Sepulcro de Carlos el Noble y Leonor de Castilla
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Johan Lome llegó al reino de Navarra tras el tercer viaje de Carlos III a París, entre 1408-10, acompañado de un grupo de escultores entre los que se contaban borgoñones, champaneses y flamencos. Su gran obra fue este sepulcro, si bien colaboró en otras muchas empresas regias, desde palacios (Olite , Tafalla) hasta ornamentación arquitectónica religiosa (Santa María de Olite ). En este sepulcro de Carlos III y su esposa Leonor de Castilla se pone de manifiesto la destreza del autor en el tratamiento adecuado e individualizado de expresiones y actitudes, en el estudio de calidades, en la exquisita labra del alabastro y también en el realismo de los retratos. El mausoleo consta de un alto zócalo en cuyos frentes se representan arquerías cobijando figuras de cardenales, abades, prelados, monjes y canónigos, formando un cortejo funerario. El lecho mortuorio está ocupado por las figuras yacentes de los monarcas, bajo ricos doseles y con las manos en actitud orante.