María Feliz, Luciana Cueto y Enríquez de Arana

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Datos principales


Alias

Las Cuetas

Tipo

Fecha nacimiento

1691,1694

Lugar nacimiento

Montilla

País nacimiento

España

Fecha muerte

1766,1775

Lugar muerte

Aguilar de la Frontera

Cargo

Imagineras

Desarrollo


Imagineras. Su padre Jorge de Cueto, escultor, se afincó en Montilla atraído posiblemente por la gran demanda de trabajo que en ese tiempo existía en la ciudad, capital, entonces, del Marquesado de Priego. Allí se casó y tuvo 7 hijos, la tercera de ellos María Feliz, nacida en 1691, y la cuarta, Luciana, que vino al mundo en 1694. Las dos hermanas, dotadas de idéntica sensibilidad artística, llegarían a ser notables imagineras. Tras la muerte del padre, su esposa e hijos trasladaron su domicilio a la calle Alta y Baja, junto al antiguo colegio de niñas huérfanas de San Ildefonso, hoy denominado San Luis y San Ildefonso. En esta casa pasaron la mayor parte de su vida familiar y artística. La tradición popular cuenta que en este lugar ponían a secar las imágenes que ellas trabajaban y, que era tal la maestría que alcanzaron en el modelado que, en no pocas ocasiones realizaron los moldes mientras conversaban con personas que las visitaban. Los primeros trabajos documentados datan de 1727, y consistieron en unas pinturas para la Iglesia patronal de San Francisco Solano de Montilla. Para este mismo templo se realizó la Imagen de Jesús de Medinaceli, conocido popularmente como El Rescatado, que presenta una serie de características que la hacen atribuible a las hermanas Cueto. En esta misma iglesia se encuentran también otras dos obras de Las Cuetas: la imagen de San Ignacio de Loyola y la de San Francisco Javier. En 1739, por encargo de Lucas Jurado y Aguilar, mayordomo de la cofradía del Rosario, realizaron la talla de la Virgen del Rosario.

En 1741, para la procesión claustral que la cofradía organizaba en las fiestas de la Purificación, realizaron la imagen de la Virgen de la Candelaria. El presbítero Antonio Jurado y Aguilar, autor de un manuscrito que data de 1776, cita varias veces en su obra a las hermanas Cueto señalando la fama que adquirieron. La cercanía de la vivienda de las escultoras a los monasterios de Santa Clara y de Santa Ana favoreció la proliferación de encargos que las artistas montillanas recibieron tanto de los mencionados conventos como de los familiares de las religiosas, para los que realizaron imágenes devocionales de suave textura, de tamaño inferior al académico, la mayoría Niños Jesús, para regalar a las novicias que ingresaban en estos conventos de orden monástica. El traslado de su hermana Inés Francisca, junto con su familia, a Aguilar de la Frontera (Córdoba) favoreció la relación de las artistas montillanas con esta ciudad. Varias son las obras conservadas allí que se atribuyen a Las Cuetas como las imágenes de San José, que se venera en la parroquia del Cristo de la Salud, y la de Ntra. Sra. del Rosario, patrona de Moriles (Córdoba) El 11 febrero de 1766, poco después de otorgar testamento, fallece María Féliz de Cueto y Enríquez de Arana. Sólo así pudo romperse una unión de trabajo mantenida durante decenios por las hermanas Cueto en su prestigioso taller. El 15 de febrero de 1775, falleció Luciana. Entre los elogios dedicados a lo largo de los siglos a las escultoras montillanas destacan las palabras de su contemporáneo, el presbítero Antonio Jurado y Aguilar quien afirma "como son y como fueron las señoras Cueto, que en escultura, perfección, simetría de las imágenes apenas se le encuentra cotejo en las dos Andalucías, llenas ambas de prodigiosas hechuras sus virtuosas manos". (Vid. JIMÉNEZ BARRANCO, Antonio Luis: María y Luciana de Cueto y Enríquez de Arana. Las Cuetas. Montilla, Excmo. Ayuntamiento, 2000)

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