Van Gogh, buscar la vida en el color

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Vincent Van Gogh

Desarrollo


El tesón y las ganas de trabajar - más de 800 cuadros en nueve años como pintor - que demostrará Vincent a lo largo de su corta vida son encomiables y definen claramente la biografía de este magnífico pintor neo-impresionista. Vincent Willem van Gogh nace en la localidad holandesa de Groot Zunder el 30 de marzo de 1853 en el seno de una familia de clase media. Su padre era un pastor protestante y su madre pertenecía a una importante familia de encuadernadores. Con 16 años empieza a trabajar en la galería Goupil, fundada por su tío en La Haya. Vincent se interesa especialmente por los paisajes de la Escuela de La Haya y de la Escuela de Barbizon, así como por las obras de Millet, considerado por Vincent el padre de la nueva pintura francesa. En 1873 Vincent se traslada a Londres para trabajar en la sucursal de Goupil de la capital británica. Su primer año allí será de entera felicidad, apreciando la pintura de Constable y Turner, y afirmando su admiración por la pintura holandesa contemporánea. En los próximos años se manifiestan sus primeras crisis psíquicas y se vuelca en la religión, descuidando su aspecto, leyendo continuamente la Biblia, incluso en el trabajo. Durante su primera estancia en París acude con frecuencia al Louvre y al Museo del Luxemburgo, interesándose por los maestros clásicos. Durante las Navidades de 1876 regresa a Holanda y su padre le convence para que se quede en casa, iniciando un nuevo trabajo en una librería pero el trabajo sigue sin interesarle.

Su vocación religiosa parece triunfar y su padre consigue que se envíe por un periodo de seis meses como predicador a prueba en el sector de Masnes, en la región belga de Borinage. La estancia en esta región minera durará tres años, rechazando sus escasas pertenencias para vivir como sus fieles. Cuando su ardor religioso se empieza a mitigar decide empezar su carrera como artista, primero en Bruselas, donde inicia estudios de anatomía y perspectiva, y después en La Haya, donde vivirá con una prostituta llamada Sien Hoornik, madre de un hijo. En esta breve etapa en La Haya realiza sus primeros óleos, trabajando en tonos oscuros, en sintonía con su admirada Escuela de La Haya. Cuando la relación con Sien se agota, Vicent decide regresar a la casa paterna, instalada en Nuenen. En esta localidad pasará dos años, realizando un buen número de trabajos protagonizados por los campesinos de los alrededores, sin renunciar a pintar el paisaje que le rodea. El duro trabajo de los tejedores y las naturalezas muertas son también temáticas atractivas para el joven artista. Emplea tonalidades muy oscuras y una pincelada rápida y atrevida, apreciándose los empastes claramente en sus lienzos. Los años pasados en Nuenen se culminan con la obra Campesinos comiendo patatas, lienzo en el que se pone en contacto con la pintura realista al acercar al espectador la miseria en la que viven los campesinos. En abril de 1885 se traslada a Amberes, sintiendo una profunda admiración por los retablos de la catedral, pintados por Rubens.

Las tonalidades brillantes del maestro flamenco supondrán un importante cambio en la paleta de Vincent, manifestando con fuerza su deseo de continuar su aprendizaje en París. A la capital gala llega en marzo de 1886, matriculándose en la escuela de Ferdinand Cormon para pintar modelos vivos donde; en esta escuela conoce a Toulouse-Lautrec. La pintura impresionista servirá a Vincent como punto de partida de su nueva manera de trabajar, pintando paisajes de las cercanías de su casa o bodegones de flores. Su paleta se aclara y su interés se centra en la luz y el color. Pero no renuncia a la figura humana, surgiendo interesantes retratos. En su deseo por experimentar realiza trabajos siguiendo el estilo puntillista y se interesa especialmente por las estampas japonesas. Podemos afirmar que esta estancia parisina será muy interesante para Vincent que absorbe todo lo que se encuentra en su afán de crear un estilo propio. En el otoño de 1886 Vincent conoce a Gauguin, surgiendo entre ambos una admiración mutua. Pronto Van Gogh se plantea la constitución de una sociedad de artistas en la que se compartieran gastos e ideas, ofreciéndose apoyo mutuo. Pero esa comunidad no puede desarrollarse en París ya que la vida en la capital francesa es muy cara y los recursos del joven artista son muy limitados, siendo su única fuente de ingresos la aportación de su hermano Theo, pilar fundamental en la vida de Vincent tanto económica como personalmente.

París se hace cada vez más asfixiante para Van Gogh, recurriendo con mayor frecuencia al alcohol como vía de escape. Sus deseos de buscar un nuevo lugar donde desarrollar su arte se hacen realidad en febrero de 1888 cuando se traslada al sur, a Arles, su Japón del Sur como él denominaba a la ciudad mediterránea. En Arles beberá mucho menos y creará mucho más trabajando en un estilo cada vez más personal en el que el color se va convirtiendo en el protagonista absoluto de los lienzos. Instalado en la Casa Amarilla, Vincent tiene un periodo de gran creatividad pero se siente muy solo. Las relaciones con las gentes de Arles son difíciles y sólo convive con la familia del cartero Roulin y su círculo de amistades, a quien no duda en retratar. De esta manera, la idea de la creación de una comunidad de artistas no para de crecer en su pensamiento por lo que invita a Gauguin a instalarse en Arles. Paul admite trasladarse al sur, admitiendo el dinero que le envió Theo para dar gusto a su hermano. Vincent está en un tremendo estado de excitación ante la llegada de su amigo y se dedica a la decoración de la casa con una serie de paneles con girasoles. Cuando Gauguin llega, incita a Vincent a pintar de memoria, creando escenas en las que la naturaleza resulta ligeramente fantaseada. Las pinturas de ambos artistas presentan notas comunes e influencias mutuas. La convivencia entre Vincent y Paul no es fluida y las discusiones cada vez suben más de tono.

El fatal desenlace se produce la noche del 23 de diciembre de 1888. Después de haber bebido mucho, discuten de nuevo y Vincent amenaza a su amigo con una navaja de afeitar. Gauguin, asustado, se marcha al hotel y Vincent, arrepentido por el desenlace de la disputa, decide arrancarse el lóbulo de su oreja derecha, entregándoselo a una prostituta para que lo lleve a Gauguin en señal de arrepentimiento. El escándalo fue mayúsculo y la policía acordonó la casa; Vincent es internado en el hospital y delira durante tres días. En enero de 1890 regresa a su casa y pinta las famosas sillas así como varios autorretratos en los que se aprecia su mutilación. La soledad en la que se encuentra Vincent es cada vez mayor, incluso su amigo Roulin es trasladado a Marsella.En febrero Vincent es ingresado de nuevo en el hospital al cuidado del doctor Felix Rey ya que padece de insomnio y alucinaciones, imaginándose que alguien quiere envenenarle. Un mes más tarde, un grupo de treinta vecinos de Arles solicita el internamiento del "loco del pelo rojo" como le denominan, una vez más, en el hospital. La policía cierra la Casa Amarilla con todos sus cuadros. Cuando Vincent abandona el hospital no tiene donde alojarse y se instala en dos pequeñas habitaciones cedidas por el doctor Rey pero las recaídas son cada vez más frecuentes y el propio Vincent desea ingresar en un sanatorio, lo que ocurre el 8 de mayo. Voluntariamente, se marcha al sanatorio mental de Saint-Paul-de-Mausole, cerca de Saint-Rémy, a 27 kilómetros de Arles.

¿Cuál era la enfermedad de Vincent? Exactamente desconocemos a qué se debían esas crisis y ataques, surgiendo múltiples hipótesis. La más certera sería una inestabilidad psíquica de carácter congénito, acentuada por el abuso del alcohol. No en balde el doctor le rebajará la dosis de alcohol a medio litro diario, indicándonos esta noticia que era un alcohólico empedernido. Lo que no es del todo cierto es que las crisis que sufre Van Gogh influyan en su pintura ya que Vincent sólo duerme cuando tiene un ataque, teniendo miedo a estas crisis porque no puede crear durante esas fases. Por lo tanto, decir que la obra de Van Gogh es el resultado de los ataques de locura de un esquizofrénico es totalmente falso. Más bien nos encontramos ante la visión de una persona muy sensible que sabe aplicar el color como nadie en su momento. Este encierro en Saint-Rémy le obliga a pintar lo que hay alrededor del hospital, tanto las habitaciones, la naturaleza o los propios internos. Después de varios ataques -en uno de ellos intenta tragarse las pinturas- Vincent recibe la noticia de que Theo va a ser padre, deseando que el pintor sea el padrino del futuro bebé. Lleno de emoción, quiere regresar al norte de Francia para poder estar más cerca de sus amigos. Ahora trabaja copiando obras de Millet o Delacroix porque tiene miedo a pintar al aire libre. Theo considera conveniente que Vincent se instale en Auvers-sur-Oise, en el noroeste de París, al cuidado del doctor Gachet, famoso homeópata relacionado con los impresionistas.

A fines de diciembre de 1889 Vincent sufre un nuevo ataque mientras está pintando e intenta tragarse las pinturas; una vez más el doctor le prohíbe pintar, permitiendo sí la ejecución de dibujos. El 31 de enero de 1890 Johanna da a luz un niño al que se llamará como su tío, Vincent Willen. La noticia llena de alegría al pintor, que también se entera de la primera compra de un cuadro suyo -el Viñedo rojo- por parte de Anne Boch. En mayo de ese año viaja a París para conocer a su sobrino, pasando tres días en la ciudad, que le parece demasiado ruidosa e intranquila. Parte para Auvers, alojándose en una pensión primero y después en un café. El doctor Gachet le cuida cariñosamente e incluso piensa que está curado, considerando que nunca más tendrá un ataque. Durante los dos meses que vivió en Auvers pintó más de 80 cuadros, demostrando estar en pleno éxtasis creador. El 6 de julio de 1890 Vincent va a París para ver a su hermano; le encuentra muy preocupado por su situación laboral, el problema de la vivienda y la enfermedad del pequeño Vincent. Se agobia por ser una carga para su hermano y temiendo un nuevo ataque, el 27 de julio sale al campo y se dispara con un revólver; regresa a su hogar y avisa a los señores Ravoux para que soliciten un médico al no encontrarse bien. Reconoce haberse disparado y los doctores le vendan la herida pero no extraen la bala. Enterado de la noticia, Theo parte para Auvers y pasa el día con Vincent, fumando ambos en pipa. El 29 de julio de 1890 fallece el primer genio de la pintura contemporánea. Curiosamente, su hermano Theo muere seis meses después en una casa de salud de Utrecht. Desde 1914 ambos hermanos reposan juntos en el cementerio de Auvers-sur-Oise.

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