Sueño del caballero

Los especialistas en la pintura de Rafael consideran que estaríamos ante una escena alegórica encargada por Scipione di Tomaso Borghese con motivo de su Confirmación. Formaría pareja con la Tres Gracias

Tres Gracias

Compañera del Sueño del caballero, en ambas tablas pintadas por Rafael entre 1504-05 se manifiesta su profunda admiración por el mundo clásico y el movimiento que aparece gracias a su contacto con la escuela florentina con Leonardo a la cabeza.

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aludiéndose a la elección entre la vida virtuosa o la vida placentera, simbolizadas ambas como Atenea y Venus respectivamente. El caballero es una figura alegórica que representaría a Escipión el Africano. La crítica actual relaciona el conjunto con Francesco Maria della Rovere, supuesto protagonista del retrato del Joven con una manzana

Joven con manzana

Soberbio retrato realizado por Rafael hacia 1505 destacando la personalidad del modelo.

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.En la composición ya se respira el aire fresco y poético que caracteriza al joven artista durante su estancia en Florencia

Florencia

Ciudad Italiana de origen etrusco y más tarde colonia romana con gran relevancia histórico artística especialmente en los siglos XIII, XIV, XV y XVI. Foco del renacimiento italiano fue cuna y escenario de muchas de las más destacadas obras artísticas y de sus autores.

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, acercándose a la escultura clásica y contemporánea - como podemos manifestar en las dos figuras femeninas - y a la pintura de Leonardo

Leonardo di ser Piero da Vinci

Gran genio del Renacimiento, destacará por su dominio del claroscuro y por el sfumato, técnica con la que difumina los contornos. Con unas cuantas y escasas obras influirá en artistas de generaciones posteriores. No debemos olvidar tampoco su faceta de inventor y dibujante.

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con el característico contraste de claroscuro. El brillante colorido, la limpieza del aire que envuelve a los personajes y la profundidad otorgada por el paisaje indican aun la formación umbra del artista, añadiendo dinamismo y seguridad a sus composiciones para adentrarse en el más puro estilo del Cinquecento. El dibujo firme y seguro de Rafael es una de sus notas identificativas, organizando la composición a través de un entramado de líneas sinuosas que contrastan con la rigidez horizontal del árbol central.