Los conflictos del Golfo - Introducción

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Desarrollo


Durante las últimas décadas, la región de Oriente Medio ha sido un foco de inestabilidad permanente, sacudida por guerras y revueltas. Los orígenes de estos conflictos son, en algunos casos, remotos, debiendo buscar en el reparto impuesto por las potencias coloniales la fuente de los problemas que agitan a la región. La citada inestabilidad tuvo uno de sus episodios más importantes entre los años 1980 y 1988, cuando Irán e Irak se enzarzaron en una guerra sangrienta. La contienda no tuvo un vencedor claro, pero costó enormes pérdidas humanas y económicas. Para enjugar dichas pérdidas, el dictador iraquí Saddam Hussein se lanzó en 1990 a la conquista de Kuwait, el rico país vecino. En respuesta, una coalición internacional, encabezada por Estados Unidos, intervino para desalojar a los invasores. La llamada Guerra del Golfo fue muy rápida y se saldó con la derrota iraquí. Sin embargo, uno de sus objetivos, desalojar a Sadam Hussein del poder, no llegó a cumplirse por motivos políticos. Más de una década después, alegando luchar contra el terrorismo internacional, los Estados Unidos encabezaron una nueva coalición de países, que invadieron Irak y derrocaron a su presidente. Actualmente, la región sigue siendo un foco de inestabilidad, no pudiendo atisbarse de momento la llegada de una paz definitiva.

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