos a Maxtlaton y a todos los tepanecas, que a mí y a estos prençipales nos plaze conçeder su conbite, que les agradesçemos su buena boluntad, que la propia obligaçión estamos". En esto llamó el rrey Ytzcoatl a Atenpanecatl Tlacaeleltze: "¿Para qué fin nos bían a llamar estos de Cuyuacan y su rrey Maxtlaton? ¿Qué es lo que estos pueden pretender hazer, que me paresçe que no baca de misterio?" espondió Tlacaeleltze, díxo1e a Ytzcoatl: "Siendo bos como soys rrey, ¿a qué abéis bos de yr allá? Estaos buestra casa y çiudad, porquel asiento de el rrey no a de ser mudado, sino siempre permanesçido en quietud y sosiego el trono de la magestad mexicana tenuchca.

Y pues dixistes que abíades de yr, nosotros yremos y beeremos lo que es y lo que quieren". Rrespondió Ytzcoatl y con esto fueron los prençipales mexicanos a Cuyuacan. Llegados, danle los mexicanos a Maxtlaton las graçias de su buena boluntad de acordarse de sus amigos y basallos, ate Maxtlaton y Cuecuex y a todos los demás tepanecas que allí estauan, y luego los mexicanos les dieron los presentes traían de todo género de pescado, rranas y de toda calidad de patos y caça de bolantería, y todo género de yzcahuitle, tecuitlatl, axaxayacatl, cocolin, todo lo qual rresçibió Maxtlaton de buena boluntad, y todos los prençipales. Y luego salieron los cantores de Maxtlaton con el teponaztli y tlalpanhuehuetl. Començaron el areito y mitote y cantos a la usança de tepanecas, distinto de los mexicanos. Luego, tras de esto, salió Cuecuex y Çacangatl teuctli y Tepanecatl e truxeron cargas de leña y coas y hueipiles de nequén (ychhuipilli), e dixéronles: "Señores mexicanos, esto os da y ofresçe el rrey Maxtlaton, pues 16v bosotros sabéis, señores, otra cosa no tenemos que daros. Nra buena bolumtad agradeçé". E asimismo dixeron los de Cuyuacan: "Tanbién nos dixo el Maxtlaton que luego os pusiésemos estas naguas y hueipiles de nequén". Y los mexicanos con esto nenguno rrespondió, biendo era afrenta aquella, e dixeron: "No sea así, tepanecas. La merçed rresçibimos, allá lo pondremos, la merçed es rresçibida de qualquier cosa que sea, pues se nos dio". Porfiando los tepanecas a ponerles los traxes, començaron primero en Tlacaeleltzin y luego todos por su orden hasta acabar a todos los prençipales, que nenguno quedó, fueron nonbrados Motecçuma y Tlacahuepan y Cahual teuctli, Huehueçacan, Aztacoatl y Epcoatl y Tzonpan, Tlatolçaca, Cuauhtzitzimitl, Çitlalcoatl, Xiconoc, Yxcuetlantoc y Tlahueloc, Axicye, Cuacuauhtzin, con todos los demás mançebos, sus hermanos de ellos, que nenguno quedó; fueron todos bestidos con rropas mugeriles de nequén, y Cuecuex y Maxtlaton los bieron bestidos dea aquella manera rresçibiendo dello grande contentamiento dello.

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