Subida al Calvario
Datos principales
Autor
Fecha
1490-1500
Estilo
Material
Dimensiones
57,2 x 32 cm.
Museo
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El formato marcadamente vertical que ha elegido para este cuadro determina la colocación de los personajes, que podría calificarse de revolucionaria. El Bosco emplea en varias de sus obras composiciones muy modernas en contraste con su estilo y temática medievalistas, como veíamos por ejemplo en el caso de la Subida al Calvario del Museo de Bellas Artes de Gante. Ante un tema con abundantes personajes y desarrollado al aire libre, lo más lógico habría sido elegir un formato horizontal, para colocar ordenadamente todos los elementos. Sin embargo, El Bosco prefiere distribuirlos en dos bandas, abajo los dos ladrones y sus verdugos, y arriba todo un cortejo que más que acompañar a Cristo parece arrastrarlo como un río humano hacia el tormento. Fijémonos en el personaje de la túnica rosada que le azota: es exactamente el mismo que atormentaba a Cristo en la Subida al Calvario del Palacio Real de Madrid. Mientras que en este plano todo es confusión y podría constituir un cuadro aislado por sí mismo, debajo sólo hay dos grupos. El mal ladrón parece increpar a sus verdugos, vestidos con extraños ropajes. Al otro lado, el buen ladrón confiesa sus pecados a un fraile, detalle curioso si tenemos en cuenta que Cristo aún no había sido crucificado ni la Iglesia y sus sacramentos instituidos. Pese a que El Bosco no introduce sus habituales monstruos y demonios, el óleo está lleno de detalles curiosos, como la extraña maza que porta el personaje de verde que acompaña a Cristo, la mujer con el gorro puntiagudo entre la multitud o el hombre que carga a la espalda un escudo con un sapo, símbolo de la lujuria.