La Sagrada Familia del Pajarito

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Datos principales


Personaje relacionado

Bartolomé Esteban

Desarrollo


Pintada hacia 1650, en la primera etapa del artista, la Sagrada Familia del Pajarito es una de las obras más populares de Murillo. En la izquierda de la composición nos encontramos con la Virgen, sentada mientras devana una madeja de hilo, apreciándose a sus pies la cesta de la labor. El centro de la escena lo ocupa el Niño Jesús con un pajarito en la mano, mostrándoselo al perrillo blanco que hay en la zona baja. Al lado del Niño se sitúa san José, también sentado, apreciándose al fondo el banco de carpintero La total ausencia de elementos divinos o celestiales en la composición hace que nos situemos ante una escena familiar, como si el pintor abriera las puertas de su propio hogar para mostrarnos el juego del pequeño acompañado por su padre, mientras la madre ha parado en sus labores de hilado. Son figuras elegantes que no dejan de poseer cierto realismo; el protagonista es el Niño Jesús, iluminado por un potente foco de luz procedente de la izquierda que provoca contrastes, dejando el fondo en total penumbra sobre el que se recortan las figuras. No obstante, la iluminación es matizada y supera el estricto tenebrismo. El excelente dibujo del que siempre hará gala Murillo se aprecia claramente en sus primeras obras, donde los detalles son también protagonistas: el cesto de labor de la Virgen, los pliegues de los paños, los miembros de las figuras, el gesto del perrito. El colorido empleado es el que caracteriza esa primera etapa del artista siguiendo el estilo de los naturalistas. Pueden apreciarse ciertos ecos de la pintura de Rafael en esta Sagrada Familia conservada en el Museo del Prado.

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