Toma de Cassino y entrada en Roma
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Datos principales
Desarrollo
El general Alexander, jefe de las fuerzas aliadas, se percató de que la única manera de vencer el obstáculo de Cassino, superar la línea Gustav y abrir el camino a Roma era organizar una ofensiva a gran escala. Así, reagrupó a sus tropas para la operación Diadem, encomendando el desarrollo de las operaciones al VIII Ejército de Leese y al V de Clark. Enfrente, el X Ejército alemán de Vietinghoff contaba con la 1? División paracaidista y la 44 de granaderos en el área de Cassino, con el equivalente a 3 divisiones en el resto del frente. A las 23 horas del 11 mayo, 1.625 piezas de todos los calibres machacaron la línea de frente. Al alba, densas formaciones aéreas descargaron sus bombas. Poco después, comenzó un ataque simultáneo en todo el frente. El II Cuerpo polaco atacó la ciudad y el monasterio, el XIII Cuerpo británico avanzó frontalmente hacia el río Liri y el II norteamericano dirigió su ataque por la costa. En vanguardia, el Cuerpo francés era el encargado de abrir la brecha. A pesar del inmenso despliegue de medios, la ofensiva británica fracasó, el avance de los norteamericanos resultó más lento de lo esperado y los polacos hubieron de replegarse de las posiciones ganadas. Sólo las tropas marroquíes del Cuerpo francés lograron tomar Monte Maio y Ausonia. Con su flanco derecho desprotegido, las agotadas tropas alemanas hubieron de iniciar el repliegue, resguardándose en la fortificada línea Hitler. Tras 5 meses de combates y 50.000 muertos por ambas partes, el 17 de mayo las tropas polacas izaban su enseña en las ruinas de Montecassino.
Deseoso de entrar en Roma, Clark dio órdenes a su V Ejército para avanzar a la vez hacia Valmontone, enlazando allí con ingleses y franceses, y hacia Cisterna di Latina. La línea Hitler cayó rápidamente y los alemanes se refugiaron en la línea Caesar, confiando en impedir la entrada aliada en Roma. Finalmente, las tropas del VI Ejército en Anzio iniciaron su ataque el 23 de mayo sobre el Ejército XIV de Mackensen. A pesar de la resistencia alemana, dos días más tarde lograban enlazar con los soldados del II Cuerpo de Keyes. La ofensiva aliada resultaba ya imparable. El 31 de mayo caía Valmontone y, con ella, toda la línea Caesar. 3 días más tarde Kesselring recibía autorización para abandonar Roma, declarada ciudad abierta para no ser convertida en escombros. El 4 de junio entraban en la Ciudad Eterna las primeras tropas norteamericanas. La guerra en Italia aun no había acabado, aunque para los aliados era ya un objetivo secundario.
Deseoso de entrar en Roma, Clark dio órdenes a su V Ejército para avanzar a la vez hacia Valmontone, enlazando allí con ingleses y franceses, y hacia Cisterna di Latina. La línea Hitler cayó rápidamente y los alemanes se refugiaron en la línea Caesar, confiando en impedir la entrada aliada en Roma. Finalmente, las tropas del VI Ejército en Anzio iniciaron su ataque el 23 de mayo sobre el Ejército XIV de Mackensen. A pesar de la resistencia alemana, dos días más tarde lograban enlazar con los soldados del II Cuerpo de Keyes. La ofensiva aliada resultaba ya imparable. El 31 de mayo caía Valmontone y, con ella, toda la línea Caesar. 3 días más tarde Kesselring recibía autorización para abandonar Roma, declarada ciudad abierta para no ser convertida en escombros. El 4 de junio entraban en la Ciudad Eterna las primeras tropas norteamericanas. La guerra en Italia aun no había acabado, aunque para los aliados era ya un objetivo secundario.