Entre 1581 y 1610 ocupó la abacía de Jamaica, realizando una excelente gestión a pesar de los continuos ataques de los piratas ingleses
Ingleses: filibusterismo jamaicano
Jamaica fue sobre todo la cuna del filibusterismo y del contrabando ingleses. Este filibusterismo atravesó dos etapas; una ofensiva, que duró desde 1656 a 1664, y otra de supervivencia, que transcurrió a lo largo del sexenio 1665-1671. Los gobernadores de la isla comprendieron pronto que la caña azucarera no lograría mejorar excesivamente la colonia. La única posibilidad de que se volviera próspera era transformarla en un banco para las presas filibusteras, protegiendo a todo aquel que deseara organizar una operación contra los dominios españoles. El balance de la piratería inglesa durante el último cuarto del siglo XVII lo hizo por entonces el Marqués de Barinas en 1685, anotando que durante el reinado de Carlos II de Inglaterra (1660-1685) España había perdido 60 millones de coronas, cómputo que sólo abarcaba la destrucción de pueblos y ciudades, sin la pérdida de más de 250 buques mercantes y fragatas.