Heracles 1

Heracles es el héroe por excelencia. Su padre era Zeus, prendado de la belleza de Alcmena, la esposa de Anfitrión de Tebas. Zeus tomó la forma de su esposa para engañarla y fruto de esa relación nació Heracles, llamado Hércules por los romanos. Su fuerza física sería su característica más apreciada, demostrada ya desde pequeño al ahogar dos serpientes en la cuna. Cuando alcanzó la edad adulta mató al León de Citerón y se vistió con sus pieles. Venció a los minios que gravaban a los tebanos con un pesado tributo lo que le granjeó la simpatía de sus vecinos que le ofrecieron en recompensa a la princesa Mégera. Cuando la princesa le dio tres hijos, Hera, la esposa de Zeus que no olvidaba ninguna ofensa, le volvió temporalmente loco. Heracles mató a su esposa e hijos con sus propias manos. En penitencia por esta execrable acción acudió a su primo Euristeo quien le encargó las famosos Doce Trabajos: ahogó al león de Nemea, mató a la hidra del lago de Lerna, alcanzó al ciervo de los cuernos de oro, capturó al jabalí de Erimanto, limpió los establos de Augias, acabó con los pájaros del lago Estinfalo, domó al toro salvaje de Creta, robó las yeguas del rey de Tracia, venció a las amazonas y tomó el cinturón de Hipólita, mató a Gerión y le robó sus rebaños, robó las manzanas de oro del Jardín de las Hespérides, y liberó a Teseo de los infiernos. Finalizada la penitencia, Heracles volvió a casarse con Deyanira, realizando un buen número de aventuras. La última fue atacar al rey Eurito y enviar a su casa un grupo de nobles doncellas donde destacaba la belleza de Iole, hija del rey. Deyanira fue engañada al creer que su marido estaba enamorado de la joven y se suicidó. Heracles hizo lo mismo.

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