Sepulcro de doña Constanza
Contenidos relacionados
Sepulcro de alabastro de doña Constanza, nieta de Pedro I y priora del convento de Santo Domingo el Real de Madrid. Responde al tipo de monumento funerario preferido por la nobleza castellana de mediados del siglo XV. Estuvo adosado al muro y bajo un arco, por lo que sólo se decoró su frente con alegorías de varias virtudes y dos ángeles que sostienen el escudo nobiliario. Sobre la tapa, la imagen de doña Constanza tumbada, de tamaño algo mayor del natural y vestida con el hábito de los dominicos. Lleva un rosario entre las manos y el libro de horas, símbolo de su cargo, pues era atribución de la priora guardar, consultar y modificar el texto por el que se regulaba la actividad conventual. Los rasgos individualizados de su rostro son más propios del tranquilo reposo del sueño que de la muerte, idea que quiso trasmitir el escultor, de escuela hispano-flamenca. Se encontraba en el coro de la iglesia del convento de Santo Domingo el Real de Madrid, en el que fue priora doña Constanza durante cincuenta y cuatro años, hasta su muerte en 1478. El edificio se alzaba en la plaza que aún hoy lleva su nombre y en el lugar ocupado actualmente por un aparcamiento.