Santos Cristóbal, Jerónimo y Ludovico

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Los especialistas consideran esta obra como una de las últimas representaciones religiosas de Giovanni Bellini, que toma elementos del Retablo de San Giobbe y aporta notas nuevas como la sensación atmosférica que rodea a las figuras y difumina sus contornos. En primer plano encontramos a san Cristóbal y san Ludovico, tomados desde un punto de vista bajo que recuerda a Mantegna, mientras que al fondo se sitúa san Jerónimo sobre unas rocas, rodeado de un fondo montañoso. Las referencias arquitectónicas están presentes, mostrándose una bóveda de cañón decorada con inscripciones, al igual que el interés por la perspectiva. La iluminación es aplicada con excepcional maestría, formando los volúmenes y resaltando los colores, que ayudan a la sensación atmosférica e incluso a la creación de espacio. La luz será la gran aportación de la Escuela veneciana a través de Giovanni Bellini y de su discípulo Tiziano.

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