Los conocidos sellos cilíndricos, invención típicamente mesopotámica, nos hablan de una mayor complejidad social, pues, decorados con figuras y motivos diversos, sirven para marcar la propiedad en las tapas de los recipientes y sellar tablillas de barro y cerraduras de puertas. Los más antiguos conocidos son de Uruk y Susa, de la segunda mitad del IV milenio a.C.