Gil de Silóe y su obra
Desarrollo
Gil de Silóe es uno de los mayores artistas de su tiempo . No existen muchos datos de su vida pero sabemos que se trata de un artista venido de fuera, con un amplio bagaje de formación nórdica, donde acusa lo flamenco, aunque en parte tampoco le es ajeno lo germano. Su primera obra conocida es el retablo del Arbol de Jesé en la catedral de Burgos, encargado por el obispo Luis Acuña hacia 1477. En la parte baja se encuentra a Jesé echado, de cuyo vientre surge el árbol donde se representa la genealogía de Jesús y María. Las imágenes están concebidas prácticamente como esculturas exentas que se fijan sobre un fondo neutro. Sus mejores trabajos los dejó en la cartuja de Miraflores , en las afueras de Burgos. Por encargo de la reina Isabel realizó los sepulcros reales. El primero es el del Infante Alfonso , fallecido en 1468. Se utiliza el esquema de sepulcro adosado en el muro, con arco solio que cobija un amplio espacio destinado a ocupar la figura del difunto, representado arrodillado en oración, dirigiendo su mirada hacia el altar. Para el sepulcro de Juan II y su esposa Isabel de Portugal se eligió una planta de estrella de ocho puntas formada por la intersección de un rectángulo y un rombo. Sobre esta curiosa planta se colocan los dos yacentes, separados por una pequeña crestería y mirando al altar. Pero la obra maestra es el retablo mayor de esta cartuja , realizado entre 1496 y 1499.
La idea general se asemeja a un gran tapiz de forma rectangular, dividido en dos partes bien diferenciadas. El superior se centra en la Crucifixión, enmarcada por una rueda de ángeles, mientras en los ángulos observamos otras cuatro ruedas. En la zona inferior predominan las verticales, potenciadas por cuatro figuras de santos de tamaño considerable. La zona limitada por ellas se divide en dos pisos, con círculos en el superior y rectángulos en el inferior. Entre las últimas obras destaca el sepulcro del paje Juan de Padilla, inspirado directamente en el del infante don Alfonso, y el retablo lateral de la capilla del Condestable, encargado hacia 1499 por Mencía de Mendoza.
La idea general se asemeja a un gran tapiz de forma rectangular, dividido en dos partes bien diferenciadas. El superior se centra en la Crucifixión, enmarcada por una rueda de ángeles, mientras en los ángulos observamos otras cuatro ruedas. En la zona inferior predominan las verticales, potenciadas por cuatro figuras de santos de tamaño considerable. La zona limitada por ellas se divide en dos pisos, con círculos en el superior y rectángulos en el inferior. Entre las últimas obras destaca el sepulcro del paje Juan de Padilla, inspirado directamente en el del infante don Alfonso, y el retablo lateral de la capilla del Condestable, encargado hacia 1499 por Mencía de Mendoza.