Santos Amadeo, Walkburga, Eligio y Catalina

Datos principales


Alias

Paneles exteriores del tríptico de la Crucifixión

Autor

Peter Paul Rubens

Fecha

1610-11

Estilo

Barroco Centroeuropeo

Material

Oleo sobre tabla

Dimensiones

462 x 300 cm.

Museo

Catedral de Amberes

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Tras pasar una larga temporada en Italia, en 1609 Rubens regresa a Flandes debido al delicado estado de salud de su madre. Una vez en tierras flamencas, los archiduques Alberto e Isabel Clara Eugenia le convirtieron en pintor de la casa de sus Altezas Serenísimas, otorgándole un sueldo de 500 libras anuales. Al poco tiempo empezó a recibir encargos, siendo el primero de los grandes retablos el de la Erección de la cruz, destinado al altar mayor de la iglesia de Santa Walpurgis de Amberes. Uno de los comitentes sería Van Geest, responsable de que la obra tuviera la estructura de un tríptico, estructura anticuada en Italia pero tradicional en los Países Bajos.En la parte exterior de las alas, Rubens ubicó a los santos locales, dejando el espacio interior para el asunto de la Pasión de Cristo. En la tabla de la derecha nos encontramos con santa Catalina en primer plano, vistiendo un elegante traje en tonos platas y portando sus habituales símbolos -la espada y la palma del martirio- dirigiendo su mirada hacia los escorzados angelitos de la parte superior de la composición. Tras ella se sitúa san Eligio, con un báculo en la mano derecha, dirigiendo la mirada hacia la santa.En la tabla de la izquierda es san Amadeo el protagonista, vistiendo una espléndida casulla y dirigiendo su atenta mirada a las escrituras que sujeta con sus manos. Tras él, observamos a santa Walpurgis, llevando también un báculo y con la mirada perdida. Sobre ellos, una pareja de ángeles portan la mitra del santo y flores.El equilibrio y la tranquilidad de las figuras de los santos contrasta con el movimiento de los angelitos, recortándose sus figuras ante un fondo oscuro que recuerda a la iluminación de Caravaggio y Tintoretto. Las peanas fingidas sobre las que se sitúan los santos son un recurso habitual en el Renacimiento y el Barroco italiano.

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