Estas dos dinastías son iniciadas por Ramsés I pero será Ramsés II el faraón más importante de la época, consiguiendo imponer el dominio de Egipto en Asia. A partir de Ramsés II se aprecia la compartimentación administrativa entre el Alto Egipto, con capital en Tebas, y el Bajo Egipto, al que hay que añadir las posesiones asiáticas. Esta división se manifiesta con total contundencia al final de la dinastía, iniciándose el llamado Tercer Periodo Intermedio.