El Imperio acadio impuso un tipo de economía centralizada en el palacio, en la que un grupo funcionarial controla la producción, la administra y recibe propiedades y prebendas. El rey o soberano, con pleno derecho sobre sus gobernados, está a la cabeza de la escala social, sostenido por su prestigio personal y su carácter de jefe militar, con 5.400 hombres a su cargo.