San Sebastián

Entre 1474 y 1476 Antonello da Messina se halla en Venecia realizando una serie de obras claves para su producción; entre ellas destaca el San Sebastián, considerada su obra maestra. La figura del santo se presenta en primer plano, atada a un árbol, perfectamente modelada y vista desde un punto de vista bajo que recuerda a Mantegna

Andrea Mantegna

Pintor renacentista italiano (1431-1506) aportará al Quattrocento un marcado interés por la perspectiva, figuras monumentales y múltiples referencias, tanto arquitectónicas como decorativas, al mundo clásico. Cuñado de Giovanni Bellini, el vivo colorido de las Escuelas veneciana y flamenca transmite una brillantez significativa a sus trabajos. Donatello y Masaccio fueron sus más directos inspiradores, siendo considerado como un "escultor" del pincel.

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. Tras él hay todo un sensacional desarrollo arquitectónico con el que aporta la perspectiva, uniendo edificios característicos de Venecia con elementos clásicos como una base de columna. Numerosas figurillas pueblan ese entramado arquitectónico en el que se perciben ecos de Piero della Francesca

Piero De Benedetto Dei Franceschi

Pintor renacentista italiano (1416-1492) preocupado especialmente por la luz y por la perspectiva, continúa con las ideas quattrocentistas de Masaccio. Entre sus seguidores destaca Luca Signorelli.

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. La aportación de Antonello reside en la iluminación, creando una sensación atmosférica que envuelve el espacio y distorsiona los contornos, atmósfera que será fundamental para la generación veneciana que se desarrolla en el Cinquecento encabezada por Tiziano

Tiziano Vecellio

Pintor renacentista italiano (1485 h. -1576) es considerado el maestro más importante de la Escuela veneciana. Su aprendizaje con Giovanni Bellini marcará el detallismo de su producción, pero será Giorgione quien le introduzca de pleno en el Cinquecento, al emplear el paisaje como elemento integrador de las figuras. Se interesó por la pintura centro-italiana, espacialmente por Rafael, Miguel Angel y Leonardo, así como por el Manierismo, influyéndole Giulio Romano y Pordenone. Su estrecha relación con Carlos V y Felipe II será fundamental para el Barroco español, en especial para Velázquez. Rubens llegará a considerarle como su padre espiritual. La luz y el color serán los protagonistas de sus composiciones.

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