Santa Isabel de Portugal
Datos principales
Autor
Fecha
1630-35
Material
Dimensiones
184 x 90 cm.
Museo
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Una de las imágenes más bellas pintadas por Zurbarán es la Santa Isabel de Portugal, identificada tradicionalmente como Santa Casilda, que presumiblemente formaría parte de una serie de vírgenes mártires realizadas por el pintor tras regresar a Sevilla después de haber triunfado en Madrid con la Defensa de Cádiz y las escenas de Hércules . Se ha sugerido que este tipo de lienzos pudieran representar retratos "a lo divino", es decir, damas de la aristocracia que aparecen con los atributos de las santas de su mismo nombre, algo que, si bien no es aplicable a todas las santas zurbaranescas, sería posible en este caso, dada la individualización de los rasgos del rostro. Santa Isabel, hija del rey Pedro III, nació en Aragón en 1271 y se casó con el rey Dionisio de Portugal. Imitando a su antepasada, Isabel de Hungría, practicaba la caridad, y un día que llevaba dinero disimulado entre sus ropas destinado a este fin, la sorprendió su esposo, quien le había prohibido dar limosnas. Ella le dijo que llevaba rosas, y cuando se las mostró, el dinero se había transformado milagrosamente en rosas. Zurbarán la representa con la mayor riqueza posible en el traje, dando la impresión de ser más una muchacha noble de la Sevilla del siglo XVII que una mártir. Dentro de la filosofía naturalista se incluía el representar las escenas con el mayor realismo posible como si fuesen imágenes del momento. El lujo del vestido se ve mucho más marcado por el halo de luz procedente de la izquierda que impacta de lleno en la figura, potenciando los verdes y amarillos y dejando una zona en semipenumbra. Los pliegues del traje son dignos de mención, obtenidos con una pincelada delicada y minuciosa y un preciso dibujo. El detalle del collar de perlas acentúa aún más el lujo de la joven santa. La figura de cuerpo entero se recorta sobre un fondo neutro para dar mayor sensación volumétrica.