La basílica cristiana

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Datos principales


Desarrollo


En el año 323, Constantino declara al cristianismo como religión oficial del Imperio romano. Con ello, la Iglesia comenzó a expandirse, consagrando altares e iglesias, una práctica que se extenderá a lo largo de toda la Edad Media. Para la construcción de los templos cristianos primitivos se aprovechó la estructura de la basílica romana. En general, se trata de edificios de planta rectangular, con tres naves separadas y uno o varios ábsides semicirculares o cuadrados. En ocasiones existe un nartex o atrio a los pies del templo. La entrada estaba situada al oeste, el punto de la oscuridad y la muerte, que el devoto abandona al entrar al templo. El otro extremo, el del ábside, apunta al este, dirección de la luz y la resurrección. En el interior, el primer espacio que encontramos es el nártex, donde deben permanecer los fieles en periodo de aprendizaje. Más adelante, se encuentra un pórtico, espacio importante pues atravesarlo es para el cristiano un gesto cargado de significado y de compromiso. La nave central, separada por columnas de las laterales, es más alta que éstas, permitiendo la entrada de una tenue iluminación que facilita el recogimiento de los fieles. Aquí se sitúan los devotos de pleno derecho, a lo largo de las naves central y laterales, en principio de pie, hasta que, en la Edad Media, se generalizó el uso de bancos. El suelo de la iglesia aparece cubierto de losas de piedra, que cubren los enterramientos. En el otro extremo de la iglesia se encuentra la zona más importante, el altar. Lugar reservado al sacerdote, el altar, el elemento principal de la iglesia, debe estar de cara al pueblo. Estructura de piedra en forma preferentemente cuadrada, es el lugar desde el que el oficiante dirige la misa. Esculturas de piedra y tallas de madera, mosaicos, frescos y vidrieras servían para ilustrar en la fe a las masas analfabetas de fieles. La difusión del culto cristiano se basó, también, en la presencia de reliquias, restos de mártires o santos, que movían a los devotos a la piedad y les ofrecían un modelo a imitar.

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