Te Arii Vahine

Gauguin escribe una carta a su amigo Daniel de Monfreid aludiendo a esta obra: "Acabo de terminar un gran cuadro... una reina desnuda, acostada sobre un tapiz verde... Creo que, por lo que respecta al color, yo nunca había pintado nada de tanta sonoridad". La intención del pintor es representar una Eva, eliminando toda alusión al pecado original por lo que también dice "la Eva tahitiana es muy sutil y muy sabia en medio de su ingenuidad. El enigma escondido en el fondo de sus ojos de niña me resulta incomunicable". Gauguin tenía en mente, cuando realizó esta bella imagen de la noble tahitiana desnuda, la Olimpia

Olimpia

Cuando Manet presentó esta obra al Salón de 1865 era consciente del escándalo que iba a provocar. Mostrar a una cortesana sin ningún pudor no podía ser admitido por la hipócrita sociedad del Segundo Imperio, por lo que fue duramente criticada. De nada sirvió que la escena estuviera inspirada en Tiziano, Goya o Ingres, tomando como partida unos versos de Baudelaire.

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de Manet

Édouard Manet

Pintor impresionista francés (París, 1832-1883). Entró en el taller de Couture en 1849, abandonándolo siete años después, cansado de los cuadros académicos e historicistas que pintaba el maestro. Empezó a relacionarse con la Escuela de Barbizon y a viajar por distintos países para ampliar su formación. En 1862 hereda la fortuna de su padre, pudiéndose dedicar de pleno a la pintura. Se interesa por temas modernos, siendo en múltiples ocasiones rechazado del Salón de París, por lo que decide crear el Salón de los Rechazados en 1863. Dos años después viaja por España, entra en contacto con el arte de Velázquez y Goya, pintores que le influirán en estos momentos. A partir de 1870 se acerca más al estilo impresionista, aunque nunca se integró plenamente en el grupo y no participó en ninguna de las exposiciones.

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, una obra por la que sentía profunda admiración, incorporando los ineludibles elementos exóticos como el pai-pai o el color oscuro de su piel. Tras unos árboles se puede contemplar el mar, así como otra joven cogiendo frutos de un árbol, dos figuras paseando y un perro. Pero todo el interés se centra en esta Eva, cuya belleza cautiva al espectador, a pesar de las importantes dosis de primitivismo que ha aplicado el artista a su cuerpo. Y es que lo primitivo y lo simbólico serán los principales objetivos de la pintura de Gauguin durante su estancia en la Polinesia.