Visión de San Huberto

Datos principales


Autor

Jan Bruegel de Velours (El joven)

Fecha

1617 S.F.

Material

Oleo sobre tabla

Dimensiones

63 x 100 cm.

Museo

Museo del Prado

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San Huberto, patrón de la caza, era figura indiscutible en las colecciones de Felipe IV, gran aficionado a este deporte en el que empleaba gran parte de su tiempo. Para los descansos de las largas cacerías, ordenó ampliar el pabellón de la Torre de la Parada en el madrileño monte de El Pardo, encargando su decoración a los mejores artistas de su tiempo, Rubens y Velázquez. Rubens y Jan Brueghel de Velours colaboraron con frecuencia en la década de 1610, entre 1614 y 1618. Dentro de esa colaboración tocaron numerosos temas: Virgen con Niño en una guirnalda, la serie de los Cinco Sentidos o esta Visión de San Huberto. La escena se desarrolla en un bosque. A nuestra derecha, podemos contemplar al santo arrodillado junto a sus perros y a su caballo, permaneciendo los animales ajenos al milagro. En el centro de la tabla se sitúa el ciervo, entre cuyas astas se apareció la cruz al santo en el momento que se oía la voz de Dios, reprochando la afición de San Huberto a la caza y por la que estaba descuidando su salvación. Alrededor de las figuras contemplamos la arboleda obteniéndose un magnífico punto de fuga tras el ciervo, con la luz como principal protagonista. La figura de San Huberto es típica de Rubens y la del caballo parece sacada del retrato ecuestre del Duque de Lerma. Pero el estilo preciso con el que maneja Brueghel el color y la luz dominan la composición, destacando también la minuciosidad de la factura.

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