Virgen con Niño y Santa Rosalía

El tema de la Virgen y el Niño que se aparecen a una santa resulta muy habitual en los cuadros de altar del siglo XVII. En este caso Murillo presenta a la Virgen y el Niño ante Santa Rosalia, joven siciliana del siglo XII que se convertirá en la patrona de Palermo y que se hará muy popular en el Barroco

Barroco Italiano

El Barroco es un estilo complejo en sus composiciones y temas. Se supeditó al poder de los Papas y de la Contrarreforma en Italia. Se divide en dos Escuelas: el Naturalismo tenebrista emblematizado por Caravaggio, y el Clasicismo de Annibale Carracci, al servicio de los palacios nobiliarios y los monumentos.

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al ser encontrados en julio de 1624 su restos mortales en una gruta, avivándose el culto entre el pueblo como santa intercesora ante la peste. La santa aparece ofreciendo unas rosas al Niño, quien extiende sus brazos abiertos hacia la mujer, vestida con el hábito franciscano. María apoya su mano en la espalda de la santa, cerrándose el grupo con las respectivas miradas. Tras el grupo principal aparecen varias mártires portando palmas mientras que en el cielo contemplamos a un grupo de angelitos, sentados entre las nubes. Al fondo de la composición se abre un paisaje urbano en el que se muestra una de las predicaciones de la santa. Murillo utiliza un esquema triangular que tiene como vértice la cabeza de la Virgen, recordando las obras del Renacimiento Italiano

Renacimiento Italiano

El desarrollo del Renacimiento constituye la gran revolución en la concepción del arte occidental. Las claves de lectura de la imagen visual que instituye han regido sin interrupción hasta nuestros días. Sólo la pintura contemporánea se ha atrevido a violar tales reglas y a provocar una ruptura tan radical y escandalosa como la que plantearon los jóvenes genios del Renacimiento italiano.

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, especialmente a Rafael

Raffaello Sanzio

Pintor renacentista italiano (1483-1520) es considerado el tercer gran creador del Cinquecento. Se formó en la Escuela de Umbría - con el Perugino - pero su traslado a Florencia sirvió para que aprendiera el estilo de Leonardo, con sus figuras blandas y su interés por el claroscuro. La llamada del papa Julio II a Roma para decorar las "Stanze" provocará un nuevo cambio en su pintura, esta vez por influencia de Miguel Ángel y sus figuras escultóricas. El personal eclecticismo del maestro se aprecia en sus Sagradas Familias, posiblemente sus obras más populares.

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. Las tonalidades oscuras empleadas en primer plano se aclaran en el grupo de las santas mártires. Gracias a la luz crea el maestro una admirable sensación de profundidad, contrastando zonas claras con zonas oscuras, al mismo tiempo que consigue un efecto vaporoso similar al de Velázquez

Diego Rodríguez de Silva Velázquez

Pintor barroco español (Sevilla, 1599 - Madrid, 1660) inicia su aprendizaje en el taller de Francisco Pacheco. Tras pasar seis años en la capital andaluza trabajando en un estilo de clara influencia tenebrista, se traslada a Madrid, donde inicia su carrera como pintor del rey Felipe IV. En 1629 se marcha a Italia, pasando allí dos años, durante los cuales realiza su segundo aprendizaje al tomar contacto con la pintura renacentista, especialmente de Miguel Ángel, Tiziano y Annibale Carracci. De regreso a Madrid, empieza a recibir importantes encargos relacionados con la Casa real, siendo estos años los de mayor producción. En la plenitud de su éxito, vuelve a Italia en 1649 para comprar algunas obras de arte por encargo de Felipe IV, demostrando también sus grandes cualidades pictóricas. En 1651 está de nuevo en la capital de España, donde realizará sus obras más importantes.

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