Mahana no atua
Desarrollo
La producción del año 1894, durante la estancia de Gauguin en París , es bastante escasa. Las obras que realizó son, en su mayoría, evocaciones de Tahití. Entre ellas destaca Mahana no atua , escena protagonizada por las mujeres y la religión. Un lago interior de diversos e ilusorios colores ocupa el primer plano. A continuación nos encontramos con tres mujeres, una de ellas en el centro, sentada en la arena, con las piernas en el agua y dirigiendo su mirada hacia el espectador, al tiempo que juega con sus cabellos. A su lado, dos jóvenes tumbadas en posiciones enfrentadas: la figura de la derecha, de espaldas; la de la izquierda, de frente. El fondo de la composición está presidido por un ídolo maorí, sobre una roca, a la sombra de unos árboles. Dos mujeres ataviadas de blanco le llevan ofrendas mientras que en la zona de la derecha encontramos un nuevo grupo de mujeres, presidido por las que van vestidas de rojo. Una amplia y paradisíaca playa se abre al fondo de la escena, apreciándose un hombre a caballo y una embarcación. Las montañas y las blancas crestas de las olas cierran el conjunto. El colorido empleado por Gauguin sigue siendo muy vivo, recurriendo a amarillos, verdes, rojos y azules. Las figuras están trabajadas con el estilo "cloisonné", delimitando a través de una línea oscura los contornos. Algunos elementos de la escena son planos pero no descarta la profundidad, rompiendo de esta manera con la perspectiva tradicional, heredera del Renacimiento . Lo exótico del colorido y del tema hacen que esta obra tuviese una aceptable acogida entre el público. A pesar de estar en París, Gauguin siente cierta sensación de añoranza, de melancolía, por haber dejado Polinesia.