En el siglo XXIII a.C. termina el dinástico temprano con el reinado del semita Sargón de Akkad. Este gobernante es la primera gran personalidad de Mesopotamia, siendo el fundador de la dinastía acadia. Convertido en copero del rey de Kish, al que destronará, conseguirá no sólo unificar todas las ciudades-estado de Mesopotamia sino también dominar parte de Siria, Asia Menor y el Elam iraní, es decir, será el arquitecto del primer gran imperio de la región.
La primera burocracia en el mundo surgió con el nacimiento de los primeros grandes estados que dominaban vastos territorios. Los acadios, que por primera vez impusieron en Mesopotamia la autoridad de un único rey se vieron en la necesidad de delegar los poderes del rey en las distintas ciudades que integraban el Imperio.
La ciudad de Ur, a orillas del Eufrates, tiene su origen a comienzos del periodo El Obeid. Actualmente conocida como Tell a-Muqayyar (Irak), su ocupación es antiquísima, hasta el punto que algunos arqueólogos interpretaron que en uno de los niveles inferiores había muestras del diluvio bíblico, si bien se piensa que debió tratarse de una inundación.